lunes 30 de diciembre de 2024
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Coronavirus y cambio climático, sinergia paradójica

Según la Organización Meteorológica Mundial existe consenso científico sobre el cambio climático global y la significativa contribución al mismo de la actividad humana. La mayor parte del aumento observado en las temperaturas globales desde mediados del siglo XX se debe al incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero GEIprocedentes de las actividades humanas como el transporte, la agricultura y otros sectores vitales para la economía.

Los combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, destinados a producir electricidad y utilizados en calefacción, refrigeración y transporte, constituyen la principal fuente de emisión de gases de efecto invernadero, por lo que desde hace décadas los científicos que participamos activamente en temas de Cambio Climático insistimos en la necesidad de reducir el uso y mejorar la eficiencia de estos combustibles.

Hoy, a fuerza y dolor por la pérdida de millones de vidas humanas, la pandemia del COVID-19 es una muestra planetaria en tamaño y tiempo real de que esa merma en la producción industrial, en el uso del transporte motor, en la deforestación y en la generación de residuos, tiene gran impacto en la reducción de la contaminación y la mejora de la calidad del aire.

Existen mediciones que demuestran que el aislamiento obligatorio por la pandemia del coronavirus le ha traído grandes beneficios al ambiente, principalmente la mejora de la calidad del aire.

Un informe del BID analizó el cambio de la calidad del aire de 11 ciudades de Latinoamérica, basado en la concentración de contaminantes comunes como el dióxido de nitrógeno (NO2), que proviene de la quema de combustibles fósiles por automotores, plantas eléctricas, hogares e instalaciones industriales. Para el estudio se compararon los niveles de NO2 de los últimos 10 días de marzo 2020 con los primeros 10 días del mismo mes, y se concluyó que hay una disminución notable en los niveles de concentración de NO2 “particularmente en ciudades que han establecido cuarentena total”.

La Ciudad de Buenos Aires también realizó sus propias mediciones a fines de marzo, a través de la Agencia de Protección Ambiental en las estaciones de control atmosférico ubicadas en La Boca, Barrio Norte y Parque Centenario. La conclusión es que los valores de Monóxido de Carbono (CO), Óxido de Nitrógeno (NOx), Dióxido de Nitrógeno (NO2) y Material Particulado (2.5 micrones) han disminuido un 50% en relación al mismo período de 2019.

De esta “sinergia paradójica” entre coronavirus y cambio climático, los científicos nos vemos obligados a extraer conclusiones propositivas, y en el campo que nos interesa, podemos reafirmar que el mundo debe confiar en los nuevos modos de producción que responden a la biotecnología, la nano-ingeniería, la química, las telecomunicaciones y la robótica.

Ante la mayor crisis económica mundial, muchos consideran que debemos relegar la atención del largo plazo, la lucha contra el calentamiento global, el cambio tecnológico, la desigualdad y la pobreza. Pienso que es precisamente lo contrario: invertir en nuestro futuro es elegir el modo de abordar simultáneamente esos problemas. Necesitamos un “nuevo sistema energético mundial” con escenarios basados en la innovación tecnológica, dispuesto a reorientar las inversiones y a definir nuevos incentivos, para desactivar las condiciones del cambio climático global antes que la Tierra se aniquile. Es razonable concluir que la necesidad de una “respuesta política efectiva global”, es más urgente que nunca.

Publicado en Clarín el 25 de julio de 2020.

Link https://www.clarin.com/opinion/coronavirus-cambio-climatico-sinergia-paradojica_0_8Hc6mmdgr.html

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