El presidente Javier Milei participó hoy del acto en homenaje a las 85 víctimas fatales del atentado a la AMIA que tuvo lugar hace 30 años y lo hizo junto a una parte importante de su Gabinete, rodeado de seguridad y casi de manera desapercibida.
Sin mención particular a su presencia por parte de los organizadores, de pie, debajo del escenario, el mandatario y los ministros siguieron el acto que condujo la modelo Stefanía Roitman desde la primera fila.
Su ubicación le valió un tenso episodio cuando uno de los familiares presentes se quejó a viva voz por las ubicaciones destacadas de los funcionarios. “Hay familiares que están trabados afuera y están todos los políticos acá adelante”, reclamaba uno de los asistentes sin importarle la investidura presidencial.
A pesar del enojo, los cuestionamientos despertaron escasas adhesiones, pero bastaron para incomodar al mandatario que, junto a su ejército de custodios, se movió algunos centímetros y prefirió fijar la vista en el suelo.
Llamó la atención el particular círculo de efectivos que, vestidos de traje, rodearon y resguardaron a Milei. Según revelaron desde Presidencia, la decisión de potenciar el anillo de seguridad fue solo por esa actividad.
Varios de los ministros, legisladores y autoridades porteñas participaron del desayuno previo en el edificio de la AMIA, mientras que el jefe de Estado llegó a las 9:39, junto a la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, para dar el presente en el homenaje que se realizó sobre la calle Pausteur casi sobre la esquina Viamonte, del barrio de Once.
En el lugar aguardaban el vocero presidencial, Manuel Adorni, y la vicepresidenta Victoria Villarruel. También el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y los ministros Mario Russo (Salud), Patricia Bullrich (Seguridad), Luis Petri (Defensa), Diana Mondino (Relaciones Exteriores) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia).
Las únicas ausencias fueron las de Federico Sturzenegger (Desregulación y Transformación del Estado), Sandra Pettovello (Capital Humano) y Luis Caputo (Economía).
Con el sonido de las sirenas a las 9:53, hora exacta en la que estalló el coche bomba en la puerta de la AMIA, dio inicio el acto que tuvo como lema “El terrorismo sigue, la impunidad también” y que contó con un encendido discurso del titular de la mutual, Amos Linetzky, luego de la lectura de la nómina de las 85 víctimas a cargo de familiares y de la colocación de flores y velas en homenaje a cada una.
Escoltado por los últimos presidente de la AMIA en estos 30 años, Linetzky utilizó diecisiete minutos para denunciar la ausencia del Estado argentino y cuestionar a la fiscalía a cargo de Sebastián Basso y Julio Miranda por no haber “generado avances significativos en la causa en los últimos 10 años”.
El Congreso cosechó sus críticas luego de que el abogado asegurara que se cumplieron “30 años sin que el Poder Legislativo reaccione y actualice nuestra legislación”, y aseverara:”¿Cuántas décadas más tienen que pasar? ¡Hagan su trabajo!”.
En otro pasaje de su exposición hizo mención al ataque del grupo Hamas al Estado de Israel del 7 de octubre de 2023, episodio que fue fuertemente repudiado por el Gobierno, en especial por el Presidente que impulsó un comité para asistir a Israel.
Al respecto, Linetzky valoró “de manera muy positiva la reciente decisión del Gobierno Nacional de declarar a Hamás como organización terrorista”, e inicito a “todos los países de la región adopten medidas en este mismo sentido”.
En sintonía con el discurso libertario, el representante de la mutual emitió críticas dirigidas a las organizaciones de Derechos Humanos, a la Cruz Roja, a UNICEF, al periodismo, y a los movimientos feministas y grupos LGBT a los que acusó de no haberse pronunciado.
“La lista es interminable. Lista de canallas, cómplices indirectos, hipócritas del silencio, mercenarios de la mentira.
Falsos progresistas. Antisemitas”, subrayó. Debajo, el mandatario aplaudía.
Uno de los fragmentos del discurso que mayores aplausos cosechó fue la mención al fallecido fiscal Alberto Nisman, y la crítica a la Justicia por no haber “sabido o querido terminar de esclarecer su muerte”.
Tras la exposición y la lectura de adhesión de las cartas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y del Papa Francisco, el rabino Eliahu Hamra pronunció la oración por los fallecidos y le dio pie al artista Axel que subió al escenario a cantar su versión de la canción “No es mi despedida” de Gilda, mientras tocaba el piano.
El cierre del acto estuvo a cargo de cinco familiares de víctimas que conmemoraron sus pérdidas. Con la lectura de la carta de Patricia Strier dirigida a su hermana Mirta, fallecida el 18 de julio de 1994, el mandatario se quebró y siguió con atención cada palabra visiblemente emocionado.
Con el final del emotivo homenaje, los familiares, invitados especiales y autoridades que habían colmado la calle Pausteur, incluso las aledañas, desconcentraron. Lo propio hizo el mandatario, quien luego de saludar a las autoridades de la AMIA y la DAIA se retiró a toda velocidad en el habitual automóvil negro mientras desde los balcones una niña filmaba la escena junto a su madre al gritaba: “Milei te amamos”.
En representación de la oposición asistieron los diputados Leandro Santoro y José Glinski de Unión por la Patria; Fernando Iglesias, Hernán Lombardi y Silvana Giudici del PRO; y Juan Manuel López y Emanuel Ferrero de la Coalición Cívica.
Como único representante federal, el jefe de Gobierno porteño,, Jorge Macri, dio el presente en acto, y se lo vio resignado cuando desde el corralito asignado a la prensa le preguntaron por el reclamo de la coparticipación.