Cuarenta años de democracia ininterrumpida son motivo de celebración, así como también pueden ser una inspiración. Desde 1983 elegimos a quienes nos representan a través de elecciones periódicas, limpias y justas. Argentina logró avances significativos en la inclusión, transparencia y representación, a través de diferentes reformas políticas.
Alcanzar los consensos necesarios para adoptar estos cambios no fue fácil. En términos institucionales, porque son cambios que requieren de mayorías legislativas especiales. Y, en términos políticos, porque los incentivos en el presidencialismo vuelven más tentadora la toma de decisiones en forma unilateral que la tarea de cooperar para alcanzar un objetivo. A pesar de la posibilidad de que primaran esos riesgos, muchas veces la cooperación posibilitó que la política lograra los acuerdos necesarios.
Así, en los últimos 40 años hemos acumulado logros tales como la pionera ley de cupos y posterior paridad de género en listas legislativas, el debate presidencial obligatorio, y la ampliación del sufragio a adolescentes de 16 y 17 años, por mencionar algunos. Sin embargo, aún tenemos asignaturas pendientes: el reemplazo de la boleta partidaria por la boleta única.
Hay personas que pueden argumentar que este es un desafío menor ante aspectos críticos en materia de desarrollo económico e inclusión social en la Argentina de fines de 2023. Pero poder votar a partir de 2025 con boleta única papel permitiría nivelar la cancha, mejorando el acceso al sufragio y equiparando las condiciones de la competencia.
El uso de la boleta única a nivel subnacional ha sido punta de lanza para impulsar e informar el debate a nivel nacional. Se inició en las provincias hace más de una década y, este año, tuvimos el ciclo electoral con mayor variedad en formas de votar a lo largo de todo el país: Córdoba, Mendoza y Santa Fe lo hicieron con boleta única papel. Por su parte, Neuquén, Salta y CABA en las primarias utilizaron la boleta única electrónica.
En 2022, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a la reforma para adoptar la boleta única papel en las elecciones nacionales. Actualmente, y ya terminado el ciclo electoral de 2023, el proyecto de ley para la adopción de la boleta única nacional aún conserva estado parlamentario y está en condiciones de ser tratada en el Senado de la Nación hasta noviembre de 2024.
Todo lo que nos falta mejorar solo se puede conquistar con más democracia. Cuidar lo alcanzado en estos 40 años y abrir debates que puedan ampliar y consolidar derechos políticos también es una prioridad. Y podemos impulsar la generación de nuevos acuerdos para una reforma política que contribuya a convertir en ley la boleta única papel.
Publicado en Clarín el 10 de diciembre de 2023.
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