Hace unos días falleció un nene de 8 años atropellado por un camión de basura en Paraná. Hablamos con dos especialistas de estas temáticas que reflexionan sobre la (in)acción estatal.
El fatídico incidente de un niño de 8 años que falleció atropellado por un camión mientras buscaba comida en un basural de la ciudad de Paraná conmueve a parte de la sociedad. Lo preocupante es que no es el primer caso, sino que en agosto había fallecido un recuperador urbano aplastado por un camión de basura en un basural de Concordia.
Recientemente, el ministro de Ambiente Juan Cabandié inauguró un Centro de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) en la ciudad de Formosa, que se realizó implementando créditos del Banco Interamericano de Desarrollo. Según pudimos saber, el proyecto incluye la obra y la maquinaria para el funcionamiento del espacio, además del cierre y saneamiento del basural a cielo abierto que funcionaba con anterioridad de forma irregular.
Un flagelo que demanda acción y compromiso estatal
Dialogamos con Fabio Quetglas, Magister en Gestión de Ciudades y Director de la Maestría en Ciudades de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El especialista en gestión local afirmó que “en Argentina es necesaria una política de eliminación de basurales a cielo abierto”. A su vez, explicó que “el basural a cielo abierto es antiecológico y genera perjuicios para la sociedad”.
“La gestión integral de residuos sólidos urbanos (GIRSU) es potestad de los municipios y no del Congreso. En ese marco, es el Gobierno local quien debe implementar acciones para gestionar la basura y es el Gobierno nacional quien debe acercarle a los municipios el acceso al financiamiento y la asistencia técnica para los programas”, aclaró el experto.
Sin querer dar nombres ni apuntar a nadie en particular, el especialista planteó que “un buen ministerio de Ambiente debería tener un plan de trabajo que aborde esta temática para eliminar los basurales a cielo abierto dentro de un plazo determinado”.
También buscamos información con un consultor experto en el tema que trabajó en el Banco Mundial, quien explicó que en Argentina hay unos 300 basurales a cielo abierto, prácticamente en todas las ciudades pequeñas y medianas tienen basurales de estos tipos.
El consultor explicó que “en el año 2005 el área de Ambiente presenta la Estrategia Nacional GIRSU (Gestión Integral Residuos Sólidos Urbanos) para revertir prácticas inadecuadas de gestión de residuos sólidos urbanos para mejorar la salud de la población”. “Posteriormente, desde el 2008 se elaboró un proyecto con el Gobierno Nacional que apunta a reemplazar o cerrar basurales a cielo abierto y disponer los residuos en rellenos sanitarios”, agregó.
“Esto inicialmente tiene un claro objetivo ambiental porque los basurales descontrolados producen contaminación y daños ambientales como emanaciones de metano, presencia de vectores transmisores de enfermedades (cucarachas y ratas) que dañan la salud de los habitantes”, aclaró.
“En ese momento, se buscó elaborar planes provinciales donde las distintas provincias proponen ciudades o regiones para implementar proyectos de este tipo. Se presentaron proyectos para Formosa, Río Negro y Entre Ríos. Esos préstamos se otorgaron, pero los proyectos en muchos casos no se implementaron pese a tener características beneficiosas para la población llamadas Planes de Inclusión Social (PISO), donde la gente deje de trabajar en los basurales para pasar a trabajar en plantas de separación y tratamiento de residuos”, sostuvo el consultor.
Con respecto al caso del niño fallecido en Entre Ríos, el experto resaltó que“en 2021 hubo una licitación que incluyó un proyecto para la Ciudad de Paraná. Nuevamente, pasó lo mismo que en 2015, cuando la municipalidad de Paraná no confirmó ningún terreno apto para ejecutar el proyecto a pesar de disponer de los fondos disponibles”.
“Los gobiernos deberían priorizar la salud y cuestiones ambientales para encontrar tierras”, afirmó. “No puede permitirse que muera gente de esta forma”, sostuvo. “Casi todos los basurales tienen historias trágicas, con recuperadores que mueren con incidentes con máquinas y camiones”, concluyó.