domingo 1 de diciembre de 2024
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Argentina-Brasil: integración con claroscuros

Argentina y Brasil poseen un vínculo clave para el crecimiento económico y la estabilidad de América Latina. Representan casi el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, y su interdependencia económica es evidente. A pesar de la relación asimétrica, tienen una gran oportunidad de potenciar su integración productiva en algunos sectores estratégicos e insertarse en cadenas globales de valor (CGV), nuevas o preexistentes.

Ambos países se destacan como grandes productores agropecuarios y agroindustriales, ocupando además un rol central en la provisión de alimentos y en la seguridad alimentaria.

El cambio climático y la demanda de un agro más verde presentan un desafío y una oportunidad a la vez: por un lado, la tecnificación del agro y por otro, la adopción de prácticas más sostenibles, prometen un impacto positivo tanto en la productividad como en el medio ambiente.

En este marco, cada vez hay más países desarrollados, y en desarrollo que se encuentran implementando medidas ambientales que pueden limitar las exportaciones argentinas. El año pasado, desde el BID INTAL y junto a Fundar, se realizó un estudio para entender cuál podría ser el impacto del Pacto Verde Europeo, más precisamente su pilar de deforestación en el sector agropecuario argentino.

La conclusión: aproximadamente el 40% de las exportaciones a la Unión Europea podrían verse restringidas con esta medida. Por lo tanto, es clave que nuestro país continúe y profundice la utilización de prácticas más verdes.

La biotecnología es otra área con un gran potencial de integración. Con capacidades desarrolladas, Argentina y Brasil países pueden fortalecer su relación a través de proyectos conjuntos, como el desarrollo de semillas genéticamente resistentes a plagas y condiciones climáticas adversas, tal como se observa en varios acuerdos de cooperación. La vinculación científica entre ambos países y su relación con el sector productivo, así como la armonización regulatoria son fundamentales para facilitar la expansión de este sector y su acceso a nuevos mercados.

Los Servicios Basados en el Conocimiento (SBC) son también relevantes. Hoy aportan entre los dos países el 60% del total de este tipo exportaciones de la región. En este contexto, el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, podría abrir nuevos mercados y expandir el comercio de servicios. La razón: actualmente, el Mercosur ya es competitivo en áreas como software y biotecnología, y el acuerdo podría facilitar el acceso de las empresas de la región al mercado europeo, el mayor importador mundial de SBC.

Sin embargo, en el marco del G-20, y a pesar de que había cierta expectativa de que se pueda avanzar en este sentido, no hubo avances en ese sentido. El peso de los agricultores franceses sigue ejerciendo influencia.

Otro sector donde puede haber también una mayor integración, y hubo progresos concretos en el marco del mismo foro en Río de Janeiro, es el energético. Ambos gobiernos firmaron un memorándum de entendimiento para posibilitar el suministro de gas desde Vaca Muerta hacia el país vecino.

Este acuerdo contempla un volumen de 30 millones de metros cúbicos en un plazo de cinco años, equivalente a lo que Brasil solía importar desde Bolivia. Para ello, Argentina aún enfrenta algunos desafíos importantes, como es garantizar que el gas llegue al norte del país, lo cual implica la finalización de obras de infraestructura que aún están pendientes.

Ahora bien, si queremos profundizar esa vinculación productiva e insertarnos conjuntamente en CVG, es crucial alcanzar una estabilidad macroeconómica. Pero aún así suponiendo que finalmente Argentina haya comenzado un proceso de estabilidad, se requiere un marco de políticas públicas que fomente el desarrollo de estos sectores estratégicos, acompañado de incentivos para la innovación y las inversiones.

Hoy, los principales países desarrollados y algunos en vías de, están implementando cada vez más políticas industriales y de desarrollo productivo en algunos sectores estratégicos, lo cual no necesariamente implica un aumento de subsidios o exenciones fiscales. Incluso Brasil.

Lógicamente, esto traerá reducción de costos e incrementos en los niveles de competitividad de dichos países, ampliándose por lo tanto la brecha con los países que no implementen este tipo de medidas. Con la macro estable no alcanza.

La relación bilateral entre Argentina y Brasil está en un momento particular. En el marco del G-20 hubo ciertos avances, teniendo en cuenta las malas expectativas que había acerca de la posición y comportamiento del gobierno argentino. Afortunadamente, si bien hubo rechazo a algunos temas como el cambio climático o los impuestos progresivos, finalmente el gobierno argentino firmó la Declaración final.

Los verdaderos avances deberían venir, por lo tanto, de una integración productiva y comercial, con mayor valor agregado y más verde, acompañada por políticas públicas, y siendo la macro una condición necesaria pero no suficiente.

Necesitamos mirar hacia el mediano y largo plazo, y estar atentos a lo que está ocurriendo en otras partes del mundo. Esperemos que prime el pragmatismo y la colaboración, piedras angulares para que ambos países puedan acelerar su crecimiento económico, sostenible y también más justo.

Publicado en Clarín el 27 de noviembre de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/argentina-brasil-integracion-claroscuros_0_wlS5qoOsPD.html

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