Traducción al castellano del discurso pronunciado por Martín D’Alessandro en la Ceremonia de Apertura del 27º Congreso Mundial de Ciencia Política, organizado por la International Political Science Association (IPSA), en Buenos Aires, el 16 de julio de 2023. Al momento del discurso, D’Alessandro era el presidente del Comité Organizador Local de dicho congreso, y vicepresidente de IPSA.
(La ceremonia completa se puede visualizar en el siguiente aquí)
Señora Presidente de IPSA, autoridades locales, autoridades de IPSA y de asociaciones nacionales de ciencia política, autoridades de instituciones universitarias, colegas, estudiantes, amigos:
Hoy es un día importante. Es importante porque estamos aquí inaugurando un nuevo Congreso Mundial de Ciencia Política, que representa para nosotros en Argentina un hito en el desarrollo de una disciplina que aquí y en otros países de nuestra región es llevada adelante por miles de colegas que trabajan todos los días con pasión y compromiso.
Y es también importante porque estamos recibiendo en nuestro país a colegas de docenas de países, tal como lo hicimos en el Congreso Mundial de 1991, cuando nuestro politólogo más reconocido, Guillermo O’Donnell, como presidente de IPSA tuvo la visión de que la ciencia política argentina debía ser conocida no solo por su excepcional obra, sino que debía dialogar con la ciencia política global en un nivel más amplio e institucional.
Desde entonces, la ciencia política argentina y latinoamericana ha hecho inmensos progresos: hemos producido infinidad de estudios rigurosos y también considerables aportes a la deliberación pública sobre los problemas políticos de nuestros países. Y quizás en el tiempo por venir tengamos que hacer aportes todavía más importantes sobre la democracia (que parece estar en declive en todo el mundo) y sobre la polarización política (que parece estar en auge en todo el mundo).
Probablemente no podamos predecir con exactitud ni detener estos y otros problemas y conflictos, pero sí quizás podamos prevenir algunas de sus peores consecuencias. Porque los politólogos no solamente buscamos explicar por qué se producen determinados fenómenos políticos, sino también podemos intentar modificar, aunque sea mínimamente, su curso.
Este espíritu de compromiso de la ciencia política es también un elemento fundante de la IPSA. Cuando se realizó el primer Congreso Mundial de Ciencia Política, en 1950, apenas después de la Segunda Guerra Mundial, en Zurich, Quincy Wright, profesor de la Universidad de Chicago y primer Presidente de la IPSA, subrayó en su discurso que la asociación quería contribuir a la pacificación de los espíritus y al mantenimiento de la paz entre las naciones. Hoy estos objetivos son tan imperiosos como entonces.
A lo largo de las décadas, la actividad e influencia de la IPSA han crecido junto con la disciplina. En aquel primer congreso hubo un total de 80 participantes, entre los cuales había colegas de Argentina. Hoy estamos celebrando un congreso con más de 3.000 colegas inscriptos, que se está convirtiendo en el más grande en los 74 años de historia de la IPSA.
El Comité Organizador Local organizó una sesión plenaria con título “La democracia en América latina en el siglo XXI. Lecciones para el mundo”, y once sesiones sobre Política Latinoamericana. En nueve de ellas está permitido el idioma español para papers y presentaciones, y en una de ellas está permitido el idioma portugués para papers y presentaciones.
La ciencia política también enfrenta desafíos nuevos. Quisiera señalar solo tres. Primero, estamos viendo una híperespecialización de la disciplina, lo cual solidifica lo que sabíamos sobre temas importantes y expande las fronteras de nuestro conocimiento, pero conlleva el riesgo de la atomización, y por lo tanto, de la fragmentación de un cuerpo de conocimiento menos comprensivo de la política.
Segundo, los politólogos ya no son exclusivamente investigadores y profesores de la universidad. En gran proporción y desde diferentes roles, trasladamos conocimiento sobre la política a instituciones públicas, el tercer sector, las empresas y la opinión pública. Nos estamos convirtiendo en actores fundamentales en la difusión de valores en la esfera social. Deberíamos escribir y enseñar pensando también en esto.
Y tercero, algunas veces este compromiso público ha derivado en partidismo e incluso en sectarismo, dentro y fuera de las universidades. Es un problema epistemológico clásico sobre el delicado equilibrio entre el científico y el ciudadano, entre la precisión científica y la libertad de expresión. Es un problema que no puede ser resuelto pero al que deberíamos atender, sobre todo cuando como disciplina estamos creciendo tanto y tan rápido como en América Latina.
Espero que este congreso sea un nuevo paso adelante para una disciplina científica que, siendo al mismo tiempo la más antigua y la más reciente de las ciencias sociales, enfrenta tanto problemas viejos como desafíos nuevos.
Confío en que este congreso sea también una reafirmación de la comunión entre la comunidad politológica global y la ciencia política latinoamericana. A pesar de nuestras dificultades de todo tipo, aquí en el sur también contribuimos, y en ocasiones de manera sobresaliente, a un conocimiento y a unas preocupaciones que son universales, o como dice el título del congreso, transfronterizas.
Gracias a este congreso, que ya es una marca extraordinaria para nosotros, tenemos también la gratificación humana de la amistad con todos ustedes, por lo que les damos nuestra más cálida bienvenida. Como colegas argentinos, estamos muy orgullosos de ser la sede de este congreso. A lo mejor no tan orgullosos como cuando Argentina ganó el Mundial de Fútbol el año pasado, pero créanme que nos honran con su visita y que jamás olvidaremos este día importante.
Para terminar, quisiera agradecer una vez más a la IPSA, a su staff, a los program chairs del congreso, al Comité Organizador Local, al Departamento de Ciencia Política de esta hermosa universidad, a los voluntarios, a los sponsors, y al presidente de la asociación argentina de ciencia política, Gustavo Dufour, por los esfuerzos que han hecho para lograr este hito científico para nuestro país y para la región.
Muchas gracias.