viernes 19 de abril de 2024
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Alejandro Einstoss: Subsidio a las zonas frías

 

El 10 de junio, la cámara de diputados dio media sanción al proyecto que prorroga los subsidios al gas en zonas frías. En su versión original, tuvo por objeto subsidiar 850 mil usuarios de la región patagónica, la provincia de La Pampa, el partido de Carmen de Patagones en Buenos Aires, Malargüe en Mendoza y la región de la Puna, que hoy pagan el 50% de la tarifa.

Este subsidio se financia, con un recargo sobre el precio del gas del 4,4%. El proyecto en tratamiento extiende los subsidios a las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, San Suan, San Luís, entre otras, y por lo tanto, el beneficio por zonas frías alcanzará más del 50% del territorio argentino. Más de 3 millones de usuarios de las nuevas regiones, recibirán descuentos de entre el 30 y el 50% en su factura final, y esto implica que el 46% del total de los usuarios de gas o red de la argentina, serán subsidiados.

Se trata de un subsidio generalizado, determinado solo por el territorio, y que presenta un enorme error de inclusión, porque deja adentro a los hogares que no requieren asistencia, y por lo tanto, es un subsidio ineficiente. Los subsidios aumentarán más de 3 mil millones de pesos por el efecto del aumento del precio del gas en el costo de generar energía eléctrica, pero también impactarán el costo de la industria, que enfrentará un sobrecosto de 2 mil millones de pesos en sus compras de gas, y esto se reflejará, en precios e inflación.

Los subsidios son una herramienta necesaria, y más aún en esta coyuntura, pero que debe focalizarse en las familias vulnerables que no pueden hacer frente al costo del servicio, sin importar su lugar de residencia. Para hacerlo, el mecanismo está disponible y es la tarifa social que permite un trato igualitario entre usuarios, y asiste tanto a los servicios de gas natural, como el eléctrico. Lo necesario entonces es profundizar y ampliar la cobertura de tarifa social, con alcance federal, regalar la energía no es gratis, tiene costos en inversión, en la calidad del servicio que recibimos, en subsidios, y en inflación. Ni el sector energético, ni la economía nacional tienen margen para financiarlos.

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