viernes 29 de marzo de 2024
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Alejandro Einstoss: Cuarentena tarifaria

 

Los subsidios no paran de crecer.

La ley de emergencia vigente, vino de la mano de un nuevo congelamiento de precios y tarifas a la energía. Las consecuencias son previsibles, los subsidios no paran de crecer. El principal renglón de los subsidios Cammesa,que financia la diferencia entre el costo de generación y el precio que paga la demanda.

El retorno a un congelamiento de tarifas in aeternum torna al sistema insostenible, ya que las distribuidoras con ingresos congelados y costos crecientes, se ven empujadas a financiarse con la mora en el pago por la energía Cammesa, que a su vez, debe pagarle a los generadores. Recordemos que la política tarifaria entró en cuarentena en febrero del 19 y los actores del sector, conocedores de los antecedentes del periodo de 2002 y 2013, actuaron en consecuencia y comenzaron a retener pagos por la energía vendida desde octubre del 19.

La realidad, les dio la razón. En la reciente ampliación del presupuesto público con sanción del congreso, se incorporó un capítulo que perdona tres meses de facturación promedio de todas las distribuidoras del país, que se hayan adherido a la emergencia y el saldo se licúa, a partir de un plan de refinanciación de largo plazo y a tasas subsidiadas. El resultado, el Estado deberá asumir una deuda por más de 100 mil millones de pesos, que engrosarán la cuenta de los subsidios económicos.

El Gobierno, en este marco, no debería enamorarse de una cuarentena tarifaria permanente, ya que corre riesgo de quedar entrampado, y si bien, la coyuntura dificulta una salida del congelamiento en lo inmediato, debería planificarse una salida ordenada, que proteja a los usuarios, pero que focalicen los subsidios en quienes lo necesitan. Lo anterior, implica discutir la magnitud y el alcance de los subsidios a la energía en el parlamento y en el marco del próximo presupuesto 2021.

 

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