La figura de Aldo Neri, el dirigente político y médico sanitarista fallecido en el comienzo de esta primavera 2023- a los 92 años en Buenos Aires, está asociada a la “primavera democrática” de los años ’80 y los tiempos refundacionales del gobierno de Raúl Alfonsín.
Temas medulares de la agenda social de aquellos años, el combate contra la pobreza, la recuperación de la salud pública y la derechos sociales, la protección de la infancia, la reforma del sistema previsional, lo tuvieron como impulsor desde la gestión pública, la formación profesional -fue uno de los exponentes y referentes de la Escuela de Salud Pública-, la tarea legislativa y la militancia partidaria, enrolado en las filas de la Unión Cívica Radical.
Algunas de sus iniciativas, como el Programa Alimentario Nacional, sentaron precedentes y logros fundamentales. En su gestión se impulsó el Sistema Nacional del Seguro de Salud y el Fondo de Asistencia en Medicamentos. Algunas de estas iniciativas quedaron sin lograr sus propósitos, o resultaron insuficientes y postergadas, superadas por las sucesivas crisis socioeconómicas y conflictos políticos que vivió el país década tras década. Y mantienen, por ello, una vigencia acuciante en una Argentina que duele, con sus índices de pobreza que no paran de aumentar y superan el 40%.
Neri tuvo una participación protagónica en el elenco de colaboradores más cercanos de Alfonsín, desde la campaña electoral del ’83, durante toda su presidencia, en la cual fue ministro de Salud y Acción Social en la primera etapa de su gobierno y estuvo al frente de la comisión encargada del frustrado traslado de la Capital a Viedma.
En los años ’90 presidió la FUALI, fundación del ex presidente, con quien cultivó una amistad personal junto a su compañera de toda la vida, la también médica sanitarista Mabel Bianco. Aportaba, además de su conocimiento en los temas de su especialidad, una visión de la política que trascendía las fronteras partidarias, atenta a la necesidad de consensos y acuerdos para llevar a cabo reformas y cambios estructurales. Un interlocutor siempre autorizado y reconocido dentro y fuera de las filas de su partido. Y un talante siempre caracterizado por la amabilidad, la gentileza y el buen humor.
Fue diputado nacional, cofundador del Grupo PAIS (Pacto Argentino por la Inclusión en Salud) y autor de tres libros sobre salud y política social.
En su última colaboración para estas páginas de Clarín, publicada hace casi cuatro años, el 21/10/23, escribía: “Cualquiera puede coincidir en que el sistema político argentino está en decadencia. Se le achaca a la ambición de los políticos y vagamente a los sectores corporativos, y siempre esperamos la voluntad del líder superador que nos ordene, militar antes y ahora civil. El problema es que nos sobrevaloramos y al mismo tiempo nos denostamos: somos lo mejor y peor del mundo, en nuestra opinión”.
Y concluía hablando de nuestra cultura política: “Las instituciones son un producto de la sociedad: si el gremialismo, el empresariado, la medicina, la política son malas hay que rastrear las causas en la misma sociedad. Somos, los argentinos, populistas en algún grado. Superar esto es un largo camino cultural colectivo, que puede no recorrerse con las consecuencias previsibles. Motivo suficiente para emprenderlo”.
Aldo Neri deja una hoja de ruta que llega hasta la actualidad y marca un derrotero para seguir pensando la Argentina que viene, a 40 años del inicio de aquel camino que lo tuvo como protagonista, con sus hazañas, frustraciones, ilusiones y desencantos. Utopías y realizaciones.
Publicado en Clarín el 23 de septiembre de 2023.
Link https://www.clarin.com/opinion/aldo-neri-primaveras-democraticas_0_AlmgzSbkIG.html