Esta semana dialogamos con Agustín Campero, economista, miembro de la Fundación Alem y Vicepresidente de la Convención Nacional de la UCR. Hablamos del documento recientemente publicado por la Fundación sobre la invasión rusa a Ucrania y sobre las políticas que en Juntos para el Cambio se debaten para enfrentar el flagelo del narcotráfico en nuestro país.
Hace unos días la Fundación Alem emitió un firme y completo comunicado donde repudia la invasión rusa a Ucrania. ¿Cuáles son los lineamientos generales que expresan en el mismo?
Quisimos aportar una visión completa del problema de la guerra, su impacto en Argentina y cómo debería ser la postura de nuestro país y nuestro partido –y por ende de nuestra coalición- frente al conflicto.
Nos parecía importante dejar bien claro nuestro repudio a la invasión. Y sugerir caminos para que Argentina tenga una posición enérgica.
El gobierno argentino votó bien en Naciones Unidas. Tuvo la posición correcta. Pero tiene una aproximación de dudas y ambivalencia. Inclusive muchos de sus integrantes tienen una mirada simpática hacia Rusia, inclusive hoy.
Argentina tiene que ejercer una condena enérgica y consistente respecto a la invasión, y de total solidaridad con Ucrania y con los ucranianos.
¿Por qué enmarcan dicha invasión en el marco general del retroceso de las democracias liberales en el mundo?
En el mundo, las democracias vienen con avances y retrocesos. Desde las oleadas democráticas que vinieron luego de la caída del muro, empezamos a descender a partir de avances de las autocracias y las democracias débiles o muy condicionadas. Junto con un recrudecimiento de los nacionalismos separatistas o aislacionistas. El fenómeno Trump tuvo que ver con eso, y su derrota también. Según una encuesta de “Freedom House” la libertad global viene disminuyendo desde hace 16 años. En los últimos años crecieron más la cantidad de países con menos libertad que aquellos con más libertad. El autoritarismo está creciendo.
¿Los sorprende la posición ambigua, hasta contradictoria por momentos, del gobierno argentino?
No me sorprende, por dos motivos. En primer lugar, la coalición de gobierno tiene miembros que consideran que la democracia de tipo liberal no es una democracia deseada, la padecen. Con esto no quiero decir que este es un gobierno autoritario porque no lo es. Es un gobierno democrático y vivimos en democracia. Pero hay situaciones de autoritarismo y definitivamente hay provincias que viven con acoso a las libertades y un poder muy concentrado en el gobernador, como es el caso de Formosa. Hay que recordar las restricciones a la libertad y los encierros inhumanos obligados en esa provincia. A esto se agrega la simpatía que el gobierno tiene con los regímenes de Nicaragua, Cuba, Venezuela y Rusia, entre otros. Diez días antes de la invasión, el Presidente le dijo a Putin que Argentina debía ser la puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica. En la ONU, Argentina votó bien, pero varios de sus funcionarios y sus referentes tienen posiciones de simpatía con quienes votaron a favor o se abstuvieron.
Argentina tiene, desde el gobierno de Alfonsín, una tradición de defensa de los derechos humanos y de la democracia. Por ello es reconocida y es una voz autorizada en todos los foros internacionales. Eso es un capital histórico y simbólico que debemos cuidar y profundizar.
¿Qué hoja de ruta proponen para recuperar protagonismo internacional en pos de la paz mundial pero a la vez en contra de los autoritarismo?
Argentina debe apuntalar su compromiso con el derecho internacional y las resoluciones que surgen de las Naciones Unidas. Ese debes nuestro principio rector.
En esta dirección, debe participar y promover votaciones en este sentido tanto en la ONU como en la OEA.
El MERCOSUR no se hizo sólo con fines económicos o comerciales. Se hizo también con fines políticos y diplomáticos, para que la voz de la región y de cada uno de los países que lo integran sea una voz más relevante. El gobierno debe promover de manera urgente una cumbre con los presidentes y ministros de relaciones exteriores de los países miembros del MERCOSUR, para tener una posición común. Lo mismo en la CELAC lo cual, por supuesto, es más desafiante y más difícil. El Presidente preside ahora la CELAC: no puede seguir esperando para promover una cumbre para tratar de consensuar una posición crítica respecto a la invasión y de exigencia de cuidado de los derechos humanos, de retiro de las tropas invasoras, y de que se haga un llamado regional para que el conflicto se dirima a través de vías diplomáticas. Me parece malo que todavía no lo haya hecho.
Finalmente, se debe suspender el vínculo militar con el ejército ruso. Se debe denunciar el acuerdo de diciembre de 2021 respecto a la formación académica de miembros de las fuerzas armadas argentinas por parte del ejército de Rusia.
Y tenemos que otorgar facilidades para la recepción de refugiados ucranianos y ser totalmente solidarios con Ucrania y su pueblo. También con el pueblo Ruso, que son otras víctimas de esta invasión.
Si bien este es un documento de la Fundación Alem, hay posicionamientos similares del resto de los partidos de JxC. ¿Qué planteos se pueden hacer en conjunto al respecto?
Apenas se inició la invasión los presidentes de los cuatro partidos se expresaron claramente en el mismo sentido que lo expresado en el documento de la Fundación. Lo mismo pasó con nuestros legisladores. Tenemos plena coincidencia entre el Instituto Hannah Arendt (Coalición Cívica), la Fundación Pensar (PRO) y la Fundación Encuentro Federal (del Peronismo Republicano). Estamos trabajando en una plataforma electoral conjunta que contiene un posicionamiento común respecto a esta guerra y que plantea lineamientos a futuro a partir de su devenir.
Aprovecho para preguntarte sobre un evento que reunió a las cuatro fundaciones de Juntos por el Cambio para discutir una política contra el narcotráfico. ¿En qué coyuntura se enmarcó el evento?
Estamos trabajando en una plataforma electoral conjunta. Nuestros equipos están trabajando juntos. Queremos hacer actividades de propuestas concretas sobre los principales problemas que debe afrontar la Argentina. Empezamos por el problema del narcotráfico. Hicimos una actividad con especialistas de las cuatro fuerzas, ONGs como Madres contra el paco y académicos.
¿Qué diagnóstico hacen de la situación del narcotráfico en nuestro país?
Estamos en una situación grave porque el narcotráfico viene avanzando y en los barrios más pobres de los grandes centros urbanos las redes del narcotráfico se están expandiendo y consolidando. Necesitamos una política nacional y federal, con todas las provincias, para luchar contra el narcotráfico, las redes de drogas, y para atender el tremendo y doloroso problema de las adicciones.
¿Qué se plantean desde una alianza con fuertes posibilidades de volver al gobierno en poco tiempo para enfrentar este problema?
Ese mismo día sacamos una serie de propuestas que pueden encontrar en Internet. Entre otras cosas proponemos fortalecer las áreas de lucha contra el narcotráfico que fueron disminuidas durante el actual gobierno. Vamos a reforzar la lucha contra el narcomenudeo ampliando programas de “Barrios Seguros”. Vamos a incrementar la presencia activa de fuerzas federales a lo largo de todo el país, y que trabajen en conjunto con las fuerzas provinciales. Vamos a mejorar la capacitación de fuerzas de seguridad y ampliar su participación en un Instituto Conjunto de Conducción Estratégica. Vamos a atacar la base financiera del narcotráfico y decomisar los bienes de los narcos. Vamos a prevenir el lavado de dinero y utilizar herramientas como la ley de extinción de dominio promulgada por el Decreto 62/2019.