sábado 21 de diciembre de 2024
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La verdadera campaña de octubre está por comenzar ¿Quién se equivocará menos?

Contrariamente a lo que afirman algunos legos y otros no tanto, las PASO han servido bastante: han acotado y ordenado un poco el sistema de partidos y pusieron en evidencia, por ejemplo, las falencias comunicacionales y político-educativas de ciertas campañas y de algun@s candidat@s.

No parece poca cosa cuando los principales aún tenemos el voto que vale en nuestras manos y podemos acompañar pero también castigar en octubre a quienes quieren ser agentes.

Dicen por ahí que el Presidente Mauricio Macri pide y/o exige y/o recomienda a sus funcionarios más cercanos –lo que incluye a varios candidatos– que estén temprano de vuelta en sus casas para cenar en familia. Con permiso y humildemente me presento y digo: craso error Sr. Presidente: sin querer herir susceptibilidades varios de los muchachos ostentan un déficit de calle alarmante, por lo que diferentes grupos sociales han generado en relación a los mismos la pregunta del millón; ¿son o se hacen?

Señor Presidente deje que de vez en cuando –por supuesto que con el conocimiento previo de las señoras esposas o madres o abuelas si son solteros– lleguen después de las 23. Que se den una vueltita por la realidad, se claven un pancho con papitas y coca de parados o una Ugi’s –en Constitución o en Once– y que charlen con el que está al lado, que se tomen una combi con destino a donde sea del gran Buenos Aires. Por ahí, quien sabe, terminan aprendiendo algo sobre el complejo universo nac & pop, lo que no les vendría nada mal.

Incluyendo el período –tan dichoso como doloroso– de principio de los ochenta del siglo pasado, en reiteradas oportunidades he señalado, ante el pedido de asesoramiento, la necesidad de implantar entre nuestros funcionarios y candidatos el simple y eficiente no comment tan usado en sistemas políticos más desarrollados. No saber es completamente admisible pero decir estupideces y nimiedades con cara doctoral es un verdadero quemo que suele trasladarse negativamente a las urnas.

Ante los reiterados y lamentables casos, en la campaña PASO recién finalizada, de declaraciones vanas y confusas sobre temas mayores y de gran impacto sobre diferentes grupos sociales me permito aconsejar recordando a los filósofos políticos el necesario aprendizaje de lo que los griegos denominaban kairos (algo así como la capacidad de decir y/o accionar con conocimiento en el momento oportuno) por parte de los candidatos.

El haber hecho enfrentar a la ex presidenta Fernández con un candidato muy poco conocido pudo ser una estrategia muy interesante de Cambiemos en términos de restarle entidad política. Pero parece que a alguien se le olvidó explicarle esa estrategia al propio candidato, que se lanzó rápidamente al ruedo a opinar a diestra y siniestra sobre casi cualquier tema con el fin de disminuir sus índices de desconocimiento por parte del público. Y, ay, lo logró.

Me permito recordar que no sólo quemando cajones fúnebres se pierden elecciones; hay declaraciones personales desgraciadas que, por sus consecuencias, pueden ser peores que la quema.

Sin tener que acercarnos al stalinismo, un poco de disciplina partidaria organiza y ordena al accionar político colectivo haciéndolo a veces más eficaz y eficiente.

Y esto es lo que va a necesitar Cambiemos en octubre en la Provincia de Buenos Aires si es que no ocurre ningún acontecimiento inesperado que cambie la dinámica electoral. Porque pequeñas diferencias serán las causales de obtener, por ejemplo las bancas que están en competencia. Para eso hay que dejar de equivocarse, en principio con respecto a políticas públicas que afectan a grupos importantes de la sociedad pero también tienen que dejar de hacerlo los candidatos con las palabras y las afirmaciones.

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