Martín D’Alessandro es el presidente de la Sociedad Argentina de Análisis Político y un reconocido investigador en el ámbito de la Ciencia Política. Nuevos Papeles entrevistó al académico en el marco del XIII Congreso de Ciencia Política que se desarrollará en la Universidad Di Tella del 2 al 5 de agosto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El encuentro más importante de la Ciencia Política nacional con título “La política en entredicho. Volatilidad global, desigualdades persistentes y gobernabilidad democrática” contará con 480 paneles, la presencia de 60 invitados internacionales, 40 investigadores nacionales y estará dividido en doce áreas temáticas, el programa completo se puede consultar en el sitio de la Sociedad Argentina de Análisis Político.
D’Alessandro expresó que “el rol del politólogo es fundamental tanto para los hacedores de políticas públicas como para la sociedad, existe en la actualidad un gran reconocimiento del saber politológico”.
¿Cómo se desarrolló la Ciencia Política como disciplina en Argentina?
La Ciencia Política creció enormemente en los últimos 20 años, a partir de un hecho significativo que es la redemocratización en 1983 que permitió libertad universitaria y de investigación, éste es un requisito básico para que una disciplina crezca. También tuvo un fuerte impacto la apertura de la carrera de Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires que generó una explosión en la cantidad de graduados y estudiantes. A partir de éste hecho, se originaron distintas carreras relacionadas en universidades públicas y privadas.
En la actualidad, existen 45 carreras de Ciencia Política y/ o Relaciones Internacionales o estudios afines. La oferta educativa, el número de graduados, así como el conocimiento acumulado en la disciplina y las subáreas crecieron de manera exponencial, también la cantidad de investigaciones, tesinas, tesis, publicaciones e investigaciones del Conicet. La Ciencia Política es una disciplina muy presente en los círculos políticos y cada vez más a los ojos de la sociedad.
¿Cuáles son los orígenes del Congreso Nacional de Ciencia Política?
En Congreso se formó hace 24 años en Argentina, a través de la SAAP que es la asociación que nuclea a la Ciencia Política a nivel nacional, el primero fue en el 93 y desde entonces se realiza en forma ininterrumpida, la continuidad y estabilidad son aspectos fundamentales en un país de disrupciones.
Los congresos son cada vez más atractivos en sus formatos, con mayor concurrencia, y más heterogéneos en relación a su proveniencia así como en cuanto a asistentes y expositores.
¿Qué distinguirá al Congreso durante este año?
En esta ocasión, asistirán 60 invitados internacionales que participarán de sesiones especiales y conferencias. El Congreso de esta manera logra calidad y reconocimiento a nivel global.
Por otra parte, se divide en doce áreas sobre las cuales la SAAP convoca a presentación de investigaciones de los colegas y estudiantes y orienta sus propuestas en mesas o conferencias.
Habrá varios paneles sobre populismo, un fenómeno de los últimos años. También, participarán políticos y funcionarios desde el más alto nivel que expondrán en paneles como participantes o comentaristas. Es un reconocimiento importante de los hacedores de políticas respecto de la disciplina, en el espacio que los politólogos discuten sus investigaciones.
Por un lado, el desarrollo de la disciplina generó una identidad a la Ciencia Política más allá de las heterogeneidades y de las subáreas, permitiendo un saber politológico acumulado.
¿De qué manera se relaciona el rol del politólogo con los cambios políticos?
En el ámbito profesional el rol del politólogo es reconocido, en el pasado era un asesor que su incorporación estaba ligada a la militancia, en cambio, en la actualidad se produce un reconocimiento del saber especializado, conocido en los círculos más interesados en la política. La mirada del politólogo es cada vez más demandada, hay un saber que los politólogos conocen y hasta más que los políticos en varias áreas.
El reconocimiento de la disciplina demuestra que la Ciencia Política está en su mejor momento. Los cambios políticos influyen en las agendas de investigación, el crecimiento profesional no se vincula a éste factor. También impacta la agenda del gobierno en un contexto determinado, así como el “mainstreming” mundial que son las temáticas que se ponen de moda por una nueva teoría o perspectiva.
¿Cómo afectan los impactos globales en la disciplina?
La Ciencia Política tiene dos grandes influencias, por un lado las temáticas de la academia a nivel mundial con preponderancia de lo que sucede en Estados Unidos, por otro, la agenda del gobierno. En los ochenta se desarrolló la discusión entre el parlamentarismo en contraposición al presidencialismo; en los noventa el foco es en los programas de reforma y viabilidad política; en el 2000 la representación política y el federalismo. Se genera una retroalimentación entre la agenda del gobierno y de la academia.
Los grandes hitos también producen sacudones en las agendas de la ciencia política, por ejemplo en Relaciones Internacionales los procesos de integración regional no tienen un ímpetu tan optimista como en los años de oro de la Unión Europea. La discusión sobre la Tercera Vía y los cambios hacia una socialdemocracia tampoco. A partir de distintos episodios, se abre una repregunta sobre la globalización, si existe una regresión, el papel del Estado Nación, los populismos, los liderazgos. Los eventos a nivel mundial modifican la agenda de las metrópolis académicas y de las periféricas.
¿Existe una Ciencia Política a nivel federal?
Sí, en Argentina se produce un proceso positivo de identificación de la Ciencia Política a nivel federal con centralidad en Buenos Aires, por la cantidad de investigaciones, publicaciones, librerías, hay cierto desbalance por la cantidad de centros académicos en Capital pero es correcto afirmar que la disciplina se ha federalizado y mediante las herramientas online se produce un acortamiento de las distancias geográficas.
¿Cuál es tu análisis sobre la crisis de los partidos políticos?
Es un tema importante que es estudiado por la Ciencia Política a nivel mundial hace más de treinta años y en la Argentina. Los partidos políticos son necesarios para que funcione la democracia, para ordenar las preferencias de los ciudadanos, para garantizar la información desde las bases hacia la dirigencia, para ordenar el gobierno y para facilitar las opciones de los electores. Sin embargo, está en declive el modelo centrado en los partidos políticos, ya que sufren astillamientos, fracturas, fisuras pero aún no es claro el rumbo que alcanzará.
¿De qué manera afecta el presidencialismo a la crisis de legitimidad de los partidos?
El presidencialismo exacerba los personalismos y el liderazgo, así como la representación en los parlamentos. Inclusive en Europa se plantea una presidencialización de la política.
Las coaliciones tienen poca durabilidad, es producto de la falta de organización que mantenga la disciplina de sus miembros a pesar de sus preferencias, se genera una política más fluida y gaseosa, personalista e impredecible, más riesgosa desde el punto de vista democrático, los especialistas tienen cierta mirada pesimista acerca del tema. En éste contexto aparecen casos como el de Donald Trump.
¿Cómo influyen los medios masivos de comunicación en la crisis de legitimidad de los partidos?
Los medios de comunicación influyen no solamente porque son empresas con intereses comerciales, sino que se convirtieron en la arena de la política, reemplazan al parlamento y actúan como el principal foro, por lo cual empuja a la política a ingresar en éste mundo y para actuar se aceptan las reglas de juego de los medios de comunicación que son la inmediatez, la necesidad de mostrar resultados en poco tiempo, y la personalización de los asuntos públicos.
La política es una actividad que requiere de tiempo para armar consensos y llegar a acuerdos entre actores colectivos pero es poco atractivo éste formato para la TV y las redes sociales. Las cuestiones se dirimen en peleas mediáticas entre dirigentes y se simplifica la política a tal punto que se banaliza y es negativo para el ideal del ciudadano informado.
¿Por qué las instituciones no producen políticas públicas con durabilidad en el tiempo en nuestro país? ¿Cuál es el análisis desde la ciencia política?
Es parte del mismo proceso, las instituciones se sostienen en el tiempo, el problema son los resultados. La ciencia política trabajó el tema y alertó acerca de la prejudicialidad de los cambios abruptos y los beneficios de la estabilidad institucional. El ejemplo más claro es la política exterior argentina que cambia de acuerdo a los intereses de la política interna. Las posiciones son abruptas e impiden la construcción de un poder blando y afecta la imagen de Argentina.
En relación a los cambios en las reglas, se discute sobre las PASO, los mismos actores que votaron la ley en 2011, ¿cómo es tu lectura?
Las elecciones primarias son un instrumento útil, suponen una democratización porque se traslada la elección desde la cúpula partidaria a la ciudadanía. Es un avance pero no fueron utilizadas como se esperaba, sólo por algunos partidos y distritos. El tema requiere un debate serio a nivel institucional y académico.
¿Cuál es tu análisis de la política como espectáculo?
Los partidos actúan igual desde su origen, se adaptan a las circunstancias y buscan captar votos para acceder al gobierno y la representación. El escenario es de mayor complejidad, la sociedad exige un menor “accountability” y se repliega en los ámbitos privados e individuales, así como el rechazo de lo público. Cada uno de estos elementos es entendible visto desde cómo actúan los políticos; los medios buscan vender publicidad y más diarios que también es lógico y los ciudadanos están cada vez más orientados a lo privado. El problema es que todos los aspectos juntos afectan a la calidad de la democracia.
En un año electoral ¿cómo evalúas la coyuntura política?
La coyuntura actual es que el presidente proviene de un partido que por primera vez gobierna a nivel nacional, esto genera reacomodamientos en los actores políticos como el radicalismo, peronismo y los sectores de centro izquierda.
Durante el kichnerismo el escenario era de un partido unificado aunque no monolítico que gobernaba con disciplina partidaria y una oposición fragmentada, en éste contexto es a la inversa gobierna un partido bastante unificado, aunque no monolítico con una oposición fragmentada y con un peronismo que se presenta con distintas listas. El escenario es un interrogante, habrá que analizar si terminará atomizado ahora que es oposición.
Por ultimo, ¿el peronismo sigue siendo un actor principal de la política argentina?
El peronismo sigue siendo un actor fundamental, tiene una flexibilidad programática y elasticidad que le permite jugar de manera competitiva en distintos espacios y con acuerdos en diferentes espacios, aunque perdió una condición de oro que era ser el partido ganador y eso es un golpe importante.