sábado 27 de julio de 2024
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Pablo Andrés Neumeyer: “No existe la inflación no monetaria”

Por Martín Tetaz

Pablo Andrés Neumeyer es Profesor Plenario del Departamento de Economía de la Universidad Torcuato Di Tella e investigador del CONICET. Su investigación en el campo de la macroeconomía, el desarrollo y las finanzas internacionales ha sido publicada en prestigiosas revistas científicas internacionales como American Economic Review, Journal of Monetary Economics y Econometrica.  Recibió la Guggenheim Fellowship y numerosos premios y subsidios a la investigación de la Tinker Foundation, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, la Commission of the European Communities, el Institute for the Study of World Politics y Columbia University.

Actualmente es Economista Jefe del Banco Central y en esa calidad nos recibió amablemente en su oficina para conversar sobre la visión de la entidad respecto de la inflación y su trabajo para combatirla.

La primera expresión del funcionario sintetiza el mensaje que quiere transmitir el central:

No sé si tiene sentido la entrevista. La política del Banco es que lo que hacemos sea previsible y transparente y a tal efecto hemos instrumentado una serie de publicaciones y comunicados en los que expresamos nuestras posiciones y describimos las metas, junto con las medidas que aplicamos.

Si, bueno, tampoco se conoce la fórmula que utiliza el Central para decidir cada martes si sube o baja la tasa, y de hecho Federico Sturzenegger dice que su única preocupación es la inflación y que las tasas se mueven de acuerdo a la evolución de los precios, pero la reacción en marzo cuando del dólar tocó los $16 fue notoria.

Eso fue circunstancial por el vencimiento de los futuros. La visión del BCRA es de conocimiento público.

Así me lo transmitió Sturzenegger en su momento. De todos modos, el objetivo de la entrevista es bajar a la calle lo que ustedes comunican de manera excesivamente técnica. Yo tengo claro lo que hacen y la mayoría de los economistas que leemos los informes monetarios entendemos el modelo que tiene en mente la entidad, pero esa no es la realidad en el votante mediano. Por ejemplo, mucha gente especulaba con que el Central devaluaría nuevamente en julio y algunos creen que lo va a hacer en diciembre o en marzo del año que viene, porque sostienen que la inflación ya se comió la competitividad obtenida con la devaluación del 16 de diciembre pasado. Lo concreto es que la gente común no tiene claro cómo funciona el mercado de cambios, como se forma el precio del dólar o de que depende la inflación.

De acuerdo. El BCRA está atravesando un proceso de cambio comunicacional con el objetivo de llegar a un público más amplio.

En ese sentido mi visión es que la gente no tiene capacidad para distinguir que parte de la inflación es por la política monetaria y que parte es por culpa del shock de precios relativos, aun cuando el Presidente del Banco explico en el primer informe monetario que difundió que los saltos de diciembre y abril eran atribuibles a la devaluación y a la corrección tarifaria y por lo tanto eran fenómenos de una vez, que… (Interrumpe Neumeyer).

Es que no hay inflación no monetaria.

Sturzenegger dijo que la suba de tarifas no iba a generar inflación porque el menor dinero disponible para otros bienes iba a corregir el resto de los precios a la baja.

Exacto. Pensamos en la inflación en un contexto de equilibrio general en el que los cambios de precios relativos no necesariamente se traducen en inflación. En todos lados hay cambios de precios relativos, aún en países con baja inflación. La clave es que los cambios de precios relativos no estén acompañados de aumentos en la cantidad de dinero.

(Ahora interrumpe Veinte Manzanas) Pero eso no fue lo que pasó, la inflación core venía bajando y hubo un rebrote de inflación en abril por culpa de las tarifas.

Sin embargo, las expectativas de inflación futura no se movieron, fue un fenómeno transitorio; un salto de precios. El nivel de precios en agosto fue aproximadamente un 12% superior al que hubiese sido si hubiésemos seguido la tendencia de crecimiento de los precios de 2015. Esto a pesar de los aumentos de tarifas, unificación cambiaría, eliminación de retenciones y otras trabas a la exportación de alimentos.

Si yo hubiera sido Sturzenegger habría actuado con menos gradualismo, no le habría girado un peso mas al tesoro desde el día que asumí. ¿No es en parte ese gradualismo el culpable de que la gente no crea tanto que la inflación efectivamente bajará a la velocidad que ustedes postulan?

Vamos a ver cómo termina la película. Las expectativas de analistas económicos profesionales relevadas por el Banco Central están bastante cerca de los objetivos del BCRA. Lo mismo ocurre con las expectativas de los Hogares relevadas por la Universidad Di Tella. La idea del gradualismo fiscal es distribuir el impacto del ajuste presupuestario en el tiempo. En lo monetario, dado que elegimos bajar la inflación con un régimen de metas de inflación con tipo de cambio flotante, el gradualismo fue muy natural.

Ok, pero volvamos al modelo de expectativas con información imperfecta que tienen ustedes en mente. Si no tienen éxito en convencer a los actores respecto del ritmo al que desinflan, los precios que forma un empresario, un sindicalista, o cualquiera que firma un contrato de alquiler, por ejemplo, van a seguir creciendo de acuerdo a la expectativa que ellos tienen. Ustedes dijeron 25% de inflación para este año y los salarios se formaron al 35%, evidentemente no les creyeron y sin convalidación monetaria, el desacople entre la tasa de expansión monetaria real y la inflación esperada por los actores, se traduce en recesión, porque nadie vende si ponen mal los precios y no hay dinero para convalidar esas transacciones.

Nosotros estamos convencidos del modelo sobre el que basamos nuestras políticas. Los precios están respondiendo a esa lógica y se están frenando. Si se llega a producir una recesión como consecuencia de la falta de credibilidad que mencionas, será un fenómeno transitorio hasta que todos comprendan la lógica del modelo que guía nuestras decisiones monetarias.

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Veinte Manzanas

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