miércoles 9 de octubre de 2024
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Mónica Marquina: Trotta y una promesa difícil de cumplir

En estos días de recambio de gobierno se vuelven a definir los ámbitos del Estado encargados de atender los asuntos públicos; más o menos ministerios y qué asuntos se tratan juntos y separados. Aquí nos preguntamos qué pasa con el Ministerio de Educación.

A lo largo de la historia de la apertura democrática tuvimos un Ministerio de Educación y Justicia, ministerio de cultura y Educación, Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología, Ministerio de Educación y Deportes, y últimamente el Ministerio de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología. Al parecer ahora tendremos un Ministerio de Educación a secas.

Entonces la pregunta es: ¿cuál es el sentido de un Ministerio de Educación cuando es un ministerio sin escuelas? Parece una pregunta sin sentido pero no nos olvidemos que hubo un presidente que duró poco tiempo que -bajo este argumento- casi cierra el Ministerio de Educación.

Durante los años ‘70, el gobierno de la dictadura transfirió las escuelas primarias a las provincias, durante el gobierno justicialista de Menem terminó de transferir todo lo que quedaba: escuelas secundarias e institutos terciarios. A partir de ahí las provincias se hicieron cargo de los salarios y del funcionamiento de su educación, y el Consejo Federal reúne a ministros de educación provinciales encargados de los acuerdos nacionales para garantizar la política educativa a nivel de todo el país.

¿Cómo aseguramos en este escenario que haya un único sistema educativo y no 24 sistemas educativos provinciales? Aquí es donde está el rol del Ministerio de Educación. La ley hoy le asigna al Ministerio de Educación la tarea de asegurar inclusión e igualdad a través del financiamiento de programas que atienden infraestructura, equipamiento, textos escolares, etcétera, para asegurar a las familias y a las escuelas niveles iguales de calidad educativa. También se encarga de asegurar estructuras curriculares y núcleos de aprendizaje prioritarios básicos para todo el país. Se encarga de la formación docente, de definir la política nacional a partir del Instituto Nacional de Formación Docente, y se encarga de la evaluación a través de las pruebas educativas periódicas que detectan los problemas que luego hay que revertir.

El nuevo Ministro de Educación incluyó una nueva función, que es la de la paritaria nacional docente para asegurar equidad en los salarios de todo el país. Dependerá del poder financiero y político del Ministerio de Educación para que pueda cumplir con esta tarea difícil de integración nacional.

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