jueves 18 de abril de 2024
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Alejandro Einstoss: Papa caliente para Alberto

La semana pasada la Secretaría de Energía indicó que los precios de la energía eléctrica vigentes desde abril del 2019 seguirán así hasta abril del 2020. Esto implica que el precio que pagamos en nuestras facturas de energía eléctrica permanecerá congelado durante ese período.

Dos comentarios al respecto. El primero, esta medida patea para adelante la resolución de un problema de difícil solución: cómo ajustar las tarifas en un contexto económico complicado de una manera socialmente aceptable.El monto en cuestión representa el 50 por ciento del valor de la factura que pagamos en nuestras casas. El otro 50% es transporte y distribución, que debió ser ajustado en agosto de este año y fue postergado también hasta el año próximo con una promesa de compensar a las empresas en cuotas a partir de enero del 2020.

Por otro lado esta medida también tendrá impacto fiscal, ya que la diferencia entre un precio de la energía actualizado fijado por CAMESSA y el precio que pagamos por la demanda se cubrirá con subsidios que CAMESSA, que es la empresa encargada del despacho eléctrico, nos avisa que ya cubren en el 52% del costo de abastecimiento. Es decir, que la factura que pagamos alcanza para cubrir el 48 por ciento del costo de la energía que consumimos.

En resumen, el congelamiento del precio de la energía, la evolución del tipo de cambio y la evolución de la inflación harán que el ajuste de tarifas esté entre los primeros lugares de la agenda del próximo gobierno.

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