viernes 26 de julio de 2024
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Martín D’Alessandro: Primer debate presidencial 2019, una reflexión

 

La Argentina fue el anteúltimo país de América Latina en tener un debate  presidencial televisado, lo cual es sorprendente porque desde 1983 hay una cultura política democrática. De hecho hemos tenido debates emblemáticos como el de Caputo Saadi en el ’84, Cafiero Casella en el ’87 o De la Rúa – Fernández Meijide en el ’98. Ahora somos uno de los cuatro países, junto con México, Panamá y Costa Rica, que tenemos debate televisado por ley.  

Sin embargo los resultados no terminan de convencer. En realidad nuestras críticas son las mismas que se hacen en todo el mundo: no hay un efectivo contrapunto de ideas. 

Aun cuando lo permita el formato -que muchas veces está muy reglado en función  de los requerimientos televisivos- los candidatos prefieren dirigir su mensaje directamente hacia su público. 

Es que se sabe que los debates difícilmente puedan otorgar nuevos votos a los candidatos. Cada espectador cree que el debate lo ganó el candidato al que piensa votar. Por lo tanto, lo que para nosotros sería incomprensible, como no defenderse incluso de ataques injuriosos, para los candidatos y sus estrategias de campaña es lo más racional. Para la ciudadanía en general sin embargo son elementos útiles para difundir más información sobre los candidatos y sus posturas sobre determinados temas. 

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