lunes 30 de diciembre de 2024
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Tres triunfos auspiciosos

Mendoza, la calle y los estudiantes

Fue muy importante el triunfo en Mendoza, donde se impuso la coalición que integra la UCR desde hace casi cuatro años. El gobernador electo, el Dr. Rodolfo Suárez, pertenece a la UCR y expresa tanto la posición del radicalismo como la de Juntos por el Cambio. El triunfo refleja el reconocimiento a la buena administración del gobernador actual, Alfredo Cornejo, y a su sucesor, Rodolfo Suárez, cuya gestión como intendente de la Ciudad de Mendoza y como presidente del comité radical de su provincia fueron refrendadas en el 50% de votos que lo ungieron gobernador.

Pasaron algunas cosas más este fin de semana pasado, además del extraordinario triunfo en Mendoza.

Por un lado, el masivo acto de campaña de Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires -el primero de la caravana 30 días, 30 ciudades, 30 propuestas que se realizará en todo el país- mostró la cohesión de la coalición y la voluntad de expresar su apoyo en las calles.

Por otra parte -algo que a veces pasa desapercibido pero que es importante en la proyección de tendencias futuras-, el triunfo en las federaciones universitarias de Córdoba y de Buenos Aires por parte de las fuerzas reformistas, que expresan la posición política del radicalismo y que ponen en evidencia una representatividad en descenso del Frente por Todos en el ámbito universitario.

¿Se puede dar vuelta la elección?

Lo ocurrido este fin de semana ayuda a comprender la polifacética y poliédrica realidad en Argentina, con todos sus matices. Refleja la voluntad de muchas personas en el país, en Buenos Aires y en el mundo universitario, de expresar puntos de vista que tienen que ver con la tolerancia, el respeto a la ley, la honestidad y la integridad de los gobernantes, la idea de progreso social, el repudio a la violencia como método de acción política, la voluntad de que la Argentina esté integrada al mundo. Todos valores, concepciones y proposiciones que distinguen nuestro pensamiento.

El peso de estas opiniones se verá en la elección del 27 de octubre, partiendo de la base que hay una masa crítica de 35% de la sociedad que en agosto ya brindó su opinión a favor de la continuidad de Juntos para el Cambio.

Mendoza nos provee un dato cuantitativo clave: el número de votos que obtuvo la candidata del Frente por Todos el domingo pasado fue menor al número de votos que obtuvo la fórmula de Alberto Fernández en las elecciones primarias. Es posible pensar, entonces, que algunos votantes revisaron su punto de vista al emitir su voto el domingo pasado; la cifra es significativa, estamos hablando de cerca del 12% de los votos.

Es cierto que no se puede hacer un traslado automático de una elección provincial al ámbito nacional, pero la diversidad de matices en la polifacética realidad argentina hace que la próxima elección -donde se elegirán presidente, vicepresidente y legisladores nacionales- permita generar un escenario político distinto al de la PASO.

Suceden cosas entre que se emite el voto en las PASO  y la siguiente elección:  por ejemplo, la elección en Mendoza;  el despliegue de las consecuencias de las decisiones tomadas en la PASO; la fijación de posiciones políticas que antes no se conocían, por caso, antes nadie había hablado de reivindicar la lucha armada de los ’70, eso sucedió después, como también fue tomando forma e ímpetu la propuesta de una peligrosa reforma de la Constitución.

El espejo de Chile y Uruguay

La pobreza en Argentina es dramática. Vale la pena preguntarnos por qué, desde una mirada histórica, tenemos los niveles de pobreza que tenemos.

La Argentina tiene un problema serio, que es el retroceso con relación a nuestros vecinos. En Uruguay o en Chile, a lo largo de los últimos 20 años, redujeron la pobreza del 30% al 10%. ¿Nosotros no pudimos porque nos fue mal? Diría que no, porque con ese criterio, a la administración anterior no le faltaron recursos sino que -por el contrario- dispuso de un excedente de recursos fiscales nunca antes visto en la historia argentina. ¿Porque no tuvimos tiempo? Con ese criterio, la administración anterior fue la más extensa en términos de experimento político desde el año 1930 a la fecha. ¿Hubo un contexto internacional desfavorable? De ninguna manera, fue muy auspicioso para la Argentina.

Me parece que la respuesta tiene que ver con la incapacidad que estamos teniendo los argentinos para formular un proyecto de futuro que nos represente. Parece bastante evidente que el populismo, el facilismo económico, el responsabilizar a los otros, el consumo presente en detrimento del futuro, todo esto forma parte de una visión corta, que no ataca el problema, que redunda en resultados muy desfavorables para la Argentina y que ésto queda en evidencia cuando nos comparamos con vecinos cercanos, como Chile y Uruguay.

¿Y los acuerdos?

El populismo político acompañado del facilismo económico viene junto con un vacío de reglas de juego y -algo clave- la falta de vocación de acuerdos sustantivos en relación al futuro del país.

Sin ir más lejos, la ex presidente Kirchner se negó a hacer entrega de los atributos del mando al presidente Macri; esto es un dato de la realidad y por si quedaran dudas, en el libro que publicó en abril de este año, explicó que hacerlo hubiera constituido “un acto de rendición”. La rendición es algo que sucede en una guerra y forma parte de la concepción de la política que expresa un grupo político que hoy está en la oposición.

Otro ejemplo, esta vez avanzado el mandato del presidente Macri. En diciembre de 2017, después de un triunfo de la coalición, hubo un proyecto de ley que se intentó tratar en el congreso en acuerdo con los gobernadores, y se desató una batalla campal frente al Congreso. Estamos hablando de una época en la que el índice de pobreza estaba en descenso -era menor al recibido en 2015 y había llegado al límite inferior de los últimos 15 años-, donde no había una situación de dramático empeoramiento, ni un gobierno ausente ni tampoco falta de voluntad de diálogo con los otros actores. Sin embargo, hubo un grupo político que desató una batalla campal en el Congreso, argumentando que había una fuerza que usurpaba el poder, en alevosa negación del reciente triunfo electoral de mitad de mandato.

La economía del “período de Entrecomicios”

Algo sucedió entre el viernes antes de las elecciones primarias y el lunes posterior, algo que no se explica ni por el incendio de la Amazonia ni el huracán de Miami pero que tiene esa virulencia, algo que duplicó el riesgo país y generó una devaluación del peso del 30%. El resultado de las PASO tuvo consecuencias muy negativas sobre los ingresos de los argentinos y forma parte del escenario económico incierto de cara a octubre.

Luego, hay algunos mitos que es importante desmitificar de cara a octubre. Hay quienes acusan al gobierno de Macri de haber avanzado mucho en el incremento de la deuda. La pregunta es: ¿la administración anterior realmente comandó una “década del desendeudamiento”?

Definitivamente no. Eso no es cierto, todo lo contrario: el kirchnerismo aumentó la deuda en $150 mil millones de dólares. La necesidad de financiamiento que apremió al gobierno de Macri nace de ahí, de hacerse cargo de los intereses de antes más las consecuencias del default y el extraordinario déficit fiscal heredado. Entonces la deuda es un problema para Argentina, claramente, y debe ser reperfilada -que es el verbo que se está utilizando-pero para eso hace falta tener también solvencia fiscal y equilibrio de las cuentas, dos condiciones imprescindibles para hacer viable y posible  un esquema que permita superar ese atraso relativo de Argentina con respecto a otros países.

Hacia 2020 y más allá

El radicalismo demuestra, no sólo a través de reiterados compromisos con la coalición expresados institucionalmente en la máxima autoridad partidaria, que es la Convención Nacional de la UCR, sino también en los triunfos como el de Mendoza, que honra el mandato de sus votantes.

Sin duda, luego de la elección, en esta coalición que integramos habrá una rediscusión de las reglas de juego, como en una pareja o en una sociedad comercial cuando uno repacta las relaciones, por ejemplo en la forma de tomar decisiones y en el establecimiento de criterios para cuando hay discrepancias sobre determinadas posiciones.

¿Cuáles serán nuestras figuras clave? El radicalismo tiene tres gobernadores -el Dr. Rodolfo Suárez, elegido en Mendoza, el Dr. Gerardo Morales en Jujuy, y el Dr. Gustavo Valdés en Corrientes- y yo albergo la esperanza fundada de que en la provincia de La Rioja el ingeniero Julio Martínez sea elegido gobernador. A eso se suma el hecho de que tendremos más legisladores nacionales en la próxima Cámara y eso quiere decir que el radicalismo, con los presidentes de sus bloques -que en caso de ser ratificados por sus pares, serán Mario Negri y Luis Naidenoff- son las personas claves en la definición del futuro del radicalismo.

 

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