viernes 19 de abril de 2024
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Alejandro Einstoss: Un futuro condicionado

El reciente informe de tendencias energéticas del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi nos informa que la producción interanual a julio de petróleo creció tres puntos, la de gas casi seis.

Pero al mismo tiempo nos alerta de que esa producción y ese aumento de la producción se explica totalmente por los recursos no convencionales, ya que los recursos convencionales caen en porcentajes alarmantes. Al mismo tiempo, si descontamos la producción de un solo yacimiento -Fortín de Piedra-, la producción total de gas cae más de dos puntos.

Eso pone de manifiesto la centralidad que tendrán la producción de los yacimientos no convencionales en el abastecimiento energético futuro de la Argentina.

En un reciente seminario, el presidente de la empresa que exhibe el mayor éxito en Vaca Muerta planteó la necesidad de una política de Estado que blinde las inversiones no convencionales, inversiones que serán necesarias para mantener el actual ritmo de producción y que, de no realizarse, la producción caería en la misma velocidad en que aumentó en los últimos años.

Estas manifestaciones plantean dos interrogantes, el primero: ¿Podrá Vaca Muerta seguir produciendo a este ritmo cuando finalicen los subsidios en el 2021? La reacción de la industria ante el reciente congelamiento de precios del petróleo puede ser una alerta temprana en este sentido, y la segunda: en este contexto el autoabastecimiento energético que estamos por alcanzar y que tanto esfuerzo costó, ¿será sustentable en el mediano plazo? La respuesta a esta pregunta será uno de los mayores desafíos que enfrenta la próxima administración no sólo en política energética sino también en política fiscal.

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