Como indica el artículo 56 de la Constitución Nacional, cada dos años se eligen los senadores de la tercera parte de los distritos electorales, es decir, de las provincias. Este año vamos a elegir entonces en octubre, 24 sobre 72 senadores de 8 sobre 24 distritos.
Estos cambios se pensaron así justamente para dar mayor estabilidad a la cámara
alta frente a los cambios imprevistos de políticas que pueden producir las elecciones presidenciales.
El Frente de Todos arriesga en octubre 14 de sus 36 senadores; los partidos de Juntos para el Cambio arriesgan en octubre sólo cuatro de sus 26 senadores. Y los partidos provinciales arriesgan seis de sus diez senadores. ¿Cómo quedaría conformada la cámara de senadores si se repitieran los resultados de las primarias abiertas de agosto? Bien, el Frente de Todos conseguiría 14, es decir, los mismos 14 que arriesga los Desde las PASO del 11 de agosto, todos los interesados en la Argentina -la ciudadanía, la prensa, los inversores nacionales y extranjeros- están pendientes de las palabras del Presidente Macri o de Alberto Fernández.
Pero salgamos un poco de esa angustiante vorágine y exploremos un poco cómo quedarían conformadas otras instituciones que van a definir las alianzas y las políticas de la Argentina de los próximos años.
El Frente de todo conseguiría 14, es decir renovaría y mantendría un bloque de 36 senadores, que es el 50 por ciento de la cámara que tienen ahora. Juntos para el Cambio sumaría tres senadores a los cuatro que arriesga, sumaría siete y quedaría con un bloque de 29. Y los partidos provinciales mantendrían sólo tres de los seis que arriesgan y quedarían con un bloque de siete.
36, 29, 7. Es decir, que a pesar de no ser una elección nacional, la elección de los senadores en la Ciudad de Buenos Aires Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego darán una de las claves importantes para la efectividad del próximo gobierno o bien para su control.