miércoles 4 de diciembre de 2024
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El temerario recuerdo de la República de Weimar

La República de Weimar que gobernó Alemania tras la Primera Guerra Mundial cumplió cien años y las evocaciones resuenan. No alcanzó a dar soluciones políticas y económicas en medio de un caos que se extendió hasta 1933, cuando Hitler, con el respaldo de los grandes empresarios, asumió el poder.

No se puede negar que esa frustración facilitó la euforia belicista. A comienzos de la década del 30, 9 de cada 10 alemanes eran de ultraderecha cerril , despreciaban a los partidos políticos, odiaban a los “ diferentes” y crearon el mito de la “raza pura”. Weimar se extinguió en medio de sangrientas refriegas y de crisis económicas con largas colas de desocupados. La inflación fue el eje principal del caos.

Sin embargo, el período que va de 1918 a 1933 fue de una caudalosa creatividad, que no tuvo parangón a lo largo del siglo. Aparecieron maravillas en arquitectura, en pintura,en cine, en literatura, en teatro, en música, en diseño. Fue el tiempo de la libertad creativa total por excelencia, y el cabaret, con su música, la cotidianeidad. Berlín reemplazó a París como centro de cultura europea y la ciudad alojó a los más importantes escritores del continente que se ganaban la vida como periodistas, pero era los mismos que sentían la necesidad de palpitar en aquel clima único e irremplazable.

Todo aquel paraíso se diluyó y fue reemplazado por la visión extremista de un pueblo como masa homogénea que se diluye en la voluntad del Führer. ¿ Cuál fue el origen del fracaso ? Los partidos políticos no dieron respuestas, acabó la imagen de un liberalismo institucional, las agrupaciones se fueron fragmentando, se deslegitimó la democracia , en una palabra : cundió el silencio en medio de la impotencia.

¿Porqué recordar a Weimar ?. Porque Europa se está deshilachando, todos creen que la culpa es de los burócratas de l Mercado Común, el anarquismo incendiario gana las calles de París durante meses, y en esa carrera desaforada están emergiendo las soluciones que fragmentan la idea de un continente que bregó por el entendimiento a través del comercio y el principio de la libertad.

Tienen una excusa : los partidos políticos van perdiendo adherentes, la izquierda histórica ha dejado de existir y la derecha se une a partir del odio de la inmigración y de líderes débiles.

El Brexit es un ejemplo de una carrera alocada y sin fundamento, esencialmente nacionalista y arbitraria. El eje del divorcio es el odio a los funcionarios de la Unión Europea que están en Bruselas. Ese paso puede llevar a Inglaterra a una crisis sin precedentes : Londres deja de ser el centro de las finanzas internacionales. Muchísimas empresas se mudan a otras ciudades de Europa. Inglaterra queda con un sólo socio, los Estados Unidos, siempre y cuando Donald Trump gobierne. Y además, divide al país de acuerdo a las edades de los ciudadanos : los jóvenes no quieren el Brexit, a diferencia de los mayores de 50 que bregan por ello.

Son tiempos complejos. Los países que antes pertenecieron a la órbita soviética y ahora forman parte de la Europa integrada adhieren a caudillos autoritarios que buscan hacer negocios personales y en la vieja Europa aplauden a líderes que rescatan consignas fascistas.

Publicado en Clarín el 5 de agosto de 2019.

Link https://www.clarin.com/opinion/temerario-recuerdo-republica-weimar_0_2ul3QFIDx.html

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