viernes 29 de marzo de 2024
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Los candidatos no hablan de proyectos

En junio, casi a la vuelta de la esquina, se definen los nombres o las fórmulas o las coaliciones que competirán en las próximas elecciones presidenciales. Quedará atrás las protestas de algunos sectores que creen que con una huelga se da vuelta la realidad y tienen el mal criterio de elegir como día del silencio laboral al 29, el de los “ñoquis”.

Hasta ahora sólo se conocen los movimientos de los eventuales candidatos por seducir a otras fuerzas para que los acompañen. Se selecciona quienes “aterrizarían” mejor ante la opinión pública, su imagen pública, su rostro conocido a través de la televisión y su perfomance anterior. Es lo de siempre: trenzas o enfrentamientos entre los postulantes, muestras de simpatía extrema en algunos casos forzada, besos de los personajes en los actos públicos con sonrisas o lágrimas y la mano en el corazón .

¿Teatro político o sentimiento genuino?. Una vieja historia que se repite en una Argentina que no ha podido resolver sus problemas de fondo de los últimos setenta años.

Se sabe que todavía falta que el Gobierno defina su fórmula. Para eso esperaban la convención radical donde parece que la protesta de muchos llevaría a que Macri ofrezca la vicepresidencia y otros cargos importantes a sus socios de Cambiemos, superando así su condición de protección de los líderes del PRO detrás de una fortaleza, como intocables.

La gran pregunta es ¿qué proyecto tienen los candidatos que se conocen y los que quieren llegar a serlo?. No se habla de un plan de figuritas y sonrisas sino de estrategias para salir, por ejemplo, del atolladero económico.

¿Alguien se ha pronunciado cómo seguirá la relación con el Fondo Monetario Internacional que ha prestado una montaña de dinero, el doble o más de lo que implicó el Plan Marshall, el que llevó adelante Estados Unidos en una Europa destrozada por la guerra para aplacar los entusiasmos por la figura de Stalin y el comunismo?.

¿Cómo se procederá con la deuda externa que se fue acumulando significativamente en los últimos cuatro años? ¿Se podrá salir sin taponarnos con el default?¿Qué país se le ofrece a los marginados? ¿Se seguirá con la ayuda social que es mayor a la que ofrecía el populismo antes del 2015? ¿Habrá una preparación de los marginados y desocupados para que ingresen al nuevo mundo tecnológico que ya está presente y que se potenciará hacia futuro? Y algo muy importante: ¿hay voluntad o no de superar la ” grieta” ideológica con gran contenido de odio, porque es un tema de mente y de piel y que plantea una división que despedaza al país? Populismo fue el paradigma de Cristina Fernández pero lo sigue siendo de Mauricio Macri con el subsidio a los que no tienen y sin pedirles una mayor contribución a la sociedad.

Gane quien gane las elecciones ¿quién, cómo, qué instrumentos se eligirán para consolidar la industria nacional y ofrecer entonces trabajo genuino?. Ya se sabe que el 40 por ciento de la población que trabaja lo hace en negro y por ende no aporta con lo cual pone en riesgo los fondos que protegen a los jubilados a través del ANSES. Ese organismo sigue favoreciendo jubilaciones de millones de pesos a gente que se ha presentado como ama de casa pero nunca trabajó en su vida, producto de una jugada demagógica de Cristina Fernández.

No hay un profundo cambio en las reglas del juego y si no se salta la muralla de la recesión no habrá salida. ¿Todo sucede por culpa del Fondo Monetario o por la ineptitud de los funcionarios que firmaron el acuerdo stand-by?

Esta sensación tediosa de la paralización económica ¿sólo se revierte atrayendo nuevas inversiones? ¿Se sabe acaso que todo el mundo es víctima de un decaimiento productivo y una crisis comercial por la ruptura de los entendimientos entre los caprichos de Donald Trump contra Europa y China y viceversa? ¿Esta guerra comercial durará mucho tiempo o hasta que lo echen a Trump del poder? En ese mundo fragmentado y enfrentado ¿cómo puede competir la Argentina en materia de exportaciones?.

Hay conciencia sobre un sector productor de tecnología que consigue muchos dólares para el país a través de sus colocaciones externas y rompe el círculo vicioso de estar pendiente de los dólares que se consigan con las cosechas agrarias. Pero ¿hay aliento del Estado a los nuevos desafíos de la ciencia o seguirá el depresivo argumento de la falta de fondos oficiales?. Es decir: ¿cómo agrupar y potenciar a los científicos que ha formado la nación en las últimas décadas? Y otra pregunta esencial: ¿los candidatos saben qué harán con la industria nacional? ¿La olvidarán o la ayudarán a recuperarse de una enfermedad, la de producir un 50 por ciento menos que hace un año y por lo tanto caminando en la cornisa?.

Las elecciones se pueden ganar con nombres y con estrategias del marketing político pero después habrá que ver los resultados, todo lo que quedó de las promesas iniciales. En la Argentina ya sabemos de estas componendas. Por eso, el voto popular tiene que contener la esperanza que los que elijan no cometerán los errores de los anteriores, no se dejarán seducir por la promesa inútil, realizarán obras y tratarán de reducir la pobreza del 30 por ciento de la población al mínimo.

Ni la pobreza ni la inflación concluyen en pocos años. El ejemplo de los países que lograron revertirlas se basa en un trabajo que necesita por lo menos 10 años de acción continua que tienen que ser respetadas por los gobiernos que lleguen en los años que vienen.

Publicado en Infobae el 29 de mayo de 2019.

Link https://www.infobae.com/opinion/2019/05/29/los-candidatos-no-hablan-de-proyectos/

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