En 2024, hubo elecciones presidenciales importantes en todo el mundo en las cuales a los oficialismos les ha ido mal, en casi todos los casos. EE.UU. Sudáfrica y la India, el Reino Unido, Francia. la Unión Europea y Japón son ejemplos de ello, en tanto que Justin Trudeau acaba de anunciar su renuncia para marzo en la atribulada Canadá. En México el oficialismo logró una de sus pocas victorias. Por su parte, los líderes autocráticos de China, Rusia e Irán reafirmaron sus posiciones. En tanto que presidentes como Maduro u Ortega se mantienen en el poder amañando elecciones, o líderes como Zelenski, anulándolas argumentando la guerra.
La violencia que cruza todo el planeta se refleja en el elevado Índice de Paz Global (IPG) que en 2024 mostró una situación mundial con 56 conflictos armados, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial, con 92 países involucrados y con guerras con mucha prensa, como la de Ucrania vs. Rusia, o Israel vs. el resto de Medio Oriente y otras con menos visibilidad como los conflictos africanos de Ruanda y Yemen en las que los muertos se cuentan por cientos de miles.
Al parecer la multipolaridad está resultando más gravosa que la bi o unipolaridad anterior, o tal vez, el reacomodamiento a los nuevos liderazgos no sea fácil de lograr. Esos líderes tendrán a Donald Trump como nuevo interprete de una partitura que el mismo blondo condenado no pudo tocar del todo en su primer mandato. Ahora llega desatado, dispuesto a todo, dentro y fuera de su país. Ya lanzó su intención de atacar al narco mexicano en su propia tierra y sin pedir permiso propuso comprar Groenlandia – o tomarla si fuera menester, y retomar el control del Canal de Panamá como señal de que encara un liderazgo fuerte, desquiciado y decidido.
Con Elon Musk como ladero – algunos dicen que la figura es al revés – Trump está listo para consolidar el mundo del tecnofeudalismo que se inauguró en 2008, según una sugerente idea de Yanis Varoufakis, y que implica cierta pax entre líderes fuertes, democráticos o no, que acordarán un nuevo orden mundial basado en la supremacía de la IA, las criptomonedas y las redes sociales como pilares de un futuro individualista y de control absoluto en manos de “las plataformas” que hoy ya son más poderosas que los Estados.
Este nuevo orden en formación, altamente desigual, tiene a la ultra derecha como protagonista en varios países como en Francia y Alemania. Esta última disolvió su gobierno en diciembre pasado y llamó a elecciones en donde la Alternativa para Alemania (AfD), que acaba de recibir el insólito apoyo de Musk, sigue creciendo.
El nuevo orden se despliega sobre un mapa en declive demográfico por primera vez en siglos y con una población envejecida. Mientras las tasas de natalidad en los EE.UU. y China caen, sólo la India mantiene el vigor reproductivo, pero en conjunto, tal como sostiene Nicholas Eberstadt en “La era de la despoblación”, por primera vez desde la Peste Negra del siglo XIV, la población planetaria disminuirá, ya no debido una catástrofe sanitaria, sino a decisiones tomadas por las personas.
En este mundo en llamas, Ucrania resume la conflictividad de los liderazgos o muestra la decadencia de los líderes de Europa y las debilidades de Rusia, China y los propios EE.UU. En esta guerra europea, China es parte del conflicto a través de su apoyo militar a Putin, cuyo régimen está atado a la suerte de la contienda y, por lo tanto, la de China. Por eso el resultado de la guerra en Ucrania es seguido de cerca en Asia, sobre todo en las capitales aliadas de Estados Unidos como Tokio, Seúl y Manila, la región donde es más probable que comience la próxima guerra mundial, según los analistas.
Luego de este año electoral global, el mundo está más que nunca en manos de los poderosos sean estos democráticos – sistema que también está en entredicho según los indicadores – u autoritarios, laicos o religiosos y todo indica que los liderazgos jugarán un papel clave en la consolidación de un nuevo orden controlado por la tecnología que está en plena expansión.
Publicado en Relaro mata dato el 14 de enero de 2025.