Esta semana que termina tuvo lugar, en la Ciudad de Santo Domingo, la reunión anual del Consejo de la Internacional Socialista.
El temario del encuentro estaba centrado en los temas relevantes de este tiempo histórico: la crisis del multilateralismo y el incremento de la desigualdad social en nuestros países, las negativas consecuencias del populismo en el sistema político y las nuevas amenazas sobre la vida democrática en nuestras sociedades contemporáneas.
El Consejo se abrió con las palabras de Miguel Vargas, presidente del Comité Latinoamericano de la IS y Secretario General del partido anfitrión, el PRD de República Dominicana.
De la extensa lista de oradores se destacan las intervenciones de Isabel Allende, del Partido Socialista de Chile, la del último candidato a presidente de Brasil de nuestro partido miembro –Ciro Gomes, del PDT- y la presentación de Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE y Presidente del gobierno de España, que cerró las deliberaciones.
Tuve oportunidad de expresar algunas palabras durante el transcurso de la reunión, sobre los avances y las amenazas de las democracias modernas, con hincapié en un tema del que se habla poco: la acción política e influencia electoral de nuevos grupos religiosos en América Latina (audio, texto).
Se aprobaron diez resoluciones, entre ellas la declaración sobre la situación política de Venezuela que viene siendo motivo de análisis en la IS desde hace mucho tiempo.
En efecto, ya en el Consejo de junio del año 2010, se aprobó el Informe Final de la Misión a Venezuela de la IS. Fui uno de los integrantes de esa misión, llevada a cabo en enero de ese mismo año. En el mes de Abril, cuando se reunió en Buenos Aires el Comité Latinoamericano de la IS, publiqué este comentario que incluía mi informe para el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, partido al que represento en la IS.
En 2010, la IS ya caracterizaba a la Venezuela de Chávez como una “democradura moderna”, debido la utilización de “instrumentos de un mecanismo autoritario de nuevo tipo, que fueron descritos de manera recurrente y convergente a los largo de las reuniones y entrevistas llevadas a cabo por los miembros de la Misión”.
En 2018, la IS desconoció el proceso electoral que llevó a la reelección de Nicolás Maduro.
Esta semana el socialismo internacional reitera su preocupación ante la creciente crisis política, económica y humanitaria en Venezuela, así como por los manifestantes muertos, heridos y encarcelados de mano del régimen de Maduro.
Además, en la resolución, reconoce a la Asamblea Nacional como el poder legítimo para conducir la transición democrática; considera que la única manera de avanzar en Venezuela es buscando resolver las diferencias en paz y convocando urgentemente a nuevas elecciones, con las debidas garantías; y subraya que “la legitimidad democrática del presidente y gobierno en Venezuela solamente surgirá de la voluntad libremente expresada por el pueblo venezolano”, rechazando “toda forma de intervención militar extranjera para un cambio de régimen en Venezuela”.