martes 23 de abril de 2024
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Solsticio de Messi

Buenos Aires, 21 de Junio de 2018

Querido Lionel:

Espero que puedas leer esta carta. Espero que me la publiquen. Espero que puedas tener unos minutos para escuchar lo que te quiero decir. Sé que no estás pasando por un buen momento. Las cosas salen mal, no se ensamblan, no arranca nada, no hay dones ni llamas ni aves ni auras que te reconozcan. Sos un extranjero de vos mismo cuando jugás en el seleccionado nuestro. Mirá, ni quiero decir la palabra Argentina porque te tira para atrás, te convierte y te contradice. Pero te la tengo que decir: Argentina. Argentina. Argentina.

Argentina, para que lo entiendas, es en esquema de cosas sencillo: un sembradío de conciencias y suspiros, un criadero de soberbia, una nebulosa bajo tu ala, una atadura hecha con jirones de banderas, un poco de firmamento, una muerte asegurada, un tarro de dulce de leche en la heladera y otro en el sexo de los locos, unos perros con nombres burdos, un caldo gordo de oprimidos, un micro sobrio en una terminal, geriátricos que rebalsan de viejos malditos y domingos de elecciones para la juventud. Playas sucias, campos quemados, ríos negros y la gran inundación; actores pavoneándose en un escenario, partos luminosos de hijos que ya te traicionaron, un cuartito de pan, una maquinaria de dislate infernal.

Argentina es la patria capital. Es la rosa que no muere y un nuevo esquema de variantes a pesar tuyo: salir a correr a la ruta, un plato de fideos en cada mesa como una panacea, un camión de la basura tragando la noche bajo la ventana, horas de cópulas frenéticas y aisladas en los hoteles, surmenages en los subterráneos, cajas de herramientas extraviadas, moretones en los brazos de los niños, la concupiscencia de estar parados en el semáforo y sentir que la tierra vibra debajo, libros que te dañan, fuentes en remojo para lavar más tarde, gatos envenenados, sifones en la puerta como edecanes de la sed, el sosiego de un paño en la frente, manos penitentes que masturban, los posts de los idiotas y la acumulación de sentido que se encuentra en los goles si fueron ejecutados..

Las ganas de ordeñarte el dinero, el dinero que nos escatimás cuando perdés.

Se te dio por jugar, me contagiás el ritmo y te miro brillar. Pero jugás al compás de tu síndrome de contramarcha y otra vez te vas a postrar, te conozco. Y  luego, confinado de mí, en un trayecto oculto, indolente de los vericuetos que complotan contra vos, vas a apagarte y yo sin tu fuerza voy a ser débil, abúlica, frívola e hipócrita y mi hijo va a llorar en la cocina para que yo no lo vea.

Argentina es la gran patria del contrabando burdo de los taxistas, de la orina de los alcohólicos, de las lágrimas en los pasillos de las universidades y las escrituras indecentes detrás de las puertas de los cubículos de los baños. Es la patria chica de los palieres a oscuras con botones con luz roja, de periodistas enojados que discurren, de música de calesitas altisonantes y lejanas, de los pañuelos verdes de las muchedumbres, de los mojones abandonados por todas partes, de pediatras en zapatillas. ¿No te suena nada de ésto, no?

Vos, en cambio, sos un mal actor, que no sabe expresar pero tampoco disimular. Pero finalmente, sos nuestro propio destino, como un disfraz embadurnado de esperanza, victoria y honor.

Pero tal vez seas una representación imperfecta de un hombre perfecto que a la vez es mi hijo y que a la vez soy yo (O un corte que se abre en el cielo por un sueño que es tu historia y nuestro fútbol. O quizás un paraíso que me acompaña pero luego se asemeja a mi vida que es un infierno).

Tal vez fue el mundial, o la época, o el mismísimo tiempo que te hospedaron en mí en este tramo, en forma de pensamiento satelital y nada más.

Tuya,

Vera Adami

PD. Me mandaron un mail desde UBER diciendo que estoy entre los cinco mejores choferes del mes y que estoy en carrera por el premio de las entradas de la final. Jajaja. La falta de detalle de la vida. Jajajaja.

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