viernes 26 de julio de 2024
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César Caamaño: “El Rodrigazo y Malvinas son acontecimientos que marcaron a fuego la historia reciente”

César Caamaño es licenciado en Ciencia Política y Magíster en Políticas Sociales (UBA). Profesor Adjunto del Seminario “La Política Social en Argentina a comienzos del siglo XXI: Análisis de programas y situaciones problemáticas” y  Profesor de Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado, CBC (UBA) y del Programa UBA XXII (educación en contextos de encierro). Dirige el proyecto “Marginalidad y subjetividad. Aproximaciones para un análisis sobre la falta de construcción de identidad colectiva”. En Del Rodrigazo a Malvinas, junto con otros autores, busca respuesta a algunos de los hechos más trágicos de la historia argentina de fines del siglo XX.

Las décadas del setenta y del ochenta son muy interesantes en términos de los conflictos políticos que se producen. Para este libro deciden, junto a tu equipo, trabajar sobre dos cuestiones puntuales y trágicas (desde diferentes perspectivas), el Rodrigazo y la Guerra de Malvinas. ¿Por qué se centran en estos?

En primer lugar, quiero aclarar que no es “mi equipo”, sino que somos colegas y compañeros de trabajo que simplemente nos propusimos producir algo en conjunto y, que ese “algo” sea un aporte al estudio y comprensión de nuestra historia reciente, por tal motivo, quisimos basarnos en acontecimientos que, a nuestro criterio, hayan dejado huellas o improntas en el devenir político, económico y social de nuestro país en los últimos tiempos. O sea, tratar de ver cómo dichos acontecimientos marcaron “a fuego” la historia reciente, o la “historia presente” de Argentina. En segundo lugar, entendimos que, precisamente, las décadas del setenta y del ochenta constituyen el escenario ideal para ubicar esos acontecimientos. Una vez señalado, o concordado esto, nos pusimos a ver qué acontecimientos podían llegar a ser decisivos a tales efectos, y llegamos a la conclusión que el Rodrigazo termina decretando el fin de un modelo de acumulación, sentando las bases para el surgimiento de uno nuevo, mientras que la guerra de Malvinas pone fin a un período bastante extenso de inestabilidad política, preparando el camino para un nuevo escenario político-institucional marcado por una estabilidad como hacía tiempo no sucedía (habría que remontarse a la época del Estado Liberal -1880 a 1930- para hablar de estabilidad político-institucional, más allá de los avatares políticos de aquellos y estos años y de las diferencias lógicas del tipo de representación y del régimen político).

¿Encuentran continuidades en dichos hechos?

Al hablar de “huellas” o “improntas” dejadas por esos acontecimientos, implica que encontramos continuidades. La liberalización de la economía, su desregulación, las políticas de desindustrialización, los ataques al llamado “sindicalismo combativo”, la caída de los salarios reales, etc., marcan una tendencia iniciada explícita y continuadamente, con las medidas económicas propiciadas por Rodrigo y Zinn. Mientras que el apego a la institucionalidad, al gobierno constitucional elegido por la voluntad popular -más allá de las características y políticas adoptadas por cada gobierno desde 1983 a la fecha-, como así también la imagen que se tiene sobre las fuerzas armadas, sobre el terrorismo de Estado -sobe el “otro terrorismo” también- y lo impopular que resulta toda muestra de violencia política y/o armada, son claras consecuencias o improntas del conflicto bélico del Atlántico Sur.

¿Qué efectos políticos y sociales produjo el Rodrigazo en la sociedad y en la legitimidad del gobierno de Isabel Perón?

Resumidamente, podemos decir que el Rodrigazo significó el final del ya poco apoyo popular que tenía el gobierno de Isabelita, como así también las tenues expectativas que podrían tenerse acerca de la capacidad y fortaleza del mismo. Una clara muestra del poder cada vez más creciente de las fuerzas armadas, a tono con lo que venía sucediendo a nivel regional, y, por consiguiente, de la pérdida de poder real que tenía el partido gobernante, fragmentado y herido profundamente por sus disputas internas irreconciliables. En síntesis, el Rodrigazo termina decretando en buena medida la total falta de legitimidad del gobierno peronista (no de “legalidad”, obviamente) e inicia un derrotero político y social marcado por la represión y la exclusión de vastos sectores de la sociedad. Dicho derrotero, desde lo social, implica un marcado proceso de movilidad social descendente, interrumpiendo varias décadas de ascenso social, producto del proceso de desindustrialización que trae aparejado altos índices de desempleo, trabajos informales, notable crecimiento de los índices de pobreza e indigencia, etcétera.

¿Qué continuidad en el mediano plazo tuvieron las protestas sociales que generó el Rodrigazo?

Desde mi punto de vista personal, no. Al menos, no de la forma que lo venía haciendo el llamado sindicalismo “combativo”. Hablo del mediano plazo, aunque cierto resurgir de protestas sociales, fruto del alto descontento social debido al fracaso de las políticas económicas implementadas por la dictadura militar, asoma precisamente meses previos al otro acontecimiento que resaltamos, la guerra de Malvinas. Y cuyo pico de protesta lo podemos destacar en la movilización convocada por la CGT el 30 de marzo de 1982.0

¿Hasta que punto el Rodrigazo anticipó la política económica que se implementaría durante el Proceso de Reorganización Nacional?

En el libro tratamos de responder esta pregunta, pero puedo decirte que el Rodrigazo marca el camino a seguir por las políticas económicas a futuro, por lo tanto, sí, anticipan las políticas de Martínez de Hoz. Es más, Ricardo Zinn, ideólogo sin dudas de las medidas implementadas por Celestino Rodrigo, será colaborador y defensor acérrimo de la política económica de la dictadura (tampoco es casual que haya participado en el gobierno de Menem y que se lo haya vinculado con Mauricio Macri).

¿Crees que la Guerra de Malvinas fue un manotazo de ahogado de un gobierno políticamente terminado o fue un hecho largamente planificado y puesto en marcha dentro de un plan más amplio?

Es lugar común sostener lo primero, esto es, un “manotazo de ahogado” de un gobierno que no la estaba “pasando bien” en lo económico, en los apoyos internacionales y que ya había comenzado a tener conflictos políticos y sociales con actores internos que estaban reorganizándose, como el movimiento obrero o los partidos políticos. También es cierto que era algo que se venía “barajando” desde algún tiempo atrás y que, incluso, el gobierno de los Estados Unidos había advertido de la “no conveniencia” de llevarlo a cabo, pero nunca podemos afirmar y/o aseverar que se trató de un proyecto de larga data y que estuviera plenamente planificado. El desarrollo de la guerra, precisamente, demuestra la falta de coordinación y planificación del conflicto. Era un gobierno en crisis que, a partir de despertar el sentimiento nacionalista de los argentinos, trató de buscar nuevamente apoyo social a los efectos de que la salida a un régimen constitucional fuera consensuada, gradual y con una clara influencia del estamento militar. El régimen se sabía ya “agotado” y, con este acontecimiento, trata de “revivir…”.

Si la Guerra de Malvinas no se hubiese producido, ¿podría haberse dado otro tipo de transición en 1983?

Con lo que te dije en la pregunta anterior doy un indicio de lo que se pensaba. En mi artículo sobre “Malvinas y la transición” hablo precisamente de eso. La salida a un gobierno constitucional ya estaba planteada, el tema era cómo. La guerra serviría para fortalecer la posición de los altos mandos castrenses en el proceso transicional, cosa que produce paradójicamente lo inverso a partir del resultado de la misma. Iba a ser una transición, “pactada”, gradual, incluso considero, al estilo de la transición chilena; la guerra hizo que dicha transición se transformara radicalmente, produciéndose una transición “por colapso”, citando a O´Donnell, como ya había sucedido en Portugal o Grecia. Pero obviamente, sí, soy de los que consideran que el proceso transicional ya se había iniciado durante el gobierno de Viola y que, más allá de Malvinas, la salida a un régimen constitucional se iba a dar, de otra manera, claro está.

 

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