Para quienes tuvimos la suerte de conocerlo, Juan Vital Sourrouille fue una persona de una bonhomía cabal. Era un placer escuchar sus relatos amables y recibir los conocimientos que brotaban con firmeza y apacibilidad detrás de esos cristales de varias dioptrías. Sin embargo, era parco, y su humildad lo llevó, por ejemplo, a que luego de su gestión como Ministro de economía de Raúl Alfonsín y vivir unos años bajo los reflectores de la opinión pública, volviera al estudio y nunca más retornara al “espacio de aparición”, como diría Hannah Arendt.
Desde su formación en economía en la UBA y su paso por Harvard, en los ’60, confluyó en el Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE), realizando con Richard Mallon uno de los textos de economía política más ricos y agudos: La política económica en una sociedad conflictiva (1973).
Sin haber tenido militancia política alguna, tal vez más cerca del socialismo, acompañó en el despertar democrático de 1983 a Raúl Alfonsín, primero como Secretario de planificación y luego como Ministro de economía, en momentos de gran turbulencia política y económica para el país y la región.
Un proyecto de la Fundación Ford nos regala seis horas de grabación en las que Juan cuenta parte de su vida y de los entretelones de su desempeño público relatados con cierta nostalgia cariñosa. Desde su paso por el CONADE, el INDEC y el mítico Plan Austral, con lujo de detalles.
En las reuniones editoriales de Escenarios Alternativos, allá por principios de los 2000, en la sede de la Fundación del Centro de Estudios para el Cambio Estructural (CECE), Juan escuchaba más de lo que hablaba, pero cuando lo hacía generaba la atención del silencio reverencial.
Las calles de Banfield, donde está el club de sus amores y esas casas de estilo inglés que tanto le gustaban han perdido a un ciudadano ilustre y nosotros a un gran tipo.