El gobierno se apresta a cometer un grave error y publicar el decreto que fija discrecionalmente el precio del petróleo en el mercado interno. Ante la inminencia de esta medida, los siguientes comentarios:
- Es importante entender que el barril criollo ya existe: el precio de los combustibles en Argentina se mantiene sin modificaciones mientras su principal insumo (el petróleo crudo) redujo su precio en mas de un 60% desde inicio de año.
- La cuarentena general redujo la demanda de combustibles un 70% en promedio, resulta claro entonces que a estos niveles de demanda no hay precio diferencial que pueda compensar la caída y torna irrelevante cualquier discusión sobre el barril criollo.
- Lo que se esta discutiendo es un precio de transferencia al interior de la cadena de valor de la industria y en particular sobre qué valor se cobran regalías e impuestos.
- El gobierno se equivoca regulando un precio de manera discrecional presionado por el lobby conjunto de las petroleras no integradas, Provincias productoras y sindicatos.
- La cuarentena obliga al gobierno a regular en emergencia para evitar la destrucción innecesaria de valor en la industria, pero debe hacerlo en base a criterios objetivos y en línea a los que marca la ley de hidrocarburos vigente, es decir en base a costos promedio por cuenca productiva.
- El “precio regulado” no debería ser un “precio negociado”, sino que debe retribuir costos auditados por el Estado que tiene la obligación de conocer. Resulta inconcebible que teniendo el control accionario y la gestión de YPF que es la principal productora (con presencia en todas las cuencas) y refinadora del país, el gobierno aduzca desconocimiento de costos.
- En esta decisión existen ganadores y perdedores. Del lado de los ganadores encontramos las empresas productoras no integradas (no refinan) entre las que se destacan Pluspetrol y Vista Oil, las Provincias productoras y sindicatos. Del lado de los perdedores vemos en la coyuntura a las petroleras integradas y refinadoras, pero fundamentalmente a los consumidores argentinos y al resto del aparato productivo que será menos competitivo.
- Resulta llamativa el cambio de opinión de la empresa líder -YPF-, que hasta la semana pasada se oponía a la fijación de un barril criollo, bajo el argumento que con este nivel de demanda el parque refinador opera a limites técnicos y que para mantener operaciones requiere pagar precios que no superen los USD 30. Ahora, su nuevo CEO apoyaría el nuevo barril criollo.
- Cuidado con la coyuntura: Si la refinación no puede pagar mas de USD30 para mantener actividad y se regula un precio de USD45 ¿Quién pondría la diferencia?
- La fijación de un precio mínimo debería estar condicionado a mantener: el empleo, los niveles de producción y compromisos de inversión, sino la experiencia reciente (2014-2017) muestra que la medida será inútil y con un enorme costo a expensas de los consumidores.
(*) Documento elaborado para la Fundación Alem a solicitud de la Mesa Directiva del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi.