En su columna del domingo 2 de junio, la ensayista Beatriz Sarlo desarrolló una opinión respecto al funcionamiento de la Convención Nacional, nuestro máximo órgano de gobierno en la UCR. Por esto es que como vicepresidente de la Convención pedí al editor general de PERFIL derecho a réplica que me fue concedido y del que hago uso.
En esa columna se arrojan sospechas sobre una de las decisiones que tomamos mediante una votación: nuestra política de alianzas. Sobre este punto quisiera ser muy claro porque la Convención fue impecable y conforme a las normas de nuestras convenciones. En la Convención de Parque Norte del pasado 27 de mayo participaron 314 convencionales sobre 322 habilitados. En el orden del día había siete puntos a tratar, entre ellos la paridad de género y la política electoral.
La paridad salió por unanimidad y aclamación. Para la política de alianzas se llegó con un proyecto de resolución concreto avalado por la firma de más de 220 convencionales, una amplia mayoría. Es por ello que, como se hace habitualmente cuando estamos frente a una mayoría clara, se avanzó, luego de cinco horas de debate con siete minutos por orador, con el procedimiento de votación por signos (levantando la mano), y para tomar nota respecto a la cantidad de votos se pidió que se repita el alza de manos. La votación salió 271 a 14 a favor de continuar y mejorar Cambiemos. A esos 14 que votaron en contra habría que sumarles el número de convencionales que se retiraron inmediatamente antes de la votación. Los ausentes en esa votación fueron 29. La Convención había transcurrido con total normalidad, presidida por su presidente, quien en reiteradas oportunidades se manifestó en contra de Cambiemos. Fue uno de los que se retiró.
El funcionamiento de la Convención fue transparente, y los testimonios visuales dan cuenta de que se sesionó con un número muy por arriba del quórum. Hubieron cuatro veedores judiciales. Y como testigos directos más de mil personas entre convencionales, invitados, público, más de doscientos periodistas acreditados y diez cámaras, sumados a los que siguieron la sesión por internet o TV.
La calidad de la Convención y el resultado no fueron una sorpresa. Las distintas convenciones provinciales se vienen expresando a favor de la política de coalición que sostenemos desde el 2015, y las elecciones provinciales que venimos teniendo se enmarcan en esta política coalicional. Por ejemplo, la Convención de la Provincia de Buenos Aires sucedió nueve días antes. Es la provincia de los radicales notables que cita Sarlo. No fueron a esa Convención. Sí estuvieron presentes 370 convencionales. El resultado a favor de la continuidad de Cambiemos fue contundente.
Creo, como dice Beatriz Sarlo, que la resolución de los radicales es uno de los acontecimientos más influyentes en estos meses. Tomamos una decisión trascendental y lógica: confirmar Cambiemos, mejorarlo, y que funcione como una coalición de gobierno, con muchísimo por mejorar. Como políticos nos corresponde el peso de la responsabilidad. Frente al riesgo de volver a un gobierno de un hegemonismo excluyente con vocación de avanzar sobre las instituciones del Estado de Derecho, y que condena al país al atraso, contribuimos con la consolidación de la posibilidad de un futuro distinto y mejor, sin aportar incertidumbre y sin poner en riesgo los avances. Cualquier democracia más o menos sana es preferible al clima de hostilidad, beligerancia y degradación de las instituciones republicanas del período político anterior y que, a nivel global, se corresponde con las amenazas a las democracias que tienen las visiones más nacionalistas, autocráticas y prejuiciosas que se alimentan con el odio, la intolerancia y la división.
Publicado en Perfil el 8 de junio de 2019.
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