La educación debe ser parte de las negociaciones con los gobernadores para ir abriendo la cuarentena.
La cuarentena encontró a la educación poco preparada para afrontar esta situación inesperada. Desde hace dos meses, las familias, los estudiantes y los docentes vienen trabajando con gran esfuerzo para mantener el vínculo con el aprendizaje y con la escuela.
¿Qué ha pasado hasta ahora? A nivel del Ministerio se ha implementado la elaboración de contenidos, preparación de materiales y acuerdos con empresas telefónicas para poder acceder a los portales educativos de manera gratuita. Pero la pandemia, encontró al sistema educativo con desigualdades estructurales previas, más de un 50 por ciento de los chicos en edad obligatoria escolar están por debajo de la línea de pobreza. Sin dudas, la educación virtual no solo visibiliza esa circunstancia, sino que exacerba estas diferencias. Algunos informes muestran que, mientras en la ciudad de Buenos Aires hay un 5% de estudiantes con déficit de conectividad, en otras provincias este porcentaje supera el 30%.
¿Que se esperaba entonces? Que existiera un plan de seguimiento de las actividades educativas, desde el inicio de la cuarentena. Pero el viernes pasado, el Consejo Federal se reunió para analizar la situación. Las decisiones fueron, parar la pelota, no considerar ninguna actividad de la que se viene realizando hasta ahora, como una actividad susceptible de ser calificada ni numérica ni conceptualmente. Se decidió avanzar en evaluaciones formativas que apuntan a acompañar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje, sin que estos sean insumos acreditables a la hora de volver al aula. Al mismo tiempo, decidieron hacer una evaluación de este proceso de continuidad pedagógica a través de encuestas a directivos, padres, alumnos, etcétera para obtener insumos a la hora de tomar decisiones cuando se retomen el regreso al aula.
¿Qué es lo que pasará de aquí en adelante? Más allá de que seguramente muchos estudiantes, necesitan de estas decisiones dado que son los más vulnerables, probablemente otros aflojen un poco en el esfuerzo que están llevando adelante. Pero esto no es lo más importante, lo más importante es que no hay un plan para el día después, ese plan va a surgir del estudio que se va a realizar de la continuidad pedagógica.
La otra pregunta es: ¿cómo será ese día después? ¿Será un único día para todo el país o se tendrán en cuenta las grandes diversidades geográficas, así como se tiene en cuenta para otros sectores? No es lo mismo la educación rural en donde no hay circulación del virus, como en los grandes centros urbanos. Tenemos más de 15 jurisdicciones en donde no hay circulación del virus desde hace varias semanas. Por qué no empezar por algún lado de manera gradual, porque la educación no está en la mesa de negociaciones de los gobernadores a la hora de ir reactivando por sectores. Habrá que ver qué pasa en el futuro, esta es una situación excepcional, el retorno a la presencialidad es algo necesario para todos, pero es imprescindible para algunos. No hay una única respuesta porque no hay una única solución. La cuarentena, debe ser administrada de forma inteligente. Para que nos permita salir pronto de esta situación, debe incluir a la educación, y el día después habrá que ver cómo reparar las enormes inequidades que se sucedieron, a las ya existentes anteriores a la cuarentena.