El Grupo Progresista Latinoamericano o Grupo de Puebla fue una iniciativa del presidente López Obrador de crear un nuevo espacio político regional donde se reúna a presidentes, intelectuales y ex presidentes. Allí figuran personas como Lula da Silva, Dilma Rousseff, Ernesto Samper, Enríquez-Ominami, Pepe Mujica, Rodríguez Zapatero e incluso nuestro presidente electo, Alberto Fernández, entre otros.
Este grupo busca diferenciarse del Foro de San Pablo, un foro que se fue radicalizando en el tiempo y por esta razón es que ni dirigentes venezolanos ni dirigentes cubanos están participando hasta el momento en esta iniciativa. Desde que se creó en julio de este año, el Grupo de Puebla hizo varias declaraciones, entre ellas, por ejemplo, condenó la posible intervención militar en Venezuela, abrazó la doctrina del lawfare, convalidó rápidamente la victoria electoral de Evo Morales en la primera vuelta y después hizo declaraciones que fustigaron al presidente Bolsonaro, Lenín, Piñera, a todos por igual.
Este grupo es no es un grupo de gobiernos o de presidentes, es un grupo de dirigentes e intelectuales. Por eso tiene un estatus internacional diferente del Grupo Lima. No puede asimilarse al Grupo Lima.
Pensando en Argentina, sin duda Alberto Fernández le sirve, le es útil un acercamiento con Mexico en estos momentos en los que necesita balancear la tensión con Bolsonaro, pero en la medida que Fernández se apoye y se respalde cada vez más en el Grupo de Puebla, se va a reducirl el margen de maniobra y la posibilidad de adoptar medidas más pragmáticas. Por ejemplo, en temas regionales como el conflicto de Venezuela. Sólo el tiempo nos confirmará que perfil internacional adoptará Argentina, es decir, si la política exterior argentina primará el pragmatismo o si por el contrario se profundizará la ideología.