lunes 14 de julio de 2025
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La política según De Riz

“En tiempos de grandes transformaciones, sólo vemos lo que muere, no lo que nace”. Con esa frase que resuena entre San Agustín y la política contemporánea, Liliana De Riz abrió su intervención el viernes 11 de julio en el Salón Arturo Illia del Congreso de la Nación. Allí, ante un auditorio atento, recibió el Diploma de Honor del Senado, en reconocimiento a su extensa trayectoria en la sociología, la teoría política y el análisis del sistema democrático argentino.

El acto fue impulsado por el senador nacional Maximiliano Abad y acompañado por la Fundación Alem. Al presentar la distinción, Abad sintetizó el motivo del homenaje: “Reconocemos a una mujer que no solo ha pensado la democracia, sino que ha contribuido activamente a su fortalecimiento desde la reflexión, el compromiso y la palabra lúcida”. Entre los asistentes se destacó la presencia de la diputada Karina Banfi, el ex diputado nacional Walter Ceballos, el Director de Eudeba Gonzalo Alvarez, el presidente de la Fundación Alem, Agustín Campero, miembros de dicha fundación como Luis Quevedo, Max Cernadas, Esteban Lo Presti y los profesores Miguel De Luca, Hugo Quiroga y Santiago Leiras.

En reconocimiento por su contribución al desarrollo de la sociología, la teoría política y al análisis del funcionamiento del sistema político nacional. Organiza el senador nacional Maximiliano Abad. Fotos: GABRIEL CANO Comunicación Senado

Fiel a su estilo sobrio, riguroso y sin estridencias, Liliana desplegó una lectura crítica y compleja del presente. Advirtió sobre los riesgos que atraviesan las democracias liberales: el vértigo tecnológico, la fragmentación social, la erosión institucional. “Vivimos en una sociedad de redes”, explicó, recuperando a Manuel Castells y a Ostrogorski para subrayar que ya no son los partidos los que estructuran la vida pública, sino movimientos identitarios y tribus digitales. “La política va perdiendo el monopolio de lo público”, advirtió, y agregó: “Cambió la sociabilidad, el patrón de relación entre las personas”.

Ya no se trata solo de una crisis de representación, sostuvo, sino de una crisis de los representados. “Hoy no hay agentes colectivos como en el pasado y aparecen sujetos volátiles, monotemáticos, movilizados por la emoción”. Estos nuevos actores, explicó, actúan como “guerreros virtuales que disparan granadas simbólicas”, debilitando los marcos institucionales, intensificando la polarización y desnaturalizando el debate público.

En reconocimiento por su contribuci—n al desarrollo de la sociolog’a, la teor’a pol’tica y al an‡lisis del funcionamiento del sistema pol’tico nacional. Organiza el senador nacional Maximiliano Abad. Fotos: GABRIEL CANO Comunicaci—n Senado

También se refirió al avance de los populismos: “Estamos ante otra variante de lo que llamamos populismo: una forma de ejercer el poder sin restricciones, donde las instituciones son vistas como obstáculos”. Y extendió su análisis a Europa: “En Europa, las derechas se radicalizan en nombre de la identidad y del orden, erosionando los sistemas democráticos”.

Hacia el final de su intervención, Liliana subrayó la necesidad de construir una nueva agenda que no se limite a lo económico, sino que convoque a partir de valores, creencias y esperanzas compartidas. “No sabemos cuál es la palabra clave para movilizar a una ciudadanía esperanzada que no sólo exige un nivel de vida decente, también exige ser escuchada y respetada.” Se preguntó entonces: “¿Cuánta desigualdad soporta una democracia?”.

En reconocimiento por su contribuci—n al desarrollo de la sociolog’a, la teor’a pol’tica y al an‡lisis del funcionamiento del sistema pol’tico nacional. Organiza el senador nacional Maximiliano Abad. Fotos: GABRIEL CANO Comunicaci—n Senado

Recordó que desde los años 80 las brechas sociales se han profundizado, y observó cómo los liderazgos recientes -de Trump a Le Pen- se apoyan en las periferias sociales, económicas y geográficas. Mencionó también a los movimientos sociales emergentes, como los chalecos amarillos en Francia o los evangélicos en Panamá, que reclaman derechos desde los márgenes a través de las redes, sin encontrar contención en los canales tradicionales de representación.

En el cierre dejó una convicción que también puede leerse como una apuesta: “Estoy convencida de que se podrá encontrar un lenguaje que con la razón y el sentimiento convenza a un amplio electorado de que se puede transformar el régimen económico de esta sociedad con las reformas que a la vez garanticen una sociedad plural, escuchada y respetada”.

Las palabras de Liliana De Riz fueron, como suelen ser siempre sus intervenciones en la conversación pública, una invitación a pensar: “La política no puede renunciar a su dimensión pedagógica ni a su anclaje ético”, concluyó.

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