El candidato demócrata, Zohran Mamdani, de 33 años, obtuvo la postulación para alcalde de Nueva York, venciendo al inoxidable ex jefe de gobierno Andrew Cuomo teniendo por temas de campaña congelar los alquileres, ofrecer transporte gratuito y establecer supermercados municipales.
Cuomo, el que siempre parece surgido de una película de Martin Scorsese y representa el pasado fosilizado de un partido en plena bancarrota, fue aplastado por un joven nacido en Uganda, musulmán y que niega que Israel tenga derecho a constituir su estado.
Con una campaña basada en spots viralizados en los que despliega su propuesta socialdemócrata, Mamdani representa, además de un cambio de ejes, la irrupción de una nueva generación. Joven, africano, musulmán y socialdemócrata parecen condensar todas aquellas características que han hecho de Nueva York una ciudad cosmopolita y en nada parecida al resto del país.
En la interna demócrata obtuvo mejores resultados entre los votantes menores de 50 años y con un alto nivel educativo. Sin embargo, a pesar de su énfasis en la igualdad, obtuvo peores resultados entre los votantes de clase trabajadora sin estudios universitarios. En cualquier caso, Mamdani le ganó al “aparato” del partido con todos los recursos que dispone para estas campañas, aunque debe admitirse que Cuomo ya no ejercía ningún atractivo sobre el electorado luego de dos mandatos.
Mamdani se posiciona frente a su rival republicano como una seria amenaza. La campaña demostró que un candidato empático y cercano a los problemas de la gente pudieron más que lo conocido. En su comunicación expresó que quiere que la ciudad de Nueva York sea habitable y accesible para la gente común, que los más ricos de la ciudad deben empezar a pagar su parte justa de impuestos para estabilizar los exorbitantes costos de la vivienda que, bajo los efectos de la gentrificación, llevan al alza los alquileres, fenómeno que se reproduce en todas las grandes ciudades del país. Además, habló del cuidado infantil, la atención médica y las necesidades de la clase trabajadora. Así que se presenta una agenda que tiene sentido para la gente y está dispuesto a ir de puerta en puerta – tal como lo hizo en la interna – para ganar la elección.
Para el republicano Eric Adams – el contrincante en noviembre – acusarlo de convertir al Partido Demócrata en uno de extrema izquierda, será sencillo, obligándolo a hacer equilibrio entre ese mote y sus ideas socialdemócratas.
Adams, en cambio, no podrá negar que las corporaciones alimentan su campaña y que los asuntos que hacen a la calidad de vida de las personas están sujetos a otros condicionantes como la macroeconomía o los remanidos aspectos culturales – la batalla cultural – que fueron importantes en las elecciones pasadas y que son una pieza central de la agenda MAGA.
También tendrá que enfrentarse a un sentimiento extendido de rechazo a muchas medidas de la administración de Donald Trump, sobre todo contra la educación superior y la investigación, afectando especialmente a Columbia y a toda la comunidad académica neoyorkina.
¿Nace un nuevo líder? Es temprano aún para vaticinar un futuro, sí es seguro que el Partido Demócrata está en plena reconstrucción con líderes viejos aferrados a sus cargos en el partido o en la legislatura, tales como Hillary Clinton, Joe Biden, Nancy Pelosi, Bernie Sanders o Elizabeth Warren. Más de la mitad de todos los demócratas mayores de 75 años se presentarán a la reelección este año cuando se vote el 4 de noviembre, tanto en Nueva York como en Nueva Jersey, Pensilvania y Virginia. Una renovación parece tan inminente como natural, lo que dará paso a las nuevas generaciones de ese partido como el caso de la diputada neoyorkina Alexandria Ocasio-Cortez (35 años).
En ambos partidos mayoritarios la irrupción de las corporaciones – ya de larga data – han generado un desgaste en la representación y un grave deterioro democrático. ¿Los nuevos líderes podrán sortear el influjo del dinero?
Publicado en Relato mata dato el 27 de junio de 2025.
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