Sería arriesgado pronosticar que el resultado de los comicios para convencionales constituyentes celebrado en la provincia de Santa Fe este domingo 13 de abril, expresa linealmente las relaciones de fuerzas para las contiendas electorales que se avecinan.
Pero también corren el riesgo de precipitarse en el error quienes suponen que el dictamen que dieron las urnas en Santa Fe es ajeno a las nuevas tendencias históricas, confirmadas en la ocasión por la victoria de “ Unidos…”, la coalición de UCR, Pro y Socialistas que superó a sus rivales peronistas y de La Libertad Avanza por más de veinte puntos de diferencia.
Más allá de la contundencia de los números, resulta en algún punto aleccionador con respecto a nuestras tradiciones populistas, que Maximiliano Pullaro, haya advertido a leales y adversarios que “tener mayoría no nos da la razón”. He aquí una lección de educación democrática y cultura republicana en un país con tradiciones populistas de derecha e izquierda.
Habrá por lo tanto reforma constitucional en la provincia de Santa Fe, reforma que incluirá la posibilidad de dos mandatos para el gobernador, aunque sería un reduccionismo simplificador suponer que toda esta movilización política se hizo para satisfacer la ambición de un dirigente.
Atendiendo a los resultados de estos comicios, es muy probable que el programa de reformas constitucionales sostenido por el oficialismo se apruebe en sus líneas generales. Es probable, pero no seguro, porque abierta la deliberación pública se abren espacios que más de una vez escapan a las programaciones más estrictas.
Por supuesto que sería muy interesante una constitución provincial que ponga límites al poder, a los privilegios y los desbordes; que se descarte definitivamente la reelección indefinida no solo para el gobernador sino para los cargos legislativos; que se propicien disposiciones legales que velen por la seguridad de los santafesinos en una provincia donde el narcotráfico y las complicidades del poder con el narcotráfico ha hecho estragos; que se amplíen las autonomías de las intendencias, justamente en una provincia que en estos temas fue pionera.
Si bien en términos políticos el peronismo y La Libertad Avanza fueron superados por una holgada diferencia de votos, importa destacar que las expectativas de la oposición están abiertas pero condicionadas.
Por lo pronto, y más allá de las lecciones de los últimos años, el peronismo persiste en fragmentarse, aunque estos comicios parecen confirmar la posibilidad de un liderazgo, Juan Monteverde, joven dirigente que el año pasado estuvo muy cerca de ganar la intendencia de Rosario, y este domingo fue el candidato más votado en la lista de concejales de la ciudad conocida como la Chicago argentina.
Importa señalar, como dato sintomático, que en la ciudad que suma un millón y medio de habitantes y que dispone de un complejo portuario considerado el más importante del país, el peronismo no gana las elecciones desde 1983, una curiosa paradoja en la ciudad considerada alguna vez por el propio Perón como la capital nacional del peronismo. Por su parte, La Libertad Avanza logró un discreto tercer puesto, pero hay que admitir que para una coalición política recién constituida, haber ganado el departamento de Rosario y obtenido un decoroso segundo puesto en la ciudad de Santa Fe, habilita hacia el futuro un optimismo moderado.
De todos modos, los observadores aún se siguen preguntando por qué La Libertad Avanza no estableció un acuerdo electoral con Amalia Granata, la dirigente de “Somos vida y libertad” que siempre mantuvo buenas relaciones políticas con Milei, y sus propuestas y valores alrededor de la libertad económica y el derecho a la vida (lease oposicion al aborto) son afines a los de la Libertad Avanza.
Sin embargo, este domingo fueron en coaliciones diferentes, una decisión que pone en tela de juicio las estrategias de Karina Milei en un año eminentemente electoral y donde todos los ojos están puestos para observar si La Libertad Avanza tiene posibilidades de ganar espacios políticos propios en las provincias o, si por el contrario, debe forjar alianzas.
Más allá de excusas y justificaciones, haber dividido el espacio político afín a Milei en Santa Fe no dio resultados electorales satisfactorios, una lección que sería deseable que Karina y Santiago Caputo tengan presente.
Por último, respecto de la coalición ganadora, no es arbitrario suponer que persistirá el acuerdo político, acuerdo que puede resultar sugestivo porque evoca aquella coalición que en el orden nacional se conoció con el nombre de Cambiemos.
Que uno de los primeros llamados telefónicos que recibió Pullaro apenas se confirmó su victoria, haya sido el de Mauricio Macri, sorprendió a más de un observador. Visto desde una perspectiva nacional, estas “felicitaciones” de Macri al dirigente radical Pullaro, articulador de una alianza con el Pro y el socialismo en una provincia donde La Libertad Avanza intenta hacer pie, sin duda que merece ser registrada.
Puede que sea una anécdota menor o puede que sea un síntoma de que algo está ocurriendo en este campo político no peronista sacudido por tensiones internas y a los que los sucesos de Santa Fe aportan su cuota de complejidad, porque de alguna manera advierten que las reñidas disputas entre La Libertad Avanza y Milei incluyen otros actores políticos distanciados de la ortodoxia libertaria, pero que nutren su representatividad de la misma base electoral.
Publicado en Clarín el 16 de abril de 2025.