martes 1 de abril de 2025
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Andrés Malamud: Una mirada geopolítica del mundo en un encuentro de la Fundación Alem

El politólogo ofreció una disertación en la que, tras analizar múltiples aspectos geopolíticos del mundo, también dedicó referencias concretas a América Latina y, específicamente, al referencia a la Argentina, rechazó que nuestro país “sea una historia de fracasos” y, en todo caso “habernos creído la historia del fracaso nos llevó a Milei”.

Al disertar en un encuentro virtual convocado por la Fundación Alem, el politólogo Andrés Malamund reflexionó sobre los desafíos geopolíticos que se plantean en el siglo XXI y ello lo llevó a vincular las características que han experimentado en el nivel de desarrollo los países del planeta en relación con su expansión demográfica; contrastó la visión de los últimos premios Nobel que argumentaban que el desarrollo se relacionaba con las instituciones y no con el poder que juzgó resulta vital para direccionar la expansión de la riqueza entre los países de un continente y los de otro; reparó en que la “locura” que se le atribuye a las políticas arancelarias en materia industrial que despliega el Presidente estadounidense, Donald Trump, responden a lo que consideró como “una locura con raíces en la realidad” al adjudicarle tener compresión respecto a lo que sucede en el presente con los países de Occidente que exhiben declinación y la potencia que ha adquirido China en los últimos cuyas manufacturas  han invadido el mercado mundial, en tanto que cuando se posó en el análisis de la situación de América del Sur rechazó que Argentina “sea una historia de fracasos” y, en todo caso “habernos creído la historia del fracaso nos llevó a Milei” con lo que replicó de alguna manera el habitual discurso político al que apela el Presidente respecto de la situación de nuestro país.

La reunión, coordinada por el Presidente de la Fundación Alem, Agustín Campero, tuvo como lema ‘Bienvenidos al Siglo XXI’ y, precisamente, ello fue más que propicio para que Malamud desplegara su reconocida expertise para el análisis del actual escenario mundial. Acompañó su reflexión con la exhibición de múltiples filminas con cuadros estadísticos con los que aportó datos incontrastables para abonar un sinfín de información dirigida a mostrar cuál es el escenario mundial del presente y, en ese contexto, qué puede hacer Argentina que inserta en el plantea se ubica entre los países en vías de desarrollo.

“Voy a empezar con algo polémico y que es cuestionar a los últimos Premios Nobel”, dijo al iniciar Malamund su exposición el politólogo quien mostró un primera cuadro en que se agrupaban los países desarrollados, aquellos considerados pobres y otros que –dijo- “representan los de clase media, los que están en desarrollo o bien considerados antiguamente en vías de desarrollo”. Y entonces planteó: “Quienes ganaron los últimos premios Nobel decían que las instituciones eran las que determinan el desarrollo” Exhibió una serie que permitían establecer numerosos países “se amontonan en África, los países desarrollados  en el cuadrante noroccidental del planeta, con algunas excrecencias que fueron sus colonias, y después el resto (de los países) del mundo en vías de desarrollo”. Y completó: “lo que postulo es que algo tiene que ver la geografía con el desarrollo solo que no la geografía en sentido físico –los ríos los desiertos y las montañas- sino la geografía política, la geopolítica. Es cuanto el poder afecta la realización de los pueblos y en función de la distancia entre los pueblos”, remarcó el politólogo.

“Porque si fueras las instituciones no hay ninguna razón para que Grecia sea un país desarrollado y no hay ninguna para que Uruguay no lo sea. Grecia se ha desarrollado porque está en Europa y Uruguay no está desarrollado porque no está en Europa que tuvo interés en desarrollar su periferia asi como Estados Unidos tuvo interés en desarrollar los países del Pacífico linderos con lo que la entonces Unión Soviética o ahora China”, precisó Malamud, quien insistió: “Es el poder el que se desarrolla primero –Gran Bretaña, los países que compiten con Gran Bretaña en Europa y después Estados Unidos”  que, a su vez, “después va desarrollando a los demás por herencia como Canadá, Australia o Nueva Zelanda o por decisión política como Japón, España y Portugal”.

En esa dirección, Malamund planteó: “España y Portugal son países desarrollados porque los países de la Unión Europea y Estados Unidos decidieron aplicar el ‘Plan Marshall’  y los fondos de cohesión, es decir decidieron ponerles plata para que fueran prósperos y democráticos”, dijo y añadió: “Si hubieran puesto esa plata en Uruguay o en Chile hoy Uruguay y Chile estarían pintados de celeste”, dijo para graficar que con ese color se distinguía en uno de los cuadros que exhibió en un pasaje de su exposición a los países desarrollados del mundo. “La geopolítica es la que define quién vive arriba y quien vive abajo en el orden mundial”, subrayó el politólogo.

“Para nosotros el chino es el almacenero del barrio pero los chinos son la mitad de la humanidad y el 60% de la humanidad vive en Asia mientras que nosotros en la Argentina estamos formateados por un modo noroccidental”, dijo y, más adelante, Malamud, al acompañar un nuevo aspecto de su descripción mostró otro gráfico y explicó: “En el 1900, Europa tenía tres veces más población que África; hacían falta tres Áfricas para llenar una Europa; allá por 1964 Europa se había estancado, crecía poco y África crecía más y entonces con dos Áfricas llenaban una Europa; en 1993 se equilibraron con 500 millones de habitantes. En el 2020 hacen falta dos Europas para llenar un África; 500 millones de europeos y mil millones de africanos y en el 2037, es decir dentro de nada, una década la (proporción)  va a ser 3 a 1 y en el 2047 4 a 1. Ahora si ustedes piensan que África es un continente hiperpoblado y pobre y Europa es un continente poco poblado y rico ¿díganme para dónde va a ir la corriente inmigratoria?”, inquirió.

Añadió: “Lo que está pasando es el principio de lo que va a pasar; lo que está pasando ahora se va a acentuar con el tiempo. Y lo que está pasando es que corrientes naturales de inmigración se  escapan de algunos lugares y llegan a otros en proporciones constantes en el tiempo” y afirmó que “Europa se hunde en términos de relevancia” mientras que “África aumenta en términos de amenaza. Este es un mundo que nos queda un poco más cerca que Asia y, sin embargo, tampoco es tan sencillo descifrar y no lo es porque, en nuestra cabeza, lo que tiene preeminencia es lo que nos rodea; lo que el ser humano piensa que es importante es lo que está pensando en ese momento y lo que nosotros estamos pensando en este momento son personas como las que nos rodean, que hablan castellano, que son mayoritariamente judeo-cristianos, blancos, de clase media, que son seculares, que no tienen problemas de guerra en la frontera, que no tienen problemas de terrorismo permanentes pero nosotros somos pocos y estamos en el margen de la periferia”.

Malamund, al avanzar en su disertación, expresó que “las tendencias migratorias, las políticas de desarrollo están mirando el 2.050 y para entonces África va a triplicar a Europa y duplicar a América” desde el punto de vista demográfico. “Nosotros somos el mundo del pasado que ya no crece poblacionalmente porque es rico y si no me creen después les muestro un mapa donde Argentina, a pesar de los esfuerzos que hacemos, sigue siendo tendencialmente un país más rico que el promedio”, ironizó.

“¿Qué tiene Trump en la cabeza?, preguntó el politólogo que volvió a acompañar su exposición en este punto con un nuevo cuadro: “Esto que les muestro son 30 años. En 30 años el mundo se puso patas para arriba”, enfatizó Malamund, quien precisó que los países de Europa así como los Estados Unidos, Canadá y Japón crean el 60% de la riqueza hace 35 años ricos y el resto de Asia, sin Japón, llegaba al 15%. “Hace 15 años se cruzaron y la riqueza que produce Asia –China, India y compañía- es mayor a la (riqueza) que producen todos los (países) desarrollados”, detalló, tras lo cual subrayó: “El mundo en que vivimos hoy es radicalmente diferente al que vivíamos hace 30 años pero nuestras cabezas siguen pensando como en ese entonces porque no tenemos a los orientales al lado, no tenemos a India y China cerca y entonces no nos damos cuenta el peso que tienen en el mundo que viene, pero Trump sí. Y lo que ve son los porcentajes de exportación de (productos) de manufactura, bienes industriales que se exportan en el mundo. Son 40 años pero China aparece hace 30 y se dispara en el 2.000, es decir hace 25 años nada más. Nos pasó por encima a todos; no la vinos venir”, graficó. Y completó: “Hace 30 años China producía juguetes de baja calidad, copias industriales y ahora es una innovadora tecnológica. Las manufacturas chinas invadieron el mercado mundial”.

“Lo que quiere Trump con su política industrial, alias aranceles, es recuperar a las fábricas para Estados Unidos. Cuando nosotros pensamos que Trump está loco, un poco está”, dijo jocosamente pero luego sostuvo: “Es una locura con raíces en la realidad” y le atribuyó al Presidente de EE.UU “una comprensión de lo que está pasando (en el mundo) y lo que está pasando es que occidente declina y China lo sustituye. También pasa en términos de innovación científica como el caso de patentes, publicaciones científicas. China ya superó a Europa y va camino a superar a Estados Unidos sobre todo ahora y, fíjense, que quiere una política industrial para recuperar las fábricas pero termina con las políticas científicas; está desfinanciando a las universidades. Son sus valores conservadores”, apuntó y planteó que Trump “por un lado quiere competir geopolíticamente con China y por otro lado destroza el corazón que le permitiría competir geopolíticamente con China que es la innovación tecnológica”.

Abordó luego con que hasta hace poco tiempo era “la manera de real” de mostrar el poder a partir de los la potencia bélica de los países desarrollados. “Pero esto era importante hasta la guerra entre Rusia y Ucrania que demostró que la guerra híbrida, el jaqueo electrónico, la guerra digital, cortar cables submarinos, hacer sabotajes en los gasoductos que van por el lecho marino y, sobre todo, drones son mucho más poderosos” que el armamento convencional

Malamud introdujo en du disertación también la cuestión del calentamiento global y el cambio climático. Con una serie de gráficos acompañó algunas definiciones y expresó en ese sentido que abonó: “Lo de Trump se entiende con Groenlandia. Si aumenta la temperatura del mundo se derrite el hielo” por lo que si ello sucede “aumenta la capacidad de navegación la capacidad de navegación en al Ártico” pero “no en la Antártida porque en la Antártida hay tierra por lo que va a subir el nivel del mar pero no se va a tornar navegable” mientras que el polo sur “pero el polo norte sí se puede tornar navegable y los países desarrollados están en el hemisferio norte” y en ese marco “navegar en el polo norte va a abaratar los costos”, precisó Malamud.

En tramo final de su exposición, Malamud lo dedicó a comparar la situación de los países de América Latina. “¿Que nos pasa a nosotros en el mundo?, que no es un mundo de reglas y es un mundo de capricho incrementalmente. En el mundo en el que en 60 años cambió nuestra posición relativa. Brasil pasó de ser un cuarto de América del Sur a ser la mitad. Los brasileños dicen ‘ahora somos un país importante’ pero Brasil era más grande que Argentina hace 60 años pero ahora es más chico. Brasil crece menos que la media mundial y Argentina decrece”.

“El resto del mundo crece más rápido que América Latina y nosotros eso no lo pudimos ver porque estábamos cayendo”, dijo el politólogo que remarcó en otro pasaje de su disertación: “Brasil se engañó y nos engañó”, tras lo cual con otro gráfico explicó: “Hay un promedio de PBI per cápita nominal en el mundo” y sostuvo que en la Argentina “con todos los desastres que hicimos y con lo que digan aquellos que hablan de que hace 100 años que estamos en decadencia es falso. Argentina sigue siendo un país más rico que el promedio (de los países de América Latina)”.

“Argentina está lejos de ser una historia de fracasos y habernos creído la historia del fracaso nos llevó a Milei pero en realidad el fracaso fue contemporáneo. Argentina no es una historia de fracaso sino de declinación relativa”, subrayó Malamud, quien dijo que al comprar situaciones Brasil enfrenta una situación de “declinación relativa mientras que Argentina sigue arriba”, graficó.

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