El presidente Joe Biden hizo un discurso de despedida en el que destacamos su referencia a la gran amenaza que supone para la democracia el gobierno entrante de Donald Trump, haciendo foco en que una verdadera “oligarquía” ocupará puestos influyentes en la Administración republicana que asumirá este lunes 20 de enero.
“En Estados Unidos se está formando una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que literalmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos básicos, nuestra libertad y la oportunidad justa para que todos salgan adelante”, dijo Biden. “No debemos dejarnos intimidar para que sacrifiquemos el futuro de nuestros hijos y nietos”.
Biden no mencionó ni a Trump ni ninguna de las “pocas personas ultrarricas” que consideraba un peligro para la democracia. Por eso vamos a mostrar en esta nota a algunos de los que serán de la partida:
Elon Musk, el más acaudalado de todos estará a cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental, un área nueva que se supone dará un perfil totalmente nuevo al gobierno federal, bajo las premisas que sólo él conoce. En esa cartera lo va a acompañar el indio americano Vivek Ramaswamy, joven millonario dedicado al mundo de los fármacos que fuera precandidato presidencial y le ganara la interna republicana nada más y nada menos que a Ron De Santis. Vivek es un cultor de las redes sociales y es apodado el “Trump millenial”.
Howard Lutnick será el Secretario de comercio. Conocido como el “hombre más odiado de Wall Street”, Lutnick es un zar de las criptomonedas con más de 1500 millones de dólares de patrimonio. Célebre porque más de 600 empleados de su empresa Cantor Fitzgerald y su hermano Gary, perecieron en el ataque a las Torres Gemelas en 2001. Cantor Fitzgerald interactúa con todo tipo de agencias y departamentos federales, lo que plantea obvios conflictos de intereses. La Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos ya multó a la empresa de Lutnick con 6 millones de dólares por mala gestión de registros en 2022. “Sólo se preocupa por sí mismo”, dice un ex empleado. “Trump es presidente para su propio beneficio personal. Howard Lutnick dirige su empresa de la misma manera. Estos tipos son como dos gotas de agua”, remata en diálogo para Forbes.
Scott Bessent, CEO del fondo de inversión Key Square Group será el Secretario del Tesoro y tiene en mente una fuerte reducción del gasto público y del déficit (en línea con los planes de Trump y Musk), es partidario del dólar fuerte y que continúe siendo moneda de reserva mundial, del consabido recorte de impuestos – sobre todo a los ricos – y se opone a la regulación excesiva.
Linda MCMahon será la Secretaria de Educación. Dueña, junto con su marido Vince de la World Wrestling Entertainment (WWE), lideró la transformación de una pequeña empresa de entretenimiento de lucha libre a un imperio mediático que cotiza en bolsa. Renunció como CEO en 2009 para ingresar a la política con su primera postulación al Senado de EE.UU. Su experiencia en educación es inversamente proporcional a su fortuna, pero seguro que promocionará la no sindicalización de los maestros, la educación virtual y la entronización de los valores ultra conservadores y negacionistas de la ciencia cuando esta contradice los deseos de los ricos.
Stephen Feinberg, con un patrimonio de 4800 millones de dólares, director ejecutivo de Cerberus Capital Management, una firma de inversión que opera fuertemente en la industria armamentista, ocupará el segundo puesto, nada más y nada menos que del Pentágono.
Warren Stephens, director ejecutivo y presidente del Consejo de Administración de Stephens Inc., una firma privada de servicios financieros con sede en Little Rock (Arkansas) será embajador en el Reino Unido.
El gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, que hizo fortuna en el sector del software antes de entrar en política, tendrá a cargo el Departamento de Interior que debe controlar una quinta parte de toda la superficie de Estados Unidos. Si bien no es negacionista del cambio climático rara vez usa el término y se ha quejado del supuesto “extremismo climático” de los demócratas. Tras suspender su corta carrera como candidato a la Presidencia, se pasó oficialmente al bando de Trump, convirtiéndose en un crítico cada vez más estridente de las políticas energéticas de Joe Biden y acusando a la Administración demócrata de lanzar un “ataque hostil” contra la energía producida en Estados Unidos. El alza de las acciones en materia de energías “sucias” se debe a su designación.
Kelly Loeffler será la Secretaria de Agricultura, luego de ser una de las legisladoras más ricas durante su breve tiempo en el Congreso. Su esposo, Jeffrey Sprecher, es el CEO de Intercontinental Exchange. Cuando se postuló para la elección en 2020, anunció que ella y su esposo venderían sus acciones individuales en medio de fuertes críticas por las operaciones que ella y otros legisladores realizaron antes de la caída del mercado causada por el coronavirus. En 2023, Loeffler se convirtió en directora de la empresa conservadora de comercio electrónico PublicSquare, que incorporó a su directorio a Donald Trump Jr. En noviembre, el Financial Times informó que el Trump Media and Technology Group, la empresa matriz de Truth Social, podría comprar una antigua empresa de criptomonedas de Loeffler (Bakkt). De agricultura, la futura secretaria del ramo sólo puede exhibir 7000 acres en Georgia…
Todos estos millonarios presentan dos cualidades, aparte de sus fortunas: todos han sido donantes de Trump, algunos de forma escandalosa y casi todos tendrán conflictos de interés si obtienen la aprobación del Congreso para asumir sus funciones. Por último, son cultores o empresarios directos de criptomonedas, una industria que no sabe muy bien para que sirve, pero que se ha convertido en el principal financista de la política estadounidense: los donantes de criptomonedas representaron casi la mitad de todas las contribuciones corporativas en las elecciones presidenciales del 2024, y el súper PAC pro-criptomonedas Fairshake donó más de 200 millones de dólares. Obvio que las cripto sirven para blanquear dinero y evadir impuestos…
Finalmente, Biden en su discurso de 15 minutos de despedida hizo hincapié en pedir que se reforme la Constitución “para dejar en claro que ningún presidente es inmune a los delitos”, en referencia al fallo de la Corte Suprema del año pasado que inmunizó a Trump sobre algunas acciones que tomó para subvertir los resultados electorales de 2020.
Comparando el momento actual con la era de los barones ladrones del siglo XIX, Biden predijo que la nación necesitaría tomar nuevamente medidas radicales para controlar a los ricos, incluyendo aumentar los impuestos y eliminar el dinero oscuro de la política. Trump y su oligarquía representan todo lo contrario.
Publicado en Relato mata dato el 18 de enero de 2025.
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