A los 89 años, falleció en Buenos Aires Carlos Strasser, uno de los politólogos más destacados de la Argentina, epistemólogo de vasta trayectoria académica y un intelectual con activa intervención a lo largo de varias décadas en el debate público. Fue uno de los fundadores de la carrera de Ciencia Política de la UBA, investigador principal del CONICET y creador del posgrado de Ciencias Sociales en FLACSO, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de la que fue figura decana y referencial. También incursionó en el periodismo y fue columnista invitado en Clarín. Su deceso se produjo el martes 7, luego de una prolongada enfermedad, en compañía de su esposa, Susana Suárez.
Strasser cursó sus estudios secundarios en el Liceo Militar y universitarios en la Facultad de Derecho de la UBA, donde fue dirigente estudiantil del Movimiento Universitario Reformista, entre 1956 y 1958/59, años en que integró el Consejo Directivo de la Facultad.
Recibido de abogado, desarrolló su formación académica en en los Estados Unidos en los años ’60, en la Universidad de Berkeley. Doctorado en Epistemología, fue discípulo de Sheldon Wolin y se formó junto a Guillermo O ‘Donnell, José Nun y Oscar Oszlak, figuras que acercaron la ciencia política contemporánea norteamericana a la Argentina de aquellos años. Strasser tuvo un rol protagónico en los años ’80, tras la recuperación de la democracia, cuando presidió la Comisión Especial para la creación de la Carrera de Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires en 1985.
Fue profesor en la Universidad de San Andrés, y también dictó cátedra en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación y la Escuela Superior de Guerra. Recibió numerosos premios y reconocimientos: Faja de Honor de la SADE por su libro “La Razón Científica en Política y Sociología (1980), Doctor Honoris Causa en Ciencias Sociales (Flacso 2017) Diploma de Honor (Mención de Honor) de la Cámara de Senadores y Premio Konex de Platino (1996).
Autor de numerosos libros, ensayos y publicaciones reconocidos internacionalmente, se destacan, entre otros títulos, El Orden Político y la Democracia (1986); Para una Teoría de la Democracia Posible (1990); Democracia III. La última democracia (1995), La vida en la Sociedad Contemporánea (2003) y La razón democrática y su experiencia (2014).
Quienes lo conocieron y trataron destacan su honestidad, rectitud, afabilidad y generosidad como docente, investigador, directivo y consultor. Una gran persona que fue, además de un portentoso académico y respetado intelectual, un promotor infatigable de la actividad científica en el campo de las ciencias sociales y las instituciones de educación superior, impulsor de carreras e iniciativas que tuvieron prolífico desarrollo. Y del debate de ideas, pluralista por naturaleza.
A comienzos de los ’60 creó y dirigió la revista semanal de política y cultura El Popular, en la que escribían como columnistas Ismael Viñas, Arturo Jauretche y Rodolfo Walsh, entre otros. La revista cerró en 1961 por falta de fondos, pese a que llegó a ser la segunda publicación semanal en ventas,
“Quizás estemos llegando de verdad a un fin de ciclo no sólo kirchnerista, sino de la política argentina”, le dijo a Raquel San Martín en La Nación, el 15 de enero de 2014. Su última nota publicada en Clarín hace siete años, el 12 de junio del 2017, resuena como escrita ayer: “Venezuela está viviendo, en efecto, algo próximo a una guerra civil y bajo lo que en fin de cuentas es una dictadura, así sea una dictadura light, como se la ha denominado; pero una dictadura, en suma, una dictadura hecha y derecha, sólo que mucho menos salvaje que las de Pinochet en Chile y Videla en la Argentina, entre otros antecedentes regionales francamente terribles”.
Strasser tuvo cinco hijos, diez nietos y un bisnieto. Susana Suárez, su mujer y compañera inseparable, destaca “sus costumbres sencillas, austero, familiero y afecto a una sociabilidad especial, que cultivaba con su dilecto círculo de amigos, entre los que se contaba Manuel Mora y Araujo, Oscar Cornblit, Tomás Simpson, Ezequiel Gallo, Ezequiel de Olaso, Félix Luna y Natalio Botana”.
Las tertulias con ellos de los sábados al mediodía fueron cita obligada por la que pasaron también académicos y figuras influyentes de un amplio espectro. Precisamente Botana brindó así, ayer, su testimonio de despedida: “Pierdo un querido amigo y un eminente colega en el campo de la teoría política. Un intelectual, profesor e investigador constante que ahondó como pocos en la teoría democrática. Tuve la dicha de presentar algunos de sus libros y de haber participado con él en innumerables coloquios, seminarios y tertulias. Fue uno de los grandes en el campo académico de nuestra generación”.
Y algo más sobre su legado. Strasser fijó una vara alta para pensar y evaluar la democracia, no darla por sentado ni confundirla -o circunscribirla- con quienes la representan o encarnan circunstancialmente, desde los gobiernos, las oposiciones y los juegos de la política agonal. Sus catalejos seguirán siendo por eso instrumentos útiles -y necesarios- para no encallar ni naufragar en las exigentes y desafiantes travesías de nuestro tiempo.
Publicado en Clarín el 9 de enero de 2025.
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