El presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó un tratado de asociación estratégica integral con la República Popular Democrática de Corea (RPDC) para convertirlo en ley.
El acuerdo, suscrito originalmente por los máximos líderes de ambos países el 19 de junio en Pyongyang, fue ratificado por la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento ruso) el 24 de octubre. Y el Consejo de la Federación, o la Cámara Alta, lo aprobó el 6 de noviembre.
En el preámbulo del tratado se afirma que el documento se ajusta a los intereses fundamentales de los dos pueblos, con el fin de garantizar la paz, la seguridad y la estabilidad regionales y mundiales.
Según los términos del acuerdo, Rusia y la RPDC se comprometen a desarrollar una asociación sostenida basada en el respeto mutuo a la soberanía, la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos, la igualdad y otros principios del derecho internacional que apoyan las relaciones amistosas y la cooperación entre las naciones.
El pacto también incluye disposiciones de asistencia militar inmediata y de otro tipo si cualquiera de las dos naciones se enfrenta a un ataque armado, tal y como estipula el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas.
El tratado entrará en vigor tras el intercambio de los instrumentos de ratificación.