viernes 18 de octubre de 2024
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La victoria de Trump sería el fin de la República y el ocaso de la democracia liberal

Si el expresidente Trump gana las elecciones y los republicanos controlasen ambas Cámaras de Representantes, el modelo populista de derecha encarnado por MAGA será hegemónico en la primera potencia mundial.

Trump consolidaría un esquema hiperpresidencialista y arrasaría – como ya prometió – con la burocracia federal profesional, instalando a miles de sus leales en esos resortes del Estado para evitar los “palos en la rueda” que la burocracia de carrera puso a muchas de sus iniciativas durante su primer mandato.

La “guerra cultural” eso que desvela a todo el arco de la ultraderecha mundial estaría también en el centro de la escena. Es de esperar que un gobierno de Trump desfinancie las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Los legisladores republicanos impulsarían políticas anti-LGBTQ+ y podrían intentar imponer restricciones a la enseñanza de la diversidad y el género en las escuelas.

Las escuelas, los lugares de trabajo y los gobiernos locales se convertirían en campos de batalla en cuestiones raciales de género y de libertad de expresión.

Con un Congreso monocorde, la Justicia sufrirá otro embate porque los republicanos tendrán carta blanca para designar una nueva ola de jueces conservadores en todos los niveles del poder judicial federal.

Un Departamento de Justicia colonizado con trumpistas podrían desatar una cacería de líderes opositores, hasta podrían “disciplinar” al mundo corporativo, sobre todo a las tecnológicas que ya han sido acusadas por los republicanos de ser anticonservadoras. Los nombramientos podrían extenderse a los tribunales de apelación y, potencialmente, terminar el trabajo que Trump inició en su primer mandato designando jueces en la Corte Suprema probadamente conservadores, profundizando el sesgo antiabortista, restrictivo del derecho al voto y contrarios a la inmigración y a las regulaciones ambientales.

La inmigración legal e ilegal seguirá siendo un asunto prioritario para mantener la irritación popular frente al “otro”. Por estos días, Trump hasta habló de la “impureza genética” que introducen los inmigrantes, un comentario abiertamente nazi. Su compañero de fórmula de Trump, JD Vance, dijo en una entrevista con el New York Times: “Creo que es ciertamente razonable deportar a alrededor de un millón de personas por año”.

El giro hacia el proteccionismo se acentuaría en un segundo mandato de Trump, quien ha pedido aranceles generales del 10 al 20 por ciento sobre todas las importaciones estadounidenses y aranceles del 60 por ciento sobre China, alterando las cadenas de suministro globales y las relaciones comerciales con todo el mundo, a la vez que supondría un aumento de precios interno.

En las relaciones exteriores es donde Trump causó más desastres en su primer mandato y promete ahondarlos retirando a los EE.UU. de la OMC y otros órganos internacionales, soltándole la mano a Europa vía desfinanciamiento de la OTAN y corte de ayuda a Ucrania.

Trump buscaría restablecer su campaña de sanciones de “máxima presión” contra Irán y empoderar a Israel para “terminar el trabajo” de eliminar a Hamás en Gaza y paralizar a Hezbolá en el Líbano.

En general, Trump basaría las relaciones internacionales en su relación personal con líderes mundiales, agrupando a una troupe de populistas de derecha que harían de especie de Corte del blondo emperador que blindaría fronteras en contra de las prioridades de una oscura secta mundial de globalistas.

Si Trump pierde, los observadores no descartan acciones violentas fomentadas por las seguras denuncias de fraude que Trump lanzará en ese caso y a sabiendas que esta es su última oportunidad de volver a la Casa Blanca, poniendo en jaque el ya debilitado sistema democrático estadounidense.

Publicado en el blog del autor: Relato mata dato.

Link https://relatomatadato.blogspot.com/2024/10/la-victoria-de-trump-seria-el-fin-de-la.html

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