Una delegación de funcionarios de la OCDE, CEPAL y CAF recorrió los países de América Latina y el Caribe para presentar el documento “Perspectivas Económicas de América Latina 2023-Invirtiendo para un Desarrollo Sostenible”. Según explica, el trabajo fue publicado bajo la responsabilidad del secretario general de la OCDE, del presidente de la Corporación Andina de Fomento y del presidente de la Comisión Europea.
Pero al mismo tiempo aclara, para deslindar competencias, que no refleja los puntos de visa oficiales de los miembros de la OCDE, ni del Centro de Desarrollo de ese organismo ni tampoco de la Corporación Andina de Fomento o de la Unión Europea, ni de los Estados Miembros de las Naciones Unidas.
El trabajo desde sus primeras páginas destaca que el nivel de inversión de ALC es el más bajo de todas las regiones del mundo debido a las reducidas tasas de ahorro nacionales. La tasa promedio es del 20% comparado con el 35% en las economías de Asia Oriental y el Pacífico. El sector privado es la mayor fuente de inversión en todos los países: 78% de la inversión total.
En el resumen ejecutivo afirma que las empresas extranjeras son más productivas e invierten más en innovación de productos; agrega que “son más proclives a ofrecer oportunidades de capacitación a sus empleados para mejorar sus competencias y encontrar un empleo en el futuro”.
El dato que más se destaca en la investigación se refiere a la productividad; afirma que la estructura productiva en ALC “se caracteriza por niveles bajos de productividad, lo que ha llevado a que continúe ampliándose la brecha con las economías avanzadas.
La productividad en ALC representa un 27% de la de Estados Unidos frente a cerca de un 40% a principios de la década de 1980”. Este índice señala una brusca caída en los últimos 30 años a pesar de una economía internacional dinámica donde se destacó el avance de la región asiática.
Si bien el análisis marca la heterogeneidad entre los distintos sectores donde se destacan los dinámicos con una alta tasa de productividad que se orientan a la exportación y otros dedicados al mercado interno, con elevadas tasas de informalidad y un alto nivel de protección. La inversión en investigación y desarrollo, que explica también el estancamiento de la región, solo asciende al 0,65%, muy por debajo de la media de 2,7% la OCDE. La tasa en Brasil es del 1,2% y en la Argentina 0,53.
La caracterización de la problemática de ALC revela la postergación relativa a nivel mundial en las últimas décadas. El énfasis en otras prioridades hizo perder la perspectiva sobre las iniciativas de transformación de la estructura productiva y las implicancias del flujo de capitales y la radicación de empresas en Asia.
La excesiva confianza en los recursos naturales influyó para alentar otros objetivos de mayor impacto social y político que tampoco pudieron satisfacerse ante las dificultades para aumentar la recaudación fiscal.
La iniciativa de dar una amplia difusión a las conclusiones se produce en un momento de cambio de la situación internacional por la reasignación de las cadenas de valor próximas a los mercados de consumo. Si bien hubiera sido oportuno considerar estas advertencias cuando comenzaron los cambios de la estructura productiva mundial, no por tarde todavía constituye un llamado de atención para evitar el agravamiento de la situación.
En ese sentido, sería importante que el esfuerzo de las instituciones involucradas no quede como un volumen más para vestir bibliotecas y pueda plasmarse en concientizar sobre la necesidad de impulsar el nivel de inversiones para superar el atraso relativo de ALC en el contexto internacional.
Publicado en Clarín el 12 de junio de 2024.
Link https://www.clarin.com/opinion/inversion-productividad-america-latina-rezagada_0_poqTzZpmed.html
