La senadora por Illinois Tammy Duckworth lleva súplicas del equipo médico de Gaza directamente a la Casa Blanca. Al día siguiente Netnayahu es acusado de crímenes de guerra en un mismo veredicto con los líderes de Hamas y muere Ebrahim Raisi el presidente de Irán. Joe Biden en llamas.
Por Alejandro Garvie
Unos días después que Vladimir Putin y Xi Jinpin celebraran una reunión para reafirmar su alianza estratégica mundial, la senadora demócrata por Illinois intercedió para ayudar al Dr. Adam Hamawy –varado en Rafah- quien le salvó la vida durante los combates en Irak en 2004.
Duckworth entregó la carta a la Casa Blanca el domingo junto con el pedido al presidente Joe Biden que utilice toda su influencia para garantizar la salida segura del personal médico estadounidense e internacional atrapado en Gaza en previsión de una escalada de la campaña militar en Rafah.
La carta del cirujano Adam Hamawy, médico de combate del ejército de EE. UU. relata la situación en la que se encuentra junto al grupo de médicos y personal sanitario de la Organización Mundial de la Salud: “El 13 de mayo, en violación del derecho internacional, Israel negó la salida a nuestro equipo de profesionales médicos”, escribe Hamawy. “Cuando finalmente llegó el llamado de evacuar sólo a los ciudadanos estadounidenses, decidí quedarme. Como médico, no podía, con la conciencia tranquila, dejar atrás a mi equipo”.
Si bien planeaban rotar después de dos semanas, Hamawy dice que las autoridades israelíes bloquearon su salida de Rafah. Las fuerzas israelíes tomaron el control del lado palestino del cruce de Rafah entre Gaza y Egipto el 7 de mayo, preparando el escenario para lo que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu ha prometido que será una gran ofensiva militar contra Hamas en la ciudad del sur, aunque un gran contingente de civiles permanece allí.
La carta pide a la Casa Blanca que utilice su poder para establecer de inmediato un “corredor humanitario protegido” que permita al personal médico restante evacuar de manera segura y ser reemplazado por equipos que esperan ingresar a Gaza. “El pueblo de Gaza merece acceso a servicios médicos y humanitarios”, escribió Hamawy. “Merecen algo más que su sistema de salud quemado y diezmado”. “Nunca en mi carrera he sido testigo del nivel de atrocidades y ataques contra mis colegas médicos como en Gaza”, agrega la carta.
Durante el transcurso de la guerra, Biden ha sido criticado por varios legisladores, grupos humanitarios y manifestantes estudiantiles por no adoptar una línea más dura contra la campaña militar israelí. Las Naciones Unidas informan que casi 500 trabajadores sanitarios han sido asesinados en Gaza desde octubre.
La Casa Blanca dijo que los objetivos de Hamawy estaban en consonancia con los suyos: “Continuamos colaborando con funcionarios y ONG israelíes para ayudar a los médicos de Gaza que quieren irse, pero no han podido hacerlo”, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, en un comunicado. “La semana pasada ayudamos en la salida de 17 médicos estadounidenses que habían intentado salir de Gaza y no habían podido hacerlo anteriormente”.
En el momento en que se envió la carta, Biden estaba pronunciando el discurso de graduación ante la promoción de graduados del Morehouse College en Atlanta, donde pidió “un alto el fuego inmediato”, “detener los combates” y “traer a los rehenes a casa”. “Apoyo las protestas pacíficas y no violentas”, dijo Biden a los graduados y exalumnos el domingo. “Sus voces deben ser escuchadas y les prometo que las escucharé”. Hubo aplausos y no los temidos abucheos.
La sentencia de la Corte Penal Internacional todavía no había resonado como lo haría el lunes. La acusación del tribunal al presidente Benjamín Netanyaju agrega más presión a Biden, en tanto le da una mano impensada al tambaleante gobierno de Israel.
El frágil gabinete de guerra del primer ministro israelí había estado al borde del colapso este fin de semana después de que el general retirado Benny Gantz -el político israelí con más probabilidades de terminar con la carrera de Bibi- amenazara con abandonar el gobierno si Netanyahu no presentaba un modelo de posguerra sobre cómo se gobernaría Gaza.
El ultimátum aumentó la presión política sobre el asediado líder israelí, y Gantz advirtió que retiraría su apoyo a menos que se cumplieran sus demandas. “La elección está en tus manos”, dijo Gantz a Netanyahu en una declaración televisada el sábado.
Hoy, Gantz se quedó sin protagonismo gracias al anuncio del lunes del principal fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, de que está solicitando órdenes de arresto para Netanyahu y el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, junto con tres líderes de Hamás, entre ellos Yahya Sinwar, líder del grupo islamista en Gaza.
Si Khan y su panel de seis expertos (cinco de ellos, curiosamente, británicos) esperaban que al acusar a ambos bandos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad podrían provocar una pausa en los combates y persuadir a Israel a repensar su campaña militar, se equivocan.
A los pocos minutos de conocerse la noticia, el líder de la oposición israelí Yair Lapid, uno de los principales adversarios políticos de Netanyahu, condenó a Khan y desestimó su anuncio calificándolo de “desastre”. Lapid dijo a su bloque parlamentario, el partido centrista Yesh Atid, que espera que el Congreso de Estados Unidos denuncie la iniciativa de Khan. Lapid lleva semanas pidiendo a Netanyahu que acepte nuevas elecciones. Ahora, esa posibilidad se aleja.
Si bien el fiscal de la CPI puede no haber tenido en mente la política interna de Israel, el resultado será el fortalecimiento de la posición de Netanyaju y su núcleo ultraderechista.
La muerte violenta del presidente de Irán también alteró el humor social en la región y abre –según funcionarios de la Casa Blanca– un portal de sospechas en torno al accidente o al uso que pueda hacerse dudando de las causas de la caída del helicóptero que transportaba a Raisi y algunos de sus ministros. Aunque dan por descartado que influya en algún cambio en la política persa férreamente dominada por el ayatolá Ali Jamenei, de 85 años.
Mientras tanto, Biden tiene en su país una campaña presidencial y una situación en Ucrania que se parece cada vez más a una derrota militar de su sostenido Zelenski quien ha dejado de ser presidente electo esta semana para pasar a declarar la Ley Marcial –junto con el reclutamiento masivo- y erigirse en un dictador, liso y llano.
Veremos que hace Biden con la carta de la senadora Duckworth.