El primer ministro francés, Gabriel Attal, aseguró que Francia “se dispone a cambiar la historia” inscribiendo el aborto en su Constitución, al abrir el Congreso que se apresta este lunes a aprobar esta reforma de la Carta Magna.
“Podemos cambiar nuestra ley fundamental para inscribir la libertad de las mujeres, con quienes tenemos una deuda, con las que han sufrido, con las que han muerto, con las que han tenido que escapar de forma clandestina al extranjero, cuyo recuerdo nos avergüenza”, aseguró el jefe del Ejecutivo en su discurso ante la reunión conjunta de diputados y senadores en el Palacio de Versalles.
Attal, que llegó acompañado de Jean Veil, hijo de Simone Veil, la ministra responsable hace casi medio siglo de la despenalización del aborto, rindió homenaje a todas las mujeres que, a lo largo de los años, han trabajado para lograr y defender este derecho que Francia quiere afianzar.
Para ello es necesario que tres quintos de los parlamentarios, es decir 555, aprueben esta reforma constitucional, algo que parece más que probable porque ambas cámaras ya lo aprobaron por separado con un margen más que suficiente.
El primer ministro señaló que solo entonces “el cuerpo de las mujeres será el templo de su libertad” y envió este mensaje a todas las mujeres: “Vuestro cuerpo os pertenece y nadie puede disponer de él en vuestro lugar”.
“Este es un paso decisivo en favor de la igualdad entre hombres y mujeres. Todavía estamos lejos del final del camino, pero poco a poco nos acercamos”, agregó.
Attal aseguró que “la libertad de abortar está en peligro porque depende de la voluntad de quienes tienen el poder” y afirmó que lo que ahora parece conseguido puede tambalease en el futuro, lo que justifica que el aborto, que cuenta con un respaldo mayoritario en la sociedad francesa, se inscriba en la Constitución.
“Todas las libertades son frágiles. Y cuando se quiere a atacar la libertad de un pueblo se empieza por cercenar las de las mujeres”, aseguró el primer ministro, que se refirió a los casos de Estados Unidos, Hungría o Polonia.
La presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivot, que abrió el Congreso, aseguró que con esta decisión se “escala parte del muro de la igualdad, una escalada larga y laboriosa y a la que basta solo una caída para volver a estar abajo”.
“Con esta decisión Francia se coloca en la vanguardia, ese es su puesto. Con esta decisión le decimos a todas las mujeres del mundo que estamos a su lado, dispuestas a ayudarles”, indicó.
Menos entusiasta, aunque también a favor, se manifestó al llegar a Versalles la líder ultraderechista Marine Le Pen, quien aseguró que el peligro contra el aborto “no existe”.
“Vamos a votar esta constitucionalización, porque no nos supone ningún problema, pero de ahí a hablar de día histórico no. Es un día instrumentalizado por (el presidente francés) Emmanuel Macron para su propia gloria”, afirmó. EFE