Esteban Bullrich es uno de los dirigentes políticos más respetados por la sociedad argentina. Representante del clásico liberalismo democrático, fue uno de los fundadores del PRO y, luego, en el 2017 logró la hazaña de derrotar en elecciones a Cristina Kirchner en la Provincia de Buenos Aires, siendo el único político argentino en ganarle una elección a la expresidenta.
Su problema de salud no le impide seguir de cerca lo que sucede en la realidad del país y, luego del frustrado tratamiento de la ley ómnibus, Bullrich escribió en su cuenta de X “Crónica de una muerte anunciada. Sr. Presidente no desprecie la política, por favor”, invitando a Javier Milei a actuar a actuar dialogando y consensuando con la mayoría legislativa que aprobó en general dicha ley, pero que luego por la falta de acuerdos, el oficialismo retiró y dejando todo sin efecto.
Sin embargo ante el sabio y democrático consejo de Esteban Bullrich, muchos militantes libertarios le contestaron con agresiones e insultos. Incluso haciéndole bullying por su estado de salud. Estos hechos recuerdan a lo que hacían muchos militantes kirchneristas en tiempos pasado, cuando festejaban la muerte del fiscal Nisman o se burlaban de la edad del juez Fayt.
Sin cultura democrática y con agresiones a los que no piensan igual, es imposible que Argentina progrese. La violencia verbal luego se transforma en violencia física. Todas las guerras comenzaron con violencia verbal e inflamados discursos de los líderes belicistas.