domingo 22 de diciembre de 2024
spot_img

China en el discurso de Milei

Desde 2021, año de la primera campaña de Javier Milei para un cargo electivo, que el actual presidente viene anunciando en su discurso su repulsión hacia las ideas comunistas (también socialistas) y hacia los Estados que abrazan las mismas. Desde esa escena pública, advirtió de su desinterés a las relaciones con China, algo totalmente diferente al accionar de los gobiernos kirchnerista y macrista.

En un reportaje al Canal de la Ciudad expresó: “Yo no haría negocios con China”, generando que el conductor del programa le consultara sí no sería una tragedia macroeconómica romper relaciones con el segundo socio comercial del país. La respuesta fue tajante: “No, es falso que sería una tragedia macroeconómica, podríamos hacer transacciones con el lado civilizado de la vida (…) occidente. No hago negocios con comunistas (…) no negocio mi moral por dinero”

El año pasado, ya en el marco de la campaña presidencial durante una entrevista grabada para Blumberg, donde el entrevistador consultó sobre los ejes de política internacional, el entonces candidato manifestó su objetivo de “alinearnos con occidente”.

Luego, ante la pregunta “Y en cuanto a China, es uno de los socios principales de comercio…”, interrumpió: “Serán socios comerciales del sector privado, nosotros no hacemos pactos con comunistas. Yo no promovería la relación con comunistas; ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua ni con China.”

Con su famosa nota para Carlson Tucker subió el tono: “De hecho, no sólo no voy a hacer negocios con China, no voy a hacer negocios con ningún comunista (…) yo soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia. Los comunistas no entran ahí. Los chinos no entran ahí, Putin no entra ahí, Lula no entra ahí (…) eso no quiere decir que los argentinos no puedan comercializar…”

Estas declaraciones, motivaron a que la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, dijera en noviembre “el grave error” que podría ser la ruptura de relaciones construida los últimos años.

Milei desde que asumió recientemente su mandato, da señales de acercamiento a Taiwán (generando la reacción del embajador oriental) y desistió querer ingresar a los BRICS, política impulsada por su antecesor, pero, en la carta remitida aclaró no querer abandonar las relaciones bilaterales con los miembros. Aunque devolvió públicamente las salutaciones y buenos deseos protocolares de Ji Jinping y se rumoreó del coqueteo a través de la Canciller Mondino para renovar los SWAP y hacer frente a los vencimientos de FMI; finalmente logró acordar directamente con el Fondo sin necesidad de ayuda china.

Es sabido que, en el plano geopolítico, su afinidad ya expresada lo acerca al estilo menemista de “relaciones carnales” con el principal competidor del gigante asiático, los Estados Unidos. Una vuelta a este estilo significaría un retroceso a las relaciones construidas desde principios del siglo XXI.

Días atrás, el clima bajó su tensión tras el encuentro de la Canciller con el Embajador de dicha nación. El comunicado oficial dejó manifiesto la importancia de “fortalecer la relación bilateral”.

Todo un derrotero, respecto a esta relación, que dará para hablar por un buen tiempo y seguir analizando si el dogma persistirá ante el pragmatismo que pueda llevar el contexto en este tema y en muchos más.

spot_img
spot_img

Veinte Manzanas

spot_img

Al Toque

Alejandro J. Lomuto

Venezuela, en la cuenta regresiva hacia el 10 de enero

Alejandro Einstoss

Vaca Muerta y su potencial exportador

David Pandolfi

Una fecha en el calendario