jueves 26 de diciembre de 2024
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La promesa de Arévalo en Guatemala: “No dejar atrás a nadie”

El abanderado de la lucha contra la corrupción Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala en la madrugada del lunes, tras una investidura caótica provocada por un intento de última hora de los parlamentarios de la oposición de debilitar su autoridad.
Tras un retraso de casi nueve horas, Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera hicieron su primera aparición en el Palacio Nacional de la Cultura para saludar a una multitud que se había congregado en la Plaza de la Constitución de la capital.
En su discurso, Arévalo se comprometió con los pueblos indígenas de Guatemala a “no dejarlos atrás” y prometió “no más discriminación, no más racismo”. Más del 40% de la población de Guatemala son indígenas, principalmente mayas.
Los indígenas guatemaltecos han sufrido históricamente discriminación y pobreza, y el 80% de sus niños no tienen acceso adecuado a alimentos nutritivos, según estudios de la ONU.
El presidente estadounidense, Joe Biden, felicitó a Arévalo y Herrera. Según un comunicado de la Casa Blanca, afirmó que espera que continúe la sólida asociación entre ambos países para “promover los derechos humanos, reforzar la seguridad civil, combatir la corrupción, abordar las causas profundas de la migración y ampliar las oportunidades económicas”.
La inesperada victoria electoral de Arévalo en agosto se consideró un momento decisivo para Guatemala, donde este hombre de 65 años se ha erigido como defensor de la democracia y líder de un movimiento progresista empeñado en remodelar un panorama político dominado durante mucho tiempo por los partidos conservadores.
Arévalo sustituye al conservador Alejandro Giammattei, cuyo gobierno se vio envuelto en escándalos de corrupción y cuyos aliados intentaron repetidamente socavar la victoria electoral de Arévalo, retrasando la transición. Giammattei no asistió a la ceremonia de investidura.
En su discurso, Herrera dijo que espera que la nueva administración fuera el “Gobierno del cambio”, y que no estaría conforme hasta que Guatemala empezara a ser testigo de más justicia, igualdad y oportunidades para los ciudadanos menos favorecidos.
Arévalo enfrenta grandes retos como líder de la nación más poblada de Centroamérica, donde ha prometido llevar a cabo reformas radicales y hacer frente al aumento del costo de la vida y de la violencia, dos factores clave de la emigración a Estados Unidos.
El padre de Arévalo, Juan José Arévalo, fue el primer presidente de Guatemala elegido democráticamente en 1945, pero su sucesor fue derrocado en un golpe militar respaldado por Estados Unidos.
La canciller mexicana, Alicia Bárcena, que asistió a la toma de posesión y la tildó de “emocionante”, describió al nuevo Gobierno como una entidad progresista y transformadora en un mensaje en sus redes sociales.
Por su parte Luis Almagro, jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA), felicitó a Arévalo y Herrera, declarando a través de las redes sociales que “la democracia ha triunfado”.
(Reporte de Natalia Siniawski con reporte adicional de Frank Jack Daniel; editado en español por Aida Peláez-Fernández).

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