jueves 26 de diciembre de 2024
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(In)expertos en pinchazos

Sería una mala película de Porcel y Olmedo si no fuese una triste y patética realidad. Nada a lo que el kirchnerismo no nos tenga acostumbrado.

Desde noviembre el gobierno viene anunciando lotes de vacunas inexistentes que nunca terminan de llegar. El problema en este sentido es si esos lotes de vacunas solo existen en las agotadas mentes de funcionarios que nunca estuvieron a la altura de una crisis de salud sin precedentes.

Ya no es solo un problema de escala mundial en la producción de vacunas. Son argumentos que se van sucediendo sin ton ni son ante un auditorio que no se atreve a repreguntar cuando desde el Ministerio de Salud se dan excusas sinsentido: “nos piden cosas que no podemos ceder” (¿de qué cosas se trata?), “no podemos ceder soberanía en tribunales de Nueva York” (¿acaso hay algún contrato internacional que no se dirima en dichos tribunales?), “China nos pide que paguemos cash las vacunas” (¿por qué será dicha condición?).

Esta semana estalló primero un escándalo de baja intensidad en una de las ciudades más importantes del interior bonaerense, Chivilcoy. Allí no solo se vacunó un joven funcionario del PAMI sino que también desde el municipio admitieron que el hospital local inoculó a seis jóvenes de 18 años, ya que serían parte del esquema de atención en el momento que la vacunación se hiciese masiva. Parte de la mística que se quiere imponer a una política pública que debería ser de las más transparentes de nuestra historia y que, desde la largada ya plantea más oscuros que claros, como una remora de Operativo Dorrego coordinado por Bombita Rodríguez.

Ahora sale a la luz del día un vacunatorio VIP en oficinas del Ministerio de Salud. Por allí pasa un reconocido periodista oficial, legisladores nacionales (con el salvoconducto de formar parte de una delegación oficial a México acompañando al Presidente cuando cabe preguntarse si otros miembros de la delegación también están contemplados en el esquema) y hasta un alto dirigente sindical y su familia (entre ellos un joven hijo).

Mientras el personal de salud sigue esperando y los maestros inician el ciclo lectivo (un 90% del personal docente arrancó el mismo en las provincias de Santiago del Estero, Jujuy y la ciudad de Buenos Aires) y los y las cajeras de supermercado, los conductores del transporte público y las fuerzas de seguridad siguen adelante con sus tareas desde el primer día, sin un norte de vacunación clara.

En tanto Chile vacuna con prisa y sin pausa y Uruguay prepara a su población para hacerlo a partir del 1 de marzo (siendo además el único país de Sudamérica que mantuvo presencial su sistema educativo).

Las promesas incumplidas del gobierno no serían tan graves si solo perjudicara al mismo de cara a las elecciones de mitad de término (se sabe, un electorado adulto entiende perfectamente en un sistema presidencial en quién reside el éxito o fracaso de una política pública) sino que en este caso está en juego la salud física y mental de una sociedad que espera pacientemente desde marzo de 2020 que el gobierno se haga cargo de una situación para la que, claramente, solo se preparó dando recetas de té caliente.

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