viernes 6 de junio de 2025
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Una gran cosa: la IA deja a la web en la estacada

Traducción Alejandro Garvie.

La industria tecnológica, obsesionada con la IA, está desmantelando rápidamente la web tradicional, sin un plan para reemplazarla.

Los chatbots ya han comenzado a interceptar el tráfico web y a reducir los ingresos de los editores. Ahora, gigantes tecnológicos y startups buscan remodelar los dispositivos y navegadores que usamos para acceder a las páginas web, utilizando la IA para resumir o anticiparse al contenido que las personas y los editores publican en línea.

Los navegadores que desde los `90 han sido la puerta de acceso a la información en la Web están siendo dejados de lado. La semana pasada, Firefox estrenó una herramienta experimental que proporciona resúmenes de IA al pasar el cursor sobre los enlaces.

También la semana pasada, The Browser Company, creadora del navegador Arc, tan apreciado por algunos usuarios avanzados, anunció que estaba cambiando de rumbo para centrarse en un nuevo navegador impulsado por IA llamado Dia.

Se rumorea desde hace tiempo que OpenAI está trabajando en su propio navegador, pero aún no ha publicado nada. En los últimos dos años, Google, que se presenta habitualmente como el defensor de la web abierta, ha aumentado constantemente la importancia de sus resúmenes de IA en todos los aspectos de las búsquedas.

Googlo, en la conferencia para desarrolladores I/O del año pasado, anunció el lanzamiento en todo Estados Unidos de los resúmenes de IA, que se ubican sobre los resultados de búsqueda y permiten a los usuarios obtener sus respuestas sin tener que acceder a las páginas de origen (aunque, en ocasiones, también proporcionan datos ficticios).

En la I/O de este año, la compañía anunció que el Modo IA, que convierte la búsqueda del usuario en una conversación de chat con IA, sería ahora una función estándar, aunque algunas revisiones preliminares han considerado que su información no es fiable.

Mientras tanto, OpenAI acaparó titulares con el anuncio de la compra de la startup de dispositivos de IA del diseñador de Apple, Jony Ive.

Ive liderará ahora el plan de OpenAI para vender nuevos dispositivos, no smartphones, que podrían integrar las respuestas de IA generativa de forma más completa en la vida cotidiana de los usuarios, por lo que “cada vez más, las páginas web (aplicaciones, artículos y archivos) se convertirán en herramientas con interfaces de chat de IA”, escribió Josh Miller, director ejecutivo de Browser Company, para explicar por qué su empresa detenía el trabajo en Arc.

A medida que la tecnología se centra en reconstruir nuestras experiencias web con IA, no hay garantía de que la web siga existiendo una vez finalizado ese trabajo. Con los chatbots convirtiéndose en la forma predeterminada de los usuarios para enterarse de lo que ocurre en el mundo, sus creadores fingen poder extender esta nueva capa de interfaz por internet sin interrumpir las fuentes de datos que la alimentan. Pero algunos analistas de medios creen que una web priorizada por la IA reducirá el dinero y la atención que motiva a los creadores web a seguir ampliando el acervo de conocimiento común.

Muchas editoriales ya están experimentando una disminución significativa del tráfico y los ingresos debido a la transición hacia la búsqueda con IA, aunque Google niega que exista una conexión. Y los artistas creativos temen que su trabajo esté siendo robado o devaluado.

Este es un problema de todos. Por supuesto, las empresas y las personas que han desarrollado su trabajo en torno a la web tienen miedo, pero los creadores de IA también deberían tenerlo.

El vasto tesoro (y pozo negro) de trabajo creativo humano en la web se ha acumulado desde la década de 1990 porque la gente quería compartir lo que sabía, ya sea para obtener beneficios económicos o de reputación, o simplemente para promover una causa o hacer algo bueno. Esa configuración nos dio de todo, desde Wikipedia y tutoriales de YouTube hasta blogs y Reddit.

Casi toda la web tradicional ya se ha incorporado a bases de datos de entrenamiento de IA para que bots como ChatGPT la regurgiten. De ahora en adelante, es probable que las nuevas contribuciones valiosas se encuentren tras muros de pago o dependan de medios de financiación alternativos inestables (programas de membresía, subvenciones de organizaciones sin fines de lucro, financiación gubernamental).

Si la IA socava los incentivos para que los seres humanos actualicen la web con sus noticias, opiniones y argumentos, también se verá amenazada su propio futuro. La intriga: Algunos en la vanguardia web ya anticipan un mundo donde el trabajo creativo más ambicioso o significativo se desarrolla en lo que llaman una web de “bosque oscuro”.

Imaginan comunidades creativas deliberadamente aisladas del bazar de Silicon Valley, generando “antimemes” e ideas críticas sin participar en la competencia algorítmica de las redes sociales ni en el reduccionismo descuidado de la IA.

Por otro lado, las empresas de IA han implementado modestos esfuerzos para retribuir a los proveedores de contenido. OpenAI, por ejemplo, ha cerrado múltiples acuerdos con editores en línea (incluido Axios).

Pero es difícil imaginar cómo ese tipo de acuerdo reemplazará el tráfico de búsqueda y los ingresos publicitarios que han sido el pilar fundamental para tantos editores web durante la última década.

En resumen: Google creó una web basada en la búsqueda en la que los editores independientes y los colaboradores individuales podrían sobrevivir, si no prosperar siempre. Ahora, la IA está lista para convertir todo ese ecosistema en un producto heredado.

Publicado en Axios el 2 de junio de 2025.

LInk https://www.axios.com/2025/06/02/ai-browsers-open-web?utm_term=twsocialshare #axiosai

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