viernes 29 de marzo de 2024
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Tadeo García Zalazar: “Mendoza es discriminada por el gobierno nacional”

El intendente del municipio mendocino de Godoy Cruz sostuvo además que “uno de los capitales políticos que tiene el radicalismo es que gobierna más de 400 municipios” en el país y que ello es algo “que no tienen otros partidos que integran Juntos por el Cambio”. Juzgó que la UCR tuvo un “crecimiento” que la posiciona favorablemente frente a la posibilidad de que el candidato presidencial de la coalición en el 2023 sea de origen radical.

El intendente del mendocino municipio de Godoy Cruz, Tadeo García Zalazar, expresó que su provincia “es discriminada” por la administración de Alberto Fernández, en la distribución de aquellos recursos que no son coparticipables y ello se traduce en que “hay programas que llegan a otras provincias” y “a otros municipios” de la provincia pero “no llegan al nuestro”, y tras esperanzarse ello cambie con un nuevo  gobierno en el 2023, destacó que la UCR experimentó un “crecimiento” que la posiciona dentro de Juntos por el Cambio favorablemente ante la definición en el seno de la coalición sobre la fórmula para las elecciones del año próximo y la posibilidad de que el candidato presidencial sea de origen radical.

El jefe comunal, en una entrevista con Nuevos Papeles, reivindicó que “uno de los capitales políticos que tiene el radicalismo es que gobierna más de 400 municipios distribuidos a lo largo y a lo ancho del país en las 23 provincia y eso es muy bueno porque nos da la posibilidad de tener un contacto territorial que no tienen otros partidos que integran Juntos por el Cambio”; dijo que un futuro plan de un eventual gobierno de la coalición en el 2023 debe incluir aquellos temas vinculados a la “agenda de los municipios” como parte de “cualquier proyecto nacional”, al tiempo que, al reflexionar sobre el actual escenario político nacional, advirtió sobre la “debilidad” de la gestión de Alberto Fernández y dijo que el kirchnerismo “patea el tablero” cuando en el Frente de Todos “no se hace lo que quiere Cristina Fernández de Kirchner”.

En la reunión del Foro de Intendentes Radical que se realizó recientemente pareció destinada a dejar una señal desde la UCR en cuanto al peso político que tiene la cuestión de la gestión, que recae en los intendentes y que ello resulta uno de los activos que se propone exhibir el radicalismo de cara a las definiciones hacia el 2023 dentro de Juntos por el Cambio. ¿Cuál es su mirada en este sentido?

Efectivamente, creo que uno de los capitales políticos que tiene el radicalismo es que gobierna más de 400 municipios distribuidos a lo largo y a lo ancho del país en las 23 provincias. Y eso es muy bueno porque nos da la posibilidad de tener un contacto territorial que no tienen otros partidos que integran Juntos por el Cambio. Eso significa representar las necesidades, los valores, las ilusiones y las esperanzas de mucha gente en el país. Y eso fue puesto en valor en el Foro de Intendentes en el que hubo intercambio de experiencias; mostrar un radicalismo que gestiona, que lidera en varios temas a nivel nacional desde los gobiernos locales y nosotros lo que estamos pidiendo como intendentes de gobiernos locales es que nuestra agenda, la agenda de nuestros vecinos y vecinas, sea después tenida en cuenta en la agenda 2023 en lo que va a ser una plataforma como propuesta de gobierno de Juntos por el Cambio. Si tenemos en cuenta que Argentina es un país federal, que tiene más de dos mil municipios a lo largo y a lo ancho del país, creo que la agenda de los municipios, de los gobierno locales, tiene que ser relevante y estar dentro de cualquier proyecto nacional y eso fue lo que se estuvo charlando en el foro y que creo que eso el radicalismo lo va a poner en valor en este año y medio que viene que es netamente de construcción política.

En ese contexto y se lo preguntamos en virtud de que gobierna un municipio de la Provincia de Mendoza, su provincia conjuntamente con Jujuy y Corrientes, hacia fines del año pasado, exhibió un dato que contrasta claramente con lo que sucedía antes y lo que ocurre ahora en esas tres provincias, y que está relacionado al equilibrio fiscal. Y ello aparece como un dato clave si se compara esa situación con lo que ocurre en ese plano nacional.

Sí, claro, por supuesto que es clave el equilibrio fiscal.

¿Qué tan clave es?         

¡Y es clave! Creo que, por decirlo de alguna manera, es determinante para el éxito de cualquier gestión. A nosotros nos pasa en los gobiernos locales. Si nosotros gastamos más de lo que nos ingresa por recaudación, después, eso se traduce en problemas estructurales y falta de acción de los gobiernos locales. Lo mismo pasa a nivel nacional cuando se gasta más de lo que recauda o cuando se endeuda más de lo que puede pagar. Evidentemente después se tiene un problema con la emisión monetaria. La diferencia es que nosotros lo solucionamos a nivel local, por ahí, restringiendo algún servicio o ahorrando en alguna partida presupuestaria. A nivel nacional la falta de equilibrio fiscal se resuelve con emisión monetaria y eso es uno de los principales causantes de la inflación.

Entonces, básicamente, hay que tener equilibrio fiscal para controlar la inflación y, sobre todo, para dar un gesto a la población frente a un Estado nacional que tiene mucho gasto improductivo, bolsones de ineficiencia. Tenemos más de diecisiete ministerios a nivel nacional y yo desafío a cualquiera que me diga el nombre de los diecisiete ministro que tiene Alberto Fernández; hay ministerios que ni sabemos lo que hacen; se tiene a nivel nacional toda una estructura burocrática, administrativa, de planes y programas que encima después se subejecutan y eso da por resultado un Estado ineficiente, que no termina por cumplir sus objetivos y la gestión no termina de llegar a la gente que más necesita porque cada vez son más las familias con necesidades básicas insatisfechas. Entonces, es fundamental que se recupere el equilibrio fiscal para que haya, después, equidad en la distribución de los recursos a nivel federal.           

Lo llevamos un paso más hacia el plano de la situación nacional y por eso, porque  mucho se dijo en el Congreso en las últimas semanas al discutirse el proyecto de ley sobre el acuerdo entre el gobierno nacional y el FMI, acerca de la debilidad del gobierno a partir la crisis en la que parece estar envuelto el gobierno y que aparece como sin solución ¿Cómo observa esa situación?

La verdad es que ha quedado evidenciada una debilidad que nosotros desde el radicalismo veníamos señalando hace mucho tiempo en el sentido de que había un gobierno que tenía un mando en el Senado de la Nación y un mando en la Casa Rosada. Eso no es bueno para la Argentina y ello quedó evidenciado en la votación del proyecto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional donde ya el kirchnerismo dio por rota su relación si se quiere dentro del Frente de Todos. Después vimos una carta de intelectuales kirchneristas en la que básicamente lo que hacen es pegarle al gobierno de Alberto Fernández. Es decir están abandonando el barco cuando falta un año y medio de gestión.

Eso es, por un lado, una gran irresponsabilidad porque lo que hay que sostener, obviamente, es a un gobierno democrático y que haya una salida democrática, como corresponde, el año que viene cuando haya elecciones y, en segundo lugar, lo que se observa es que el kirchnerismo vuelve a patear el tablero porque,  cuando no se hace lo que quiere Cristina Fernández de Kirchner, manda a todos a votar el contra. Eso es malo para el país y, sobre todo, malo para la gente.

Tres preguntas que pueden aparecer como muy condescendientes. Pero, en todo caso, lo que importa son sus respuestas. ¿Ve a Juntos por el Cambio no sólo competitivo para las elecciones del 2023?, ¿con chances de ganar y gobernar? Y la tercera: ¿con un Presidente surgido de la coalición pero de origen radical?

Creo que hoy el radicalismo tiene mejores condiciones de competitividad electoral que hace dos años atrás y eso quedó demostrado el año pasado en las elecciones legislativas en provincias como la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba donde hubo grandes resultados electorales para el radicalismo y para Juntos por el Cambio. Ese crecimiento le da la posibilidad al radicalismo de discutir de manera distinta una fórmula presidencial para las elecciones del 2023. De ahora en más depende mucho de la coyuntura, de lo que la gente, también, vaya viendo o priorizando en cada uno de los distritos, de las provincia y creo que hay que poner no sólo un objetivo sino que creo que hay que poner varios objetivos. Tenemos que tener en el 2023 más municipios gobernados por radicales, más provincias gobernadas por radicales o por Juntos por el Cambio y, obviamente, eso es lo que va a dar como resultado que podamos tener un radical en la fórmula que es lo que todos queremos. Pero todo eso hay que hacerlo con inteligencia y, sobre todo, con mucha empatía y mucho respeto por la ciudadanía que es la que, en definitiva, vota a los dirigentes.

Pero veo como muy positiva la elección del 2021 porque el radicalismo empezó a despertar esperanza en provincias, como Santa Fe, Córdoba o la Provincia de Buenos Aires, donde la verdad que el radicalismo antes no era una de las opciones principales para la gente; hoy sí se ha convertido en una opción.

Además de candidatos, empatía, sintonizar con los reclamos de la sociedad, se necesita un programa ¿A su criterio cuáles debieran ser al menos los trazos gruesos de ese programa para un eventual gobierno a nivel nacional?

Creo que esa plataforma primero tiene que tener un gran criterio federal, una gran mirada a las economías regionales. Como decía, al principio, con la agenda de los gobiernos locales que es la agenda de cercanía de los problemas de la gente; los municipios necesitan que las fuentes de trabajo, de producción se mantengan y mejoren; que las condiciones de inversión mejores y que, después también, haya inserción social a través de que se cumplan con las necesidades básicas de la población, es decir, agua y cloacas, educación, empleo y seguridad pata toda la Argentina; cada municipio tiene distintos grados de desarrollo; cada provincia tiene distintos grados de desarrollo. Ese plan federal tiene que contemplar esas diferencias, tratar de que haya una convergencia que significa que la provincia y esos municipios menos desarrollados puedan alcanzar a esos municipios más desarrollados y a esas provincias que están más desarrolladas y de eso se trata un país; que haya un proyecto colectivo y que ese proyecto colectivo reduzca las inequidades y que incluya, también, nuevos temas como la cuestión del cambio climático que tiene que atravesar transversalmente a todos los gobiernos, es decir a nivel nacional, provincial y municipal así como la agenda de la inclusión, la agenda de la educación porque ya no hay más un sistema educativo que se planifique centralizadamente en Buenos Aires, eso hay que descentralizarlo y los gobiernos locales tienen que participar en la discusión de qué educación necesitamos y queremos y, además, un factor que no es menor y que tiene que ver con algo que ha abandonado este gobierno de Alberto Fernández como es la lucha contra el narcotráfico; darle a la delincuencia una lucha sin cuartel con inteligencia, con mucha tecnología, con mucho apoyo a las fuerzas de seguridad y a la Justicia para que quienes cometan delitos estén en las cárceles. Eso, la verdad es que no pasa igual en todas las provincias y, además, hay un criterio muy laxo a nivel nacional en la actual y que esperemos se pueda revertir a partir del 2023.

La última pregunta no significa un intento por complacerlo sino tener su propia mirada ¿Conforme o disconforme con la gestión como intendente de Godoy Cruz?

(Sonríe) La verdad es que todavía queda mucho por hacer; vamos por el segundo mandato. El primero de los mandatos lo terminamos con un alto porcentaje de cumplimiento de la propuesta que hicimos en la campaña; cumplimos con más del 90% de los proyectos. Nos queda un trecho por caminar con un años y medio de mucha acción; tenemos un plan de gobierno que queremos terminar y la verdad es que uno no está conforme porque sabe que faltan cosas y, también, hay que explicarle a la gente que muchas cosas que faltan tienen que ver con que Mendoza es discriminada por el gobierno nacional en todos aquellos fondos que no son coparticipables y entonces hay programas que llegan a otras provincias; que llegan a otros municipios y que no llegan al nuestro lamentablemente. Esperemos que en el 2023 la Argentina de la discriminación por el color político de los gobiernos se acabe porque definitivamente la gente tiene necesidades que no tienen color político. Eso es lo que tenemos que tratar de hacer y que es que los gobiernos locales puedan dar cumplimiento y satisfacer las necesidades de la gente y tener ciudades más inclusivas, más sustentables y más transparentes respecto del ejercicio del gobierno, del poder. Eso es a lo que apuntamos ¡Y vamos por más!

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