martes 22 de julio de 2025
spot_img

Sergio Fajardo: “Nosotros no robamos”

El docente, matemático y político colombiano disertó ante el Club Político Argentino y dio cuenta de la clave en las que se asentó su gestión que generó una gigantesca transformación que a principios de siglo llevo adelante en la fue bautizada como ‘la ciudad más innovadora del mundo’

Al disertar durante una reunión convocada por el Club Político Argentino, Sergio Fajardo, ex Alcalde de Medellín y otrora gobernador del departamento de Antioquia y que, además, aspira a competir por tercera vez en su derrotero político para convertirse en el próximo Presidente de su país, dejó en claro que la custodia desde el Estado de los fondos públicos resultó clave para llevar adelante la transformación que experimentaron Medellín bajo su gestión del 2004 al 2008 y luego el departamento de Antioquia, que gobernó del 2012 al 2016 y fue sin duda sumamente gráfico y elocuente cuando afirmó que “nosotros no robamos” aquellos recursos que aseguró estuvieron manejados con “transparencia” pero, además, destacó la significación que tuvo la tarea común del sector público y distintas instituciones, como el caso de las universidades para la planificación y la ejecución de una multiplicidad de proyectos educativos, culturales, sociales y de infraestructura en beneficio de la población así como la creación de espacios que sirvieron para logar integración y equidad pero, a la vez, hizo hincapié en que en su administración fueron decisivas la inversión en educación e innovación.

En el encuentro virtual que contó con la presencia de las máximas autoridades del Club Político Argentino que preside Ricardo Gerardi y que tuvo como coordinadora a Carlos Gervasoni, hubo una extensa exposición de su invitado especial, el ex Alcalde de Medellín, quien habló en el marco de la convocatoria que tuvo como lema la ‘Articulación Nación, Región y Municipios en el caso de Medellín’ que generó el beneplácito de la concurrencia al influjo de la pormenorizada reseña que Fajardo hizo sobre los criterios pero, básicamente, la manera en que puso en marcha y llevó adelante la gestión que fue receptado por los habitante de esa ciudad como un cambio histórico en múltiples planos de sus vidas.

De todos modos, antes de iniciar su exposición no dejó pasar la ocasión para sumar otros dos datos a la presentación que hizo de él Gervasoni. “Quiero transmitirles el orgullo que siento por haber sido distinguido como ‘Doctor Honoris Causa” tanto por la Universidad Méndez Pelayo en Santander de España y la Universidad de Córdoba en la Argentina. Insistió: “ello ha sido un orgullo en mi vida por la naturaleza de los que significa la Universidad de Córdoba en el contexto de las universidades en América Latina”, precisó.

Fajardo acompañó su exposición con fotos, filminas y gráficos que, en algunos casos incluían hasta apuntes manuscritos para poner en palabras las líneas directrices de ese modelo de la gestión que llevó adelante en su momento como Alcalde de Medellín pero que, de alguna manera, luego hizo extensivo al momento de gobernar Antioquia. Y entonces cuando se focalizó en exponer acerca de la cuestión del origen de los recursos para llevar adelante relevantes proyectos que transformaron Medellín, recordó la invitación que en su momento le hicieron y que lo llevó a asistir en Suiza al Foro de Davos y relató que, en ese marco, al aceptar una entrevista periodística, fue que explicó la cuestión de los fondos que se habían requerido para concretar los cambios que ya entonces se habían producido en Medellín, lo que lo llevó a responder –recordó- que ello había sido posible porque “nosotros no robamos”. Y sentenció: “Si tú te robas el 10 ó el 15 por ciento (de los recursos destinados a una obra) esa obra no existe”.

“Dentro de su estructura, Medellín tiene una serie de empresas públicas que estaban antes de la violencia” generada por el la acción de las organizaciones vinculadas al narcotráfico, tras lo cual añadió: “Esas empresas son públicas, de servicios públicos que generan riqueza para la ciudad; se privatizaban los servicios públicos en muchas partes del mundo en la ola neoliberal pero en Medellín nunca se privatizó sino que se manejaron bien y las empresas públicas generan riqueza para la inversión social. Y Medellín también tiene impuestos locales” y, a modo de ejemplo, citó los casos de impuesto a la propiedad que pagan quienes habitan en determinados lugares de la ciudad y que están regidos por el Consejo de la Ciudad o bien otro impuesto que abonan los sectores de la industria y el comercio. “Nosotros lo que hicimos fue planear con todo rigor y todo el cuidado” aquellas obras que se realizaron bajo su gestión pero antes hizo hincapié en una cuestión que consideró central y que, explicó, está vinculada “con el origen social” de quiénes han hayan nacido en su país y  específicamente Medellín, a la que consideró inmersa en la “desigualdad“ que “es mucho más que la que puede existir en Argentina”. “La condición social es lo que determina lo que va a poder ser una persona. Ninguno de nosotros escoge dónde nacer y el privilegio que yo tuve fue estudiar lo que quería; yo soy un privilegiado”, afirmó.

“Nosotros llegamos a la política y llegamos al poder sin negociar con nadie  y entonces llegamos libres para construir y, en cada caso, nos planteábamos quién podía aportar como el caso de las universidades públicas y las privadas y las convocábamos” y, en ese marco, ello “nos permitía multiplicas los recursos” así como mencionó la concreción de uno de los centros de cultura cuya construcción exhibió en una de las fotos con las que acompañaba su exposición “nos lo donó una fundación. Varias (instituciones) donaron; nosotros construimos confianza y convencíamos a la actividad productiva de la región acerca de la necesidad de las transformaciones sociales por lo que mezclamos recursos públicos y con la convocatoria a otros sectores teníamos recursos para hacer todas estas obras”, detalló para fundamentar las innumerables obras que se llevaron a cabo durante su gestión al frente de la administración pública de Medellín. “Todo fue con plata de nosotros; no fue que llegaron algunos ‘para decir démosle a estos pobrecitos esta plata’ sino que hicimos una gestión impecable y lo digo con orgullo porque cada proyecto era un proyecto estratégico”.

Planteó que en su momento desde un grupo que incluía a distintos miembros de los más diversos sectores de la sociedad como la ONG u organizaciones sociales o bien provenientes de disímiles ámbitos como el de la cultura, el emprendimiento  o la empresa.  “Tomamos la decisión de actuar en política; y la razón fue que a nosotros no nos gusta la política tradicional” que explicitó en una serie de gráficos que explicitaban que ‘los políticos toman las decisiones más importantes de la sociedad’, que un paso fundamental era “participar y cambiar la política” tanto como ubicaba como un desafío “luchar contra la corrupción”  y subrayó: “Nosotros llegamos a la política caminando cada espacio, escuchando a las personas para conocer y entender la naturaleza de sus problemas”, apuntó.

“Nuestro proyecto se llamaba ‘Medellín la más educada, compromiso de toda la ciudadanía’, evocó Fajardo, quien precisó que desde su nucleamiento ‘Compromiso Ciudadano’ llegó al poder tras las elecciones en las que se convirtió en Alcalde de esa ciudad capital del departamento de Antioquia. Fajardo tomó como ejemplos de la transformación que se propuso desarrollar la realización de obras de infraestructura que, por ejemplo, se materializaban en convertir calles que eran de un agitado tránsito vehicula en ‘peatonales’ pero, al mismo tiempo, la apuesta por “conectar la ciudad que estaba dividida en pedazos” tanto como “desarrollamos un programa que incluía a vendedores ambulante de la economía informal para acompañarlos con programas de micro-créditos y ayudar en la formulación de proyectos muy básicos populares”, detalló mientras exhibía una serie de fotografías.

Como otro aspecto, manifestó que siempre había sido su “obsesión” la búsqueda de “puntos de encuentros” de la población. “La violencia nos separó, no segregó; nadie se movía libremente por la ciudad y, luego, refirió que “en Colombia tenemos –yo creo que en la Argentina muchos menos- una división entre la universidad pública y privada, que es de manos en menos un 50%, y hay un concepto que está ligado al mundo privado y que es el tema del emprendimiento. Nosotros queríamos buscar que nuestros jóvenes que iban a la universidad pública y la privada se pudieran encontrar” y se alentó el criterio del emprendimiento que, para los sectores populares, parecía imposible de alcanzar y, consecuentemente, a aquellos jóvenes de hogares humildes no podían alcanzar el concepto de emprendimiento. Ello llevó a que crear ‘Parque del emprendimiento’ que “permitía que jóvenes de las universidades públicas y privadas se encontraran para trabajar juntos”.

Por otra parte, Fajardo puso énfasis en el desafío que se plantea en la discusión política y entonces defendió la idea de que se “armen los equipos con las mejores personas y se diseñen bien las cosas”. Destacó que la transformación de Medellín se desarrolló en sólo cuatro años “y sabíamos de dónde veníamos, hacia dónde íbamos”, remarcó el referente político colombiano que insistió: “Diseñamos, construimos con transparencia todas nuestras acciones que es la fórmula para no robar y todo esto iba pasando. Nosotros no sabíamos que iba a pasar en Medellín; nosotros estábamos llegando por primera vez al poder pero teníamos nuestros principios, nuestra forma de trabajar y teníamos la convicción. ¡Y pun!, lo hicimos”, graficó Fajardo, quien admitió que resulta “muy difícil hacerlo. No es tan sencillo como quizás lo hago aparecer cuando cuento la historia”.

Explicó: “En Colombia tenemos un Estado Central; no es como el de ustedes un Estado federal. El Estado central recoge unos impuestos que luego tiene que distribuir a los departamentos y a los municipios. En 1991 en la nueva Constitución se estableció un poder municipal muy fuerte; hay una regla de transferencia de recursos del gobierno nacional a diferentes instancias, donde están la salud, educación, como en otras cuestiones, que se tiene que distribuir de acuerdo a unas fórmulas asociadas con el desarrollo con las diferentes regiones pero esto que pasaba en Medellín no dependía mucho de los recursos nacionales –aunque había algunos para la educación u otras ciertas cosas- pero nosotros teníamos la capacidad de invertir recursos nuestros”, destacó.

Fajardo ahondó sobre otros aspectos de la gestión que desplegó en sus cuatro años como Alcalde de Medellín y luego como gobernador de Antioquia y, en ese contexto, aludió a cómo desde las fuerzas policiales se fueron articulando acciones en la lucha contra el narcotráfico. En tal sentido, precisó que “nosotros teníamos una estructura central que, por ejemplo, para la lucha contra el narcotráfico nos servía muchísimo” porque “no eran pedacitos por todas partes sino que teníamos un proyecto nacional en el que entre las policías de distintas jurisdicciones nos podíamos articular” para desplegar la acción contra ese flagelo.

“Nosotros teníamos la capacidad de innovar; la palabra ‘no se puede’ no existía para nosotros y estábamos siempre señalando y viendo cómo se podía hacer y teníamos mucha energía, mucha convicción y gente muy capaz”, apuntó Fajardo, quien también reivindicó el proyecto que llevó adelante en Medellín particularmente dirigido a la mujer. “En Colombia, en Medellín hay una cultura de la belleza de la mujer; las mujeres en Medellín son muy bellas pero para el mundo del narcotráfico las mujeres eran trofeos. Ese era el concepto del narcotráfico, la casa más extraordinaria, los lujos pero tener a la mujer al lado era parte del poder de ese mundo del narcotráfico. No se podrá ver un narcotraficante sin que tenga una o varias mujeres a su lado y en Medellín están las cirugías estéticas para que las mujeres se vuelvan voluptuosas y muchas cosas de esa naturaleza que es una cultura asociada a l cultura del narcotráfico”, describió.

Al respecto, narró que tras convertirse el Alcalde de Medellín “dije se acabó el ‘reinado de la belleza’” y relató que en el marco de las habituales ferias de las flores en la ciudad, se generó un evento en que se coronaba la ‘Reina de las flores’ y, luego, “decidimos construir un concurso de mujeres jóvenes en talento en cinco categorías y jóvenes mujeres de Medellín, de diferentes sectores, podían participar con sus propios proyectos en ciencia, en cultura, arte, en fin, en diferentes actividades. Y el día que se coronaba a la Reina de las Flores nosotros coronábamos a la Reina de las Jóvenes de Talento”, recordó.

Fajardo planteó que en el presente los problemas que enfrenta Colombia están vinculados a la desigualdad, la violencia, la inseguridad y la corrupción, entre otros, tras lo cual habló de la “tremenda polarización” que se ha planteado en el ámbito de la política”, dijo y pronosticó que “el gobierno que vamos a tener en Colombia el año próximo va a ser el más difícil que nos haya tocado en toda la historia; más difícil que en la época en que estaba Pablo Escobar (Gaviria)”, predijo en alusión al poderoso líder del narcotráfico colombiano que encaró una confrontación directa en su momento con el Estado en ese país y fundamentó ese vaticinio en “la tremenda polarización (política) que tenemos”.

Prefirió no ahondar en cuestiones relativas al proyecto político que llevar delante con vistas a las elecciones en las que apuesta a convertirse en Presidente de Colombia pero no eludió la cuestión. “Hoy hay una Colombia que tiene rabia, miedo, incertidumbre, tristeza; es una Colombia amarga como nunca lo ha sido y por eso, desde mi perspectiva, el próximo gobierno va a ser el más difícil de la historia. Pero dentro de un tiempo ustedes estarán hablando con el próximo Presidente de Colombia, falta un poquito, pero ese es el reto”, expresó al dejar en evidencia su expectativa de convertirse en el próximo Jefe de Estado de su país.

spot_img
spot_img

Veinte Manzanas

spot_img

Al Toque

Fabio Quetglas

El atraso no es cambiario, es mucho más que eso

Martín D'Alessandro

Politólogos y escritores: el debate público no tiene dueños

Alejandro Garvie

El deslizamiento hacia la autocracia