Pablo Blanco es senador radical por Tierra del Fuego y una de las voces más importantes de estos años en la oposición al gobierno libertario. Este domingo busca ser reelegido por el Frente Provincias Unidas, en una pelea difícil frente a “tres oficialismos”, como el mismo señala.
En medio de su intensa campaña, con viajes permanentes a la ciudad de Buenos Aires para cumplir su rol de Senador, Nuevos Papeles lo entrevistó en exclusiva.
¿Qué balance haces de estos primeros seis años representando a Tierra del Fuego en el Senado de la Nación?
Para responder esta pregunta no me queda otra que partir mi respuesta en dos. En términos políticos diría que la experiencia fue excelente. Me costó un año comprender bien a fondo la lógica política del senado y su manera de funcionar. Eso ya lo domino sobradamente. En los mismos términos te diría que creo haber logrado hacer escuchar la voz de los fueguinos tanto dentro de la institución senado como en los medios nacionales. Tierra del Fuego siempre tuvo bajo perfil dentro del senado; yo creo haber logrado mucha mayor presencia de la provincia, haber defendido de manera implacable sus intereses (y eso que el gobernador no es de mi partido) y haber formulado e impulsado proyectos totalmente alineados con los intereses de los fueguinos tanto en términos de proyección productivo como de defensa de nuestra soberanía territorial, marítima y espacial.
En términos de resultados legislativos puedo afirmar que logramos con mis compañeros de la UCR que el bloque del Frente de Todos o Unión por la Patria vote junto a nosotros cuestiones que nosotros criticamos siempre y que ellos aprovechaban en su favor cuando eran gobierno. Sin ir más lejos: la modificación de la Ley que establece cómo funcionan los DNU.
Mi bancada siempre estuvo en minoría, tanto ahora como cuando la presidenta era Cristina Kirchner, durante su gobierno ella sólo impulsaba los proyectos que personalmente le interesaban o la favorecían y trababan sistemáticamente toda propuesta o proyecto de ley distinto. Ahora, con Milei, no sólo traban el funcionamiento de comisiones como la más “clave” que es la de Presupuesto para evitar que los proyectos lleguen al recinto y sean tratados. En síntesis: antes el kirchnerismo ninguneaba a la oposición y ahora el mileísmo ningunea a la institución Senado; como están en minoría ni quieren que funcione.
En lo particular creo haber trabajo bien, armamos un gran equipo, defendimos a los fueguinos sin importar las banderías políticas y empujamos propuestas para evitar que se toque a la Ley 19640 y mejoren el perfil productivo de la provincia. El próximo domingo la gente juzgará con su voto si lo que hice fue o no suficiente.
En estos dos años del gobierno libertario fuiste de los senadores que tuvieron las posiciones más claras respecto de la implementación de las políticas económicas del gobierno y las consecuencias de las mismas. ¿Qué creés que puede pasar en los dos años que quedan de Javier Milei y cómo debe ser la posición a asumir por parte de la UCR?
Lo dije desde el principio: yo iba apoyar aquello que me parezca razonable y beneficioso para el país y la provincia, y me iba a oponer a lo contrario. El gobierno empezó bien: concuerdo conque no se puede gastar de lo que se recauda y con luchar a brazo partido para contener y disminuir la inflación. Pero estos dos objetivos (bajar la inflación y apuntar al déficit cero) no pueden ser TODO el plan. Pasó el tiempo y nos dimos cuenta de que, en realidad, el gobierno no tenía más plan que ese. Y eso no puede ser: hay un país y millones de argentinos que esperan reactivación económica sumada a la estabilidad, contención social para los más vulnerables, educación bien pagada, jubilados con pensiones dignas, remedios a precios accesibles, servicios eficientes con tarifas pagables, sostén a la discapacidad y corrupción cero. Todo esto no se dio y así estamos: yendo para atrás.
La UCR es por naturaleza y ética partidaria profundamente dialoguista. Pero diálogo no quiere decir acatamiento de arbitrariedades ni ser levantamanos de ningún gobierno. Diálogo quiere decir intercambiar posturas para construir acuerdos. En política se construye cediendo y eso no quiere decir claudicar. Ceder es tener una postura de máxima sabiendo también cuál es el punto de equilibrio que permita lograr soluciones de consenso. Y esas son las soluciones verdaderamente fuertes y duraderas. Por eso estaremos siempre dispuestos a colaborar pero en aquellas cuestiones que nos parezcan realmente necesarias para el país. La UCR no va a ser jamás la cola del león ni socia del más rancio kirchnerismo corrupto.
¿Cuál es el rol que vas a asumir en los años que siguen, dado que sos doblemente opositor, tanto en lo que hace al gobierno nacional como en lo qué es el gobierno de tu provincia?
Bueno: eso depende del resultado de las elecciones. Pero, sea cual fuere ese resultado, Tierra del Fuego siempre me va tener a su lado para defenderla y promover ideas y proyectos que impulsen su crecimiento, defiendan y multipliquen su trabajo y su infraestructura para la producción sea que se trate de la Industria Electrónica como del turismo, la extracción de hidrocarburos, la pesca, el desarrollo del polo logístico antártico o la conectividad terrestre y aérea.
¿Cuáles son las propuestas que desarrollarías en un próximo mandato para mejorar la economía y las oportunidades de Tierra del Fuego?
Muchas de ellas ya las puse a consideración del Congreso pero ni el Kirchnerismo ni la Libertad Avanza las quisieron tratar. Te diría que una de las principales es una nueva Ley de Coparticipación Federal de Impuestos para tender a un país más justo y equilibrado en lugar de este modelo centralista donde todo gira y pasa por lo que decidan tres o cuatro funcionarios en Buenos Aires.
Otra cuestión es la defensa a ultranza de nuestra soberanía en sentido territorial estricto y en sentido general o más amplio. Te doy un par de ejemplos: ni un radar inglés instalado en Tolhuin, ni una base norteamericana o de cualquier otro país en Ushuaia, ni que nuestra cancillería “se olvide” de reclamar por Malvinas en foros internacionales, ni permitir que el Consejo de Malvinas no se reúna más.
Por supuesto que cualquier iniciativa que intente quitarle a Tierra del Fuego los beneficios de la Ley 19640 la rechazaré pero estaré a abierto a estudiar cualquier proyecto que permita mejoras y adaptaciones a la velocidad que lleva el cambio tecnológico a nivel mundial. No voy a tolerar -como ya lo demostré muchas veces- que se nos discrimine con el argumento de que estamos subsidiados. ¿O acaso Córdoba con su industria automotriz y el AMBA con los subsidios al transporte y a la energía bien del aire? Hay que terminar con la estigmatización que se hace de Tierra del Fuego.
El gobierno nacional tiene un alineamiento automático permanente con los Estados Unidos. Si bien no se confirmó, trascendieron versiones que señalan que ese alineamiento puede tener consecuencias directas en la instalación de bases militares norteamericanas en Tierra del Fuego, más allá de la opinión generalizada de la sociedad (según encuestas, el 70% de la opinión pública se opondría). ¿Cuál será la posición que deben tener los representantes fueguinos ante semejante alineamiento?
Ya lo respondí en una pregunta anterior. Pero te repito: si de mí dependiera hay CERO chances que Estados Unidos plante su bandera en territorio fueguino. El plan “platita” de Trump y Bessent no se puede pagar con soberanía fueguina.
Por último, ¿Por qué es necesario votar a Pablo Blanco el 26 de octubre?
Dejemos que la gente responda esa pregunta. Creo haber cumplido cabalmente con mis obligaciones. Jamás falté a una sola comisión en el senado, estuve en todas las sesiones y me involucré activamente en cada tema de profundo interés fueguino. Me alineé con el interés de mi provincia sin obedecer al gobernador y siempre pensando en darle a Tierra del Fuego lo mejor de mí. Que la gente decida ejerciendo su soberanía electoral el próximo domingo.








