martes 23 de abril de 2024
spot_img

Otra vez la Franja

Franja Morada lideró nuevamente un Frente Reformista que continuará una larga serie de conducciones radicales del movimiento estudiantil.
Franja y el radicalismo
universitario han sido desde hace casi 40 años la conducción de una FUA única, reformista y plural. Para desesperación de muchos, nunca fue arriada la bandera morada.
El sábado, Piera Fernández, u
na militante morada de Córdoba ha tomado, una vez más la posta, y es motivo de alegría que los militantes del kirchnerismo vean, como tantos otros a través de 40 años, que no pueden conducir porque les faltan votos, le faltan el respaldo de los estudiantes.
Creo que es también el momento para recordar al primer presidente de la FUA de la restauración democrática, el Gallego Vázquez, y a aquellos que pelearon por la democracia, cuando no estaba de moda, en las aulas del miedo, de todos los miedos. 
La Franja Morada nació haciendo explícito el paralelismo entre la democracia que construía Hipólito Yrigoyen en el país y el reformismo universitario (que es una consecuencia) en las aulas. Lo hizo después del rechazo de una parte del reformismo estudiantil al gobierno de Arturo Illia, y cuando las libertades universitarias, la reforma y el cogobierno parecían una utopía inalcanzable. En 1967 en la universidad no se podía pensar libremente, los partidos políticos estaban disueltos y había un general en la presidencia (Onganía) que no pensaba demasiado pero soñaba con un país sin libertades,  corporativo, que había disuelto los partidos políticos y expropiado sus bienes. Había transformado la universidad en un enseñadero. Un correligionario contaba que le había tocado hacer el jardín a fines de los sesenta en lo que había sido el Comité Capital, expropiado por la dictadura de Onganía, esa que asumió con el beneplácito de Perón y tuvo a José Rucci en su asunción.
Es en ese mundo que nace la Franja asociando el reformismo en las aulas con las libertades que predicaba el radicalismo en el país, sumaba dos utopías, y nació fuerte, con peso en las aulas.
La Franja participó de las elecciones universitarias en los 70, donde conquistó el CECE de la UBA en 1975 con militantes que usaban pseudónimos en las boletas contra un gobierno central que no creía en una universidad pública autónoma, con cogobierno tripartito, con libertad de cátedra. En esa boleta especial estaba el gallego, y presidia un cuadro de hierro del radicalismo, Marcelo Buckley. La Franja educó para la democracia en los 70, cuando no estaba de moda, y fue parte de la construcción de la victoria radical en 1983, donde ganó el control del movimiento estudiantil que perdura hasta el día de hoy.
Esa sed de libertad -el agua donde nace la inteligencia universitaria- la saciará Raúl Alfonsín en 1983, porque en 1973 en la universidad la democracia y la libertad, pasaron de largo. Era un grupo no muy grande que estaban organizados y militando en los tiempos oscuros de la historia, con un coraje grande luchaban por la democracia en el país y la universidad, le habían arrebatado el CECE a los montos en elecciones limpias durante un gobierno peronista y viví, como muchos de mis amigos del FACE, la increíble aventura de pasar en un año de un CECE casi a escondidas a co-gobernar la facultad. Pero, la franja no quiso gobernar la Universidad -como el radicalismo no quiso en sus inicios- desde los hechos, desde la posición de poder de ser gobierno -fácil le hubiera sido nombrar decanos amigos en todos lados como hizo en peronismo antes de esa fecha siempre- .
Alfonsin explicaba que el radicalismo cuando se levantaba en 1890, las siguientes revoluciones no lo hacían para tomar el poder, lo hacían para reclamar elecciones limpias, en el mismo sentido la franja no reclamaba interventores amigos por seis años sino democracia en los claustros para siempre.
El objetivo real fue la defensa de los ideales reformistas, fue convocar a las elecciones de claustro, organizar centros de estudiantes, establecer el gobierno tripartito, abrir las universidades a la gente eliminando los exámenes de ingreso, los cupos y los aranceles, generar una universidad democrática, pluralista. Prácticamente logramos imponer la matriz del modelo de universidad en el primer año del gobierno de Alfonsín. Cuando el radicalismo dejó el poder la legitimidad de las autoridades universitarias no pudo ser cuestionada y el co-gobierno quedó. A esa Franja que desde 1984 sigue conduciendo el movimiento estudiantil, y sigue representando a muchos de los estudiantes en todo el país, felicitaciones por un nuevo triunfo
spot_img

Veinte Manzanas

spot_img

Al Toque

Alejandro Einstoss

Ley Bases: Privatizaciones, un acto más del péndulo entre el Estado y lo privado

Fabio Quetglas

Optimismo tóxico

Luis Quevedo

Raíces de la crisis: el verdadero significado de la “batalla cultural”